Santiago Leiva
Redacción Diario Co Latino
Honduras es tierra inhóspita. Lo fue en tiempos de la conquista española y lo es ahora para El Salvador. Hasta ayer, view los resultados de la Azul ante la “H” eran desalentadores, advice desérticos; pero anoche hubo agua en ese terreno árido. Los cuscatlecos pudieron gritar victoria. Hubo un grito de gol, ampoule hubo un grito de independencia.
El triunfo quizá sepa a casualidad porque hasta el más optimista sabe que ganarle a Honduras -que no es la mundialista- es tan complicado como creer que Cristiano Ronaldo acabará jugando en la Liga Salvadoreña.
Y es que, aunque llevamos casi 193 años de la Independencia Patria, a lo largo de los años, El Salvador ha estado bajo el yugo del fútbol hondureño. Lo dicen los números de la FIFA y los registros de la copa UNCAF.
De acuerdo con las estadísticas de la FIFA, en 66 partidos a escala mayor el cuadro cuscatleco había perdido 31 veces ante el equipo hondureño, ha empatado 17 veces y, con el de anoche, suma 18 triunfos.
En la UNCAF, hoy Copa Centroamericana, los números también le han dado la espalda al conjunto criollo que apenas anoche logró sumar su segunda victoria ante Honduras. Antes, frente a este rival, la Azul había perdido siete partidos y empatado tres.
Empero anoche, sobre el césped del Cotton Bowl de Dallas, el español Albert Roca paró un cuadro Azul serio, con un 4-1-4-1 que invitó a soñar con un triunfo desde que el árbitro tico Jeffrey Solís sonó su silbato de inicio.
La dinámica de los azules (ayer de blanco) asfixió, a puro toque fino, a los pupilos de Hernán Medford que se vieron obligados a pelotear y pegar para frenar los embates y las constantes llegadas, por las bandas y por el centro, del combinado salvadoreño.
Anoche hubo sociedades, hubo circuitos entre las líneas y mucha más precisión en el pase. La defensa pareció la Muralla China y, en el centro de la cancha, Richard Menjívar, Darwin Cerén, Kevin Santamaría y Arturo Álvarez hicieron un partido con mayúsculas, un partidazo. Solo gol le faltó a la primera parte, ya que ocasiones hubo de sobra.
Al minuto 35, Cerén dejó a la hinchada cusclatleca con el grito de gol en la garganta después de una espectacular jugada: le quebró la cintura a tres rivales y remató desviado. Lo mismo hizo, 15 minutos antes, Richard Menjívar, pero igual disparó sin suerte pues su tiro salió suave a las manos del meta Kevin Hernández.
Antes, al minuto 20, el mismo Hernández había tapado en extremis un balón desviado entre el defensa catracho y el ariete criollo Rafael Burgos, un delantero al que le falta talento y técnica para manejar el balón, pero al que le sobra actitud y batería para correr cada balón e incomodar a los zagueros rivales.
El panorama de los 45 minutos complementarios no varió, al menos hasta que llegó el gol en el minuto 66. En ese tiempo El Salvador monopolizó el balón y puso a correr a una Honduras desconocida, chata en ataque y sin armas para recuperar la pelota.
Milton Molina y Álex Mendoza enseñoreados en la zaga, Alex Larín defendía y desbordaba por izquierda, mientras que el trío Álvarez, Menjívar y Céren se asociaban y se contagiaban de habilidad para robar metros y plantarse en los linderos del área rival. Así llegó el ansiado gol.
Richard Menjívar se hizo de un balón, incursionó desde la derecha y, tras dejar hombres en el camino, definió con un remate sutil al rincón derecho del meta Hernández.
El tanto obligó a Honduras a adelantar líneas y El Salvador le restó revoluciones al ataque para cuidar el resultado. A partir de ahí, el representativo de la “H” generó un par de aproximaciones, pero nunca puso en serio peligro la cancerbería de Henry Hernández.
Al final, los cambios salvadoreños quemaron los últimos minutos, la Azul pudo gritar un triunfo y dejó a la “H” muda.