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La Comisión de Justicia y Derechos Humanos recibe en la sesión de trabajo al director de Centros Penales, Rodil Hernández. Foto Diario Co Latino

Preven reducción de hacinamiento carcelario para 2018

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El gobierno busca reducir el hacinamiento carcelario en El Salvador al final del quinquenio 2014-2018, search que en la actualidad alcanza un 307 por ciento, pilule uno de los más altos en América Latina. La reducción se fundamenta mediante una serie de proyectos, que van desde la imposición de brazaletes, hasta la libertad condicional a reos con enfermedades terminales, crónicas o degenerativas.
Las medidas pretenden llevar el hacinamiento que afrontan las 22 cárceles que hay en este país, donde hay más de 31 mil reclusos, a un 130 por ciento al concluir la actual gestión del presidente Salvador Sánchez Cerén, informó el Director General de Centros Penales, Rodil Hernández.
Los brazaletes
Hernández anunció que dentro de los proyectos para reducir la sobrepoblación carcelaria, se encuentra el de la colocación de brazaletes de seguridad a 4,000 reos cuyos delitos no sean de extrema gravedad.
Al respecto, el funcionario informó que la licitación para la compra de los brazaletes iniciará en los próximos días y detalló que en una primera fase del programa, serán beneficiados con esa disposición, 2,000 reclusos.
Además, anunció que ha comenzado la ampliación del centro carcelario de Izalco, en el occidente salvadoreño, cuya finalización se espera a mediados de 2016, y que tendrá capacidad para albergar a 3,600 personas acusadas de cometer actos delictivos.
El funcionario dijo además que el Centro Penitenciario de Ciudad Barrios, en el norte del oriental departamento de San Miguel, “se está transformando” para dar espacios a 3 mil pandilleros encarcelados en ese presidio, uno de los más peligrosos de El Salvador.
También, reveló que el centro carcelario de mujeres que funciona en Ilopango, en el oriente de San Salvador, contará con dos nuevas áreas para agrupar a 400 implicadas en delitos.
Hernández también informó que un grupo de 100 mujeres que permanecían en “cárcel de mujeres”, como es conocida popularmente la prisión, y que dormían en el “Salón de Usos Múltiples” de esa cárcel, serán trasladadas al centro carcelario de Quezaltepeque, a una nueva área construida con fondos de la cooperación internacional.
El Director de Centros Penales también recordó que desde 2013 gestiona ante el congreso, a donde acudió el lunes, la liberación condicional anticipada de 930 reos con enfermedades terminales, crónicas o degenerativas, algunos de quienes habrían muerto a la fecha, para reducir el hacinamiento carcelario.
Según el funcionario, los reclusos con esas dolencias requieren ser movilizados a los centros de Salud para recibir tratamiento médico, y “sus condiciones son complicadas en las cárceles”, reconoció.
Al respecto, el presidente de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del congreso, a donde llegó Hernández, Julio Fabián, dijo que si bien “es de justicia” la libertad condicional anticipada de reos con enfermedades terminales, crónicas o degenerativas, “ tampoco vamos a abrir las puertas para que todos gocen de ese tipo de beneficio”.

Las liberadas

Hernández recordó también que 700 mujeres han salido en libertad en los últimos años gracias al programa de “Granjas Penitenciarias”, y “no ha habido reincidencias” en los delitos por parte de las reclusas.
También anunció que se construirá una nueva “Granja Penitenciaria” en la cárcel de Zacatecoluca, de máxima seguridad, para albergar a mil hombres.
No obstante, el funcionario reconoció que existe “insuficiencia de recursos para atender las necesidades básicas de los reclusos”, como los $ 4.25 que se invierte en la manutención diaria de cada uno de los más de 31 mil reos que hay en la actualidad en las cáceles salvadoreñas.
Además, advirtió que “todas estas medidas no van a resolver en su totalidad el problema” de hacinamiento carcelario, y explicó que en coordinación con otras instituciones, se impulsan programas de prevención de la violencia, para evitar la incorporación de los jóvenes en grupos delictivos, como las pandillas para evitar que lleguen a las cárceles.

Solo hay 2 ó 3 prisiones

El funcionario admitió que de los 22 centros penitenciarios que existen en El Salvador, “sólo 2 ó 3” están diseñados para ser presidios, como el de Mariona, en San Salvador; Zacatecoluca, en La Paz, e Izalco, “el resto tenía otros usos y finalidades”.
Hernández también informó que la prisión de máxima seguridad que funciona en San Francisco Gotera, en el nororiental departamento de Morazán, ha sido declarada “Patrimonio Cultural Nacional”.
“El (centro carcelario) de Cojutepeque (en el departamento central de Cuscatlán), debería ser otra cosa, menos penal”, apuntó Hernández.

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