¿Sabe usted dónde están guardados sus datos de Facebook, sovaldi Google o Twitter? ¿Le parece una pregunta tonta? Lo es, salve al menos si se considera sólo el lado técnico de Internet. Gracias a estándares técnicos globales y veloces conexiones a la red de redes, health es prácticamente insignificante si los datos de un usuario alemán están guardados directamente en Alemania o en servidores de Escandinavia, Irlanda o Estados Unidos.
En un abrir y cerrar de ojos, los datos habrán recorrido decenas de miles de kilómetros. El hermoso, nuevo mundo de Internet. ¿Realmente hermoso? No, dicen activistas, preocupados hace mucho por las facilidades que provee la técnica para minar las regulaciones para la protección de datos.
Decisivo resulta, en cada caso, dónde están guardados y se evalúan los datos. Así que Facebook, Google y compañía eligen el mejor atajo: datos de usuarios de todo el mundo se almacenan en Estados Unidos, donde estas compañías están “en casa” y pueden acogerse a las regulaciones locales, mucho más relajadas que las europeas. Adicionalmente, servicios secretos estadounidenses como la NSA garantizan su acceso a estos datos.
«Puerto seguro», 15 años de hacerse el de la vista gorda
Hasta ahora la política y las autoridades se han hecho los de la vista gorda. Han actuado como si las leyes de protección de datos europeas y estadounidenses fuesen equivalentes. «Safe Harbor», o sea, «puerto seguro» se denomina el acuerdo cerrado entretanto hace 15 años, para facilitar a los gigantes de Internet el tráfico de datos entre Estados Unidos y los países de la Unión Europea (UE).
Ahora, sin embargo, el acuerdo podría ser revocado por el Tribunal de Justicia de la UE. El Abogado General Yves Bot ya publicó su dictamen hace dos semanas. En su informe, llega a la conclusión de que en Estados Unidos no se garantiza suficiente protección a los datos de ciudadanos europeos.
Bot critica sobre todo la vigilancia de los servicios secretos estadounidenses. Su dictamen no es vinculante para el tribunal pero los jueces suelen seguir las recomendaciones del experto encargado. Si esa costumbre se cumple en este caso, compañías como Facebook y similares podrían estar en problemas.
¿Problemas para Facebook y compañía o para la UE?
Las compañías “afectadas” por el fallo podrían entonces acogerse estrictamente a las nuevas reglas y ocuparse de que los datos de usuarios europeos se guarden exclusivamente en Europa. Es algo factible. Facebook, por ejemplo, ha desplazado su negocio europeo a las manos de su filial europea en Irlanda, formalmente responsable de todos los datos de sus usuarios europeos. Sin embargo, habría que revisar a fondo una gran parte de la técnica, para evitar que los datos de usuario se almacenen en Estados Unidos.
Pero Facebook podría también hacerse la vida más fácil, retirarse formalmente del negocio europeo y animar a los usuarios a emplear la página estadounidense de la compañía. Esto derivaría en un pulso con la comisión Europea pues, en tal caso, la UE tendría en realidad que intervenir y garantizar la protección de datos para los usuarios europeos.
Otra variante: Facebook puede exigir a los usuarios europeos que firmen su consentimiento para que sus datos personales se guarden en servidores estadounidenses. De cara a la creciente cifra de usuarios evidentemente adictos a Facebook, cuyo mundo colapsa cuando el portal falla unos minutos, este sería el camino más fácil y cómodo para la empresa. ¿Y si los usuarios alemanes se quedan sin Facebook? La ira podría poner más presión sobre la Comisión Europea que sobre esta y otras empresas aludidas por el fallo y sus pésimas políticas de protección de datos.