César Ramírez
@caralvasalvador
El tema del presupuesto nacional parece un discurso de compra-venta de votos políticos en tiempos de campaña electoral y en destiempo es bloqueo a la gobernabilidad, más bien parece un juego de una conspiración permanente de un partido político contra otro, situación que conocemos durante varios años.
Algunos expertos identifican el potencial peligro al dilatar la aprobación del presupuesto nacional, considerando que el presupuesto es aproximadamente $5,000 millones, a ese rubro se debe agregar $800 millones adicionales para el pago de la deuda, además $100 millones debido a que la Ex Sala Constitucional derogó el impuesto de operaciones financieras (18JUN018 impuesto del 0.25% que se cobra por transacciones arriba de $1,000 desaparecerá desde el 01ENE019), de esa forma el presupuesto necesita $900 millones adicionales y $350 millones de gastos adicionales para 2018, acumulan $1,250 millones… si ello es un dato firme no todo es para servicio público, puesto que existen millones destinados a la Corte Suprema de Justicia y Asamblea Legislativa que nadie cuestiona, tampoco se les acusa de inconstitucionales. Si de reducciones hablamos deberían de iniciar la austeridad en la Asamblea Legislativa.
El tema del presupuesto termina limitando a grandes sectores de los trabajadores como: Salud, Educación, Agricultura, Obras Públicas, Fiscalía, etc., bajo una lectura política, pero las deudas continúan vigentes y los compromisos de cumplimiento del Estado son inmediatos.
Otro factor que afectó mucho la gobernabilidad fue la constante intervención de la Ex Sala Constitucional en sus fallos marcando una severa distorsión a la gobernabilidad así: el 13JUL016 se decretó inconstitucionalidad de $900 millones en bonos; el 26JUL016 se declaró inconstitucional la Reforma al Fondo de Pensiones, 27JUL017 el presupuesto 2017 es invalidado y otras más.
Dos escenarios posibles se deben tomar en consideración al momento: 1º. La ausencia de la Sala Constitucional que podría o no afectar la inmediata ejecución del presupuesto 2º. El pago de la deuda externa, lo cual requiere una solución efectiva urgente, a menos que suceda como en ocasiones anteriores que debido al retraso, los intereses aumentaron la cantidad en forma escandalosa.
De aprobarse el monto solicitado, junto al pago para la deuda externa, entonces tomaríamos un camino de estabilidad para los siguientes años, cualquiera que sea el ganador de las elecciones de 2019, de otra forma el futuro gobernante enfrentaría en unos meses un desafío formidable y quizás sin solución al pago del servicio de la deuda externa.
Esperemos que nuestros legisladores posean racionalidad política.
www.cesarramirezcaralva.com