La derecha legislativa –ARENA, GANA, PCN y PDC- han hecho cuerpo en la Asamblea Legislativa para impedir que se apruebe la ley del Presupuesto General de la Nación.
Contrario a lo ocurrido siete años atrás, cuando GANA, PCN y PDC votaban junto al FMLN para aprobar el presupuesto, hoy, estos partidos políticos también de derecha se han sumado y repetido a los argumentos de ARENA, para oponerse al presupuesto.
El presupuesto general de la nación solo requiere 43 votos, es decir, mayoría simple, que el FMLN podría lograr con los votos de GANA y otro diputado más del PCN o PDC, no obstante, ARENA ha logrado alinear para sus propósitos al resto de parlamentarios de derecha.
No votar por el presupuesto general es atentar contra el desarrollo de la nación en todos los campos, pues, si bien el Gobierno puede funcionar con el presupuesto del año anterior, no es cierto que pueda desarrollar todas sus actividades, sobre todo, las que tienen que ver con la inversión pública.
Para el año Fiscal 2017, el Gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén ha destinado 900 millones de dólares en inversión pública, los que quedan paralizados prácticamente, afectando así el desarrollo del país, y con ello, como bien lo explicaba ayer Medardo González, secretario general del FMLN, afectando a los salvadoreños.
Y es que es simple. Si el Gobierno no dispone de fondos para inversión, en proyectos que ejecuta la empresa privada, pues tampoco hay nuevas fuentes de empleo, y al no haber fuentes de empleo ni proyectos, pues la economía no se dinamiza.
Las obras públicas no son solo un servicio de futura para la sociedad, sino también factores dinamizantes de la economía.
El sector privado, en todos los campos, principalmente el de la construcción, debería hacer lobby en el Parlamento con los diputados y dirigentes de partidos de la derecha para que aprueben el Presupuesto General de la Nación, dado que es a ellos a quien el Gobierno contrata para la ejecución de la obras. Y al ejecutar una obra pública, no solo obtienen ganancias, sino que permiten dar empleo, y con ello dinamizan la economía del país.
Es decir, la inversión pública es beneficio para el pueblo, para futuro, pero en lo inmediato favorece al empresario y al trabajador.
Tenemos la sospecha que a los partidos de derecha no les importa el daño que le causarán al empresariado y al pueblo, al no aprobar el presupuesto general de la nación, sino, según ellos, la afectación directa al Gobierno que no podrá cumplir sus promesas o los compromisos plasmados en el Plan Quinquenal, sino también buscan afectar al partido FMLN de cara a las próximas elecciones.
O sea, los diputados y partidos de derecha están utilizando el Presupuesto General de la Nación como un arma electoral, supuestamente para su beneficio, aunque con esa actitud afecta al pueblo. Ojalá y la ciudadanía se de cuenta de esa maniobra perversa de la derecha política salvadoreña.