Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
El doctor Héctor Ramos, de la Unidad de Vigilancia de la Salud, explicó que los niveles de enfermedades provocadas por arbovirosis (virus transmitidos por vectores artrópodos como el zancudo) han estado bajo control sanitario del Ministerio de Salud (MINSAL). Enfermedades que suman más de treinta en el mundo.
“En el país tenemos detectadas tres, dengue, chikungunya y zika, y para evaluar la situación epidemiológica de las enfermedades contamos con una serie de herramientas y se utilizan para tener la idea, en qué momento estamos y hacia dónde vamos”, señaló.
La Unidad de Vigilancia de la Salud del MINSAL utiliza la herramienta que conocen como “corredor endémico”, con este se construye un histórico de cinco años como mínimo. Y se presenta en una gráfica lineal a lo largo del tiempo, para luego establecer un período o zonas que las llaman de éxito, seguridad, alerta o epidemia.
“Cuando se construye el corredor endémico, podemos ver en la gráfica que hay áreas bien definidas, y no por impresiones subjetivas, por un número de casos que se manejan en clínicas privadas. Lo que se construye acá es con los datos de todo el sistema (de salud), lo que estamos viendo es un análisis de datos a nivel nacional. Es un protocolo, un análisis y una revisión que se muestra”, acotó.
En cuanto a la situación de país, el epidemiólogo afirmó que han estado en la zona de “éxito”, destacando que en el registro nacional no han llegado a la zona de “seguridad” y mucho menos de alarma o epidemia. “Estamos en una zona de éxito, lo que significa que el número de casos, está muy por debajo de lo esperado, incluso, las otras enfermedades como chikungunya o zika, que no podemos tener corredores biológicos, porque no tenemos cinco años de datos, también están con una tendencia franca a la baja comparativamente con el año anterior. Hemos estado en la zona de éxito.
Sobre el análisis del comportamiento del dengue en el corredor biológico, comentó que en el boletín epidemiológico por razones técnicas se compara a dos años, y al realizar esa comparación dentro de los últimos cinco años, el 2017 ha sido el año más exitoso del quinquenio, entonces al compararlo con 2018 parece que hay un alza de casos.
“Si hablamos de dengue, 823 casos sospechosos más que el año pasado. Si hablamos de chikungunya, existen 183 casos menos, y si hablamos de zika hay 10 casos menos. La situación en general no ha estado tan mal. Y las otras enfermedades no presentan alzas como las Infecciones Respiratorias Agudas (IRAS) ni neumonías, ni diarreas. Y la hepatitis “A” ha vuelto a los casos esperados, ni la tifoidea ha vuelto a presentar elevaciones en los casos, entonces prácticamente el estado general de la situación epidemiológica no está tan mal”, señaló.
La Unidad de Vigilancia de la Salud del MINSAL operativiza su trabajo en las actividades que caracterizan a la Reforma de Salud, como la prevención, promoción y sensibilización, sobre cómo articulan su trabajo científico y técnico. “Como epidemiólogos nos corresponde no ser apagadores de incendios, sino de anticiparnos a las situaciones de peligro que puedan venir a futuro, y basados en el análisis científico que hacemos en esta oficina con la información que evidencia un comportamiento. Como después de una época de lluvias, obviamente con el agua estancada se formarán criaderos y es de esperar que haya huevecillos allí. Y si, porque un huevecillo puede pasar un año en el ambiente totalmente viable y solo necesita una gota de agua para volverse a activar, entonces fácilmente pueden haber oleadas de mosquitos adultos y si hay personas infectadas con dengue, zika o chikungunya en ese momento, fácilmente podrá ser picado por el mosquito y este lo va a transmitir a otras personas, este es el peligro inminente, es por eso que insistimos en la destrucción de los criaderos de mosquito”, sostuvo.
Asimismo, el doctor Ramos afirmó que además de estas enfermedades así como la de las vías respiratorias y diarreicas, también llevan un registro sobre el uso de la pólvora y las personas, sean estas infantes o adultos, quienes estén involucrados por una inadecuada manipulación o por estar bajo los efectos del alcohol o drogas.
“La población debe saber que desde muchos años atrás la pólvora tiene componentes tóxicos que pueden producir una irritación severa de las vías respiratorias y esto a una persona con asma puede fácilmente desencadenarle una crisis grave por contacto o inhalación del humo. A esta fecha, tenemos a un menor de diez años quemado por pólvora, pero esto puede cambiar según vayan intensificándose las fechas festivas, que es una cuestión muy compleja porque es cultural, la quema de pólvora. La prevención será siempre la mejor medida para que la tomen en cuenta, quienes tienen a cargo a niños y niñas. Y, por supuesto, también los adultos”, puntualizó.