Pepe Escobar
Asia Times Online
Traducido del inglés para Rebelión por Germán leyens
Bienvenidos a EI. No es un error tipográfico; el objetivo final puede ser un cambio (indiscriminado) de régimen, pero por el momento bastará el cambio de nombre. Con aptitud para las relaciones públicas, al comienzo de Ramadán, el Estado Islámico de Iraq y al-Sham (ISIS, o EIIL – el Estado Islámico del Levante – para algunos) declaró solemnemente que desde ahora, será conocido como Estado Islámico (EI).
“Ser o no ser”… es tan… metafísicamente obsoleto. Aquí está EI – en plena gloria en audio. Y estamos hablando de todo el asunto – Califa incluido: “El esclavo de Alá, Ibrahim Ibn ‘Awwad Ibn Ibrahim Ibn ‘Ali Ibn Muhammad al-Badrial-Hashimi al-Husayni al-Qurashi por linaje, as-Samurrai por nacimiento y formación, al-Baghdadi por residencia y erudición”. O, para decirlo de modo más simple, Abu Bakr al-Baghdadi.
Él prácticamente ha ordenao a al Qaida “histórico” –sí, ese juguete relacionado (o no) con el 11-S de un cierto Osama bin Laden – así como a todos los demás grupos yihadistas del planeta, que juren lealtad al nuevo imam, en teoría teológica el nuevo señor sobre todo musulmán. No existe ninguna evidencia de que el antiguo compañero de trabajo de Osama, Auman “el doctor” al-Zawahiri obedecerá, además de 1.500 millones de musulmanes en todo el mundo. Probablemente al Qaida dirá “nosotros somos los líderes auténticos” y que haya una gran disputa teológica.
Después de todo, en Siria, EIIL y Jabhat al-Nusra combatieron inicialmente bajo la bandera de al Qaida, hasta que la marca –de manera espectacular– decidió abandonar a al-Baghdadi. El y EIIL fueron demasiado lejos – con todos esos videos de decapitaciones y crucifixiones y profanaciones en serie de lugares sagrados chiíes, sufíes y cristianos.
Al-Baghdadi, nacido como Ibrahim al-Badri en Samarra, es un clérigo suní iraquí común y corriente con un título en pedagogía de la Universidad de Bagdad. Su alter ego nació después de Sorpresa y Pavor en 2003, y pronto se metamorfoseó en un asesino en serie de facto – haciendo volar en pedazos a niños chiíes en heladerías o a numerosas mujeres en fiestas de matrimonio chiíes.
El historial de EIIL en Siria incluye la prohibición de toda bandera fuera de la propia; la destrucción de todo templo o lugar sagrado “politeísta” (excepto si es suní); y la imposición estricta de vestimenta femenina islámicamente correcta. Sobre todo, es un historial de terror. No es un ejército, es más bien una milicia bien entrenada de muyahidines profesionales, incluyendo portadores de pasaportes europeos, con experiencia en los campos de batalla en Iraq, Afganistán y, en menor grado, Chechenia. Su considerable armamento es financiado con petrodólares por los usuales, acaudalados, “donantes del Golfo”, lo que no excluye conexiones oficiales.
Las fuentes de ingresos se diversificaron considerablemente cuando EIIL capturó los campos petrolíferos que rodean Deir Ezzor en Siria; y después de la reciente ofensiva en la provincia Niniveh en Iraq, pudieron apoderarse de vastos arsenales de artillería pesada, montones de dinero y lingotes de oro y, por qué no, Humvees estadounidenses abandonados. Su sello característico, por cierto, son esas columnas de camionetas Toyota Land Cruiser – publicidad rutera gratuita que posiblemente la central de Toyota no aprecie demasiado.
Con todo ese petróleo y contando con ingresos tributarios, EI está ahora firmemente en camino a suministrar servicios (mínimos) y apoyo a un (poderoso) Ejército Yihadista – de un modo muy parecido a los talibanes de 1996 a 2001. Se puede estar seguro de que EI continuará su masiva estrategia de “compromiso social”; representada por un Califato locuaz que adora YouTube, Facebook y Twitter. No sorprende que tengan tanto éxito con reclutas de la generación Google – así como que se conviertan en ases de la recolección de fondos mediante horrendos videos. Teóricamente, el adoctrinamiento progresa a la par que el “trabajo caritativo”; residentes de Alepo, por ejemplo, pueden hacer hincapié en cómo EIIL (espantosamente) aparece y actúa en el terreno.
Misión eternamente incumplida
No está claro cómo la nueva realidad del EI se efectuará en la práctica. El nuevo Califa ha declarado en realidad una yihad contra todo ese montón de “líderes” corruptos y/o incompetentes en Medio Oriente – por lo tanto se espera una cierta feroz “batalla por la supervivencia” de las Casas de Saud y Thani, por ejemplo. No se va demasiado lejos al imaginar a al-Baghdadi soñando con el control de campos petrolíferos saudíes – después de decapitar a todos los trabajadores chiíes, por supuesto.
Y eso es solo el comienzo; en una de sus cuentas en Twitter EI ha publicado un mapa de todos los dominios que se propone conquistar dentro de cinco años: España, Norte de África, los Balcanes, todo Medio Oriente y grandes áreas de Asia. Bueno, no cabe duda de que son más ambiciosos que la OTAN.
Como es un grupo tan valeroso, la Casa de Saud está tentada ahora a aceptar que la imposición de un cambio de régimen contra Nouri al-Maliki es una mala idea. Eso los coloca en conflicto directo con el gobierno de Obama, cuyos planes A, B y C es cambio de régimen.
Turquía –la antigua sede del Califato, a propósito– se mantiene muda. No es sorprendente: Ankara –crucialmente– es la mayor base logística del EI. El califa Erdogan debe estar pensando en su propio futuro, ante la nueva competencia. En teoría, Arabia Saudí, Turquía y Jordania dicen todos que están dispuestos a librar lo que sería una “guerra en mayor escala” que la eterna, original, GWOT (guerra global contra el terror) de la junta de Cheney.
Y también tenemos el futuro del nuevo fondo de 500 millones de dólares de Obama para rebeldes “adecuadamente seleccionados” en Siria, lo que en los hechos significa la expansión de “instalaciones de entrenamiento” encubiertas de la CIA en Jordania y Turquía, fuertemente infiltradas/aprovechadas por el EI. Hay que pensar en hordas de nuevos reclutas del EI que se presenten como “rebeldes moderados” y se preparen para participar en la acción.
Es más fácil que Brasil gane la Copa Mundial con un equipo de llorones sin cacumen táctico que el que el Secretario de Estado de EE.UU. John Kerry y los codificadores de su Departamento de Estado comprendan que la “oposición” siria es controlada por yihadistas. Pero, de nuevo, lo saben y eso corresponde perfectamente a la agenda, no tan oculta, de la Guerra Global contra el Terror de una guerra por encargo en permanente expansión tanto en Siria como en Iraq, alimentada por el financiamiento del terror.
Y así, hace 13 años, Washington aplastó hace 13 años a al Qaida y los talibanes en Afganistán. Entonces renacieron los talibanes. Luego vino Choque y Pavor. Después vino “Misión Cumplida”. Entonces al Qaida fue introducido en Iraq. Luego al Qaida había muerto porque Osama bin Laden estaba muerto. A continuación vino EIIL. Ahora es EI. Y comenzamos todo de nuevo, no en el Hindu Kush, sino en el Levante. Con un nuevo Osama.
¿Y qué anda mal? Si alguien piensa que todo el lío forma parte de un nuevo sketch de Monty Python en vivo antes de su reunión de este mes en Londres, es porque así es.
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007), Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge (Nimble Books, 2007), y Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009).