Por Rim Haddad/Damasco/AFP
Las principales ciudades de Siria se despertaron este sábado sin el estruendo de las bombas gracias a la entrada en vigor de un alto el fuego entre el gobierno y los rebeldes que no tiene precedentes desde el comienzo de la guerra.
El acuerdo del cese de las hostilidades aplicado desde la medianoche (22H00 GMT del viernes) y auspiciado por Estados Unidos y Rusia, sickness recibió el apoyo del Consejo de Seguridad de la ONU, que «lo aprueba plenamente».
Este acuerdo sólo afecta a las zonas de combate entre las fuerzas del gobierno (respaldadas por la aviación rusa) y los rebeldes sirios. Quedan excluidos los grupos yihadistas Estado Islámico y Frente al Nosra (brazo sirio de Al Qaida) que controlan más del 50% del territorio.
Pese a la esperanza que suscita el acuerdo, la complejidad de su aplicación a largo plazo, debido sobre todo a la alianza de los rebeldes con el Frente al Nosra en varias regiones, hace que los analistas sean escépticos.
Es «un día y una noche excepcionales para los sirios», afirmó el emisario de la ONU para Siria, Staffan de Mistura. Matizó que la jornada del sábado será «crítica».
Para apoyar el acuerdo e impedir un error de bombardeo, la aviación rusa anunció la suspensión por un día de todas las salidas de sus aparatos en Siria, donde bombardeaba zonas rebeldes y yihadistas desde finales de septiembre.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) y varios miltitantes, la calma reinaba en las provincias de Homs y de Hama (centro), en la de Damasco y en la región de Alepo (norte). No se tiene constancia de ataques aéreos en las regiones insurgentes.
Entonces ¿la guerra se acabó?
Una periodista de la AFP se desplazó a las afueras de la capital, Damasco, donde no ha visto columnas de humo elevarse sobre los feudos rebeldes como Jobar y la Ghuta oriental, al contrario de los días anteriores.
En la ciudad de Alepo, que desde julio de 2012 es un campo de batalla entre el gobierno y los insurgentes, varios habitantes de los barrios rebeldes afirmaron a la AFP que si la tregua continuaba llevarían a sus hijos al parque, un placer aparcado desde hace demasiado tiempo.
Con ironía, los «cascos azules» que retiran de entre los escombros a las víctimas en las regiones rebeldes después de los bombardeos del gobierno escribieron en Twitter: «Cerrado por causa de alto el fuego».
«Espero que la tregua dure y que el gobierno respete su compromiso, aunque sea por un periodo corto», declaró a la AFP Abu Nadim, de 40 años, en el barrio rebelde de Bustan al Qasr, en Alepo.
En Damasco, Amar al Rai, un estudiante de medicina de 22 años está alegre.
«Mis amigos y yo estamos contentos. Es la primera vez que me despierto sin el ruido de la artillería». Cuenta que un amigo suyo exiliado en Alemania lo llamó y le dijo bromeando: «Entonces ¿la guerra se acabó? Puedo volver».
El comité local de Daraya, cerca de Damasco, afirmó que todo estaba tranquilo.
Los militantes colgaron hashtags #Todos somos Daraya», en solidaridad con esta localidad que el gobierno excluyó del alto el fuego alegando que alberga al Frente al Nosra pese a los desmentidos de la oposición.
Combates en territorio yihadista
Para evaluar si se respeta el alto el fuego, la «task force», formada por representantes internacionales se reunirá de nuevo a las 14H00 GMT en Ginebra.
Si la tregua aguanta y la ayuda humanitaria llega a las zonas asediadas, De Mistura convocará una nueva ronda de negociaciones de paz intersirias para el 7 de marzo en Ginebra. Las anteriores fracasaron.
La tregua tiene por objetivo favorecer una solución política a la guerra, que ha causado más de 270.000 muertos y desplazado a más de la mitad de la población. Hay varias potencias internacionales y regionales involucradas en la contienda, en defensa de bandos rivales.
En las regiones con presencia del EI y del Frente Al Nosra hubo enfrentamientos intermitentes, según el OSDH.
En Tall Abyad (norte), los combates oponían las fuerzas kurdas al EI y los aviones de la coalición internacional liderada por Estados Unidos bombardearon posiciones yihadistas.
En Janaser, en el este de Alepo, se produjeron enfrentamientos entre el ejército y el EI. Además seis personas murieron en dos atentados y por la explosión de una bomba a la entrada de Salamiya, en la provincia de Hama.