Por Jacques Klopp
Londres/AFP
La primera ministra británica Theresa May, muy fragilizada tras el revés electoral de los conservadores en las legislativas, tuvo que aceptar este sábado la dimisión de dos de sus principales consejeros, a diez días de iniciarse las negociaciones sobre el Brexit.
Los fieles Fiona Hill y Nick Timothy anunciaron su dimisión 48 horas después de las elecciones legislativas del jueves, nefastas para los conservadores.
La posición de ambos, como responsables de la campaña de los Tories –calificada de «catastrófica» por varios diputados conservadores–, se había vuelto insostenible.
Según varios medios británicos, pesos pesados del partido exigieron la dimisión de estos dos consejeros a Theresa May, si quería evitar una rebelión abierta.
La primera ministra había convocado elecciones anticipadas para fortalecer su presencia en la Cámara de los Comunes. Pero en lugar de ganar, los conservadores perdieron 12 escaños y se quedaron con 318 diputados, a ocho de los 326 necesarios para tener mayoría absoluta.
Este fracaso condujo a la oposición laborista, pero también a algunos diputados conservadores, a pedir la dimisión de May.
Pero la primera ministra, pretextando una necesidad de «estabilidad» para hacer frente al Brexit, descartó esa posibilidad y anunció que iba a formar gobierno «para llevar a cabo la salida de la Unión Europea».
May ha conservado a los pesos pesados de su ejecutivo: Philip Hammond (Finanzas), Boris Johnson (Exteriores), David Davis (Brexit), Amber Rudd (Interior) y Michael Fallon (Defensa). La jefa del ejecutivo completará este sábado su gobierno.
Fragilizada
Paralelamente, los conservadores británicos empiezan negociaciones con el partido unionista norirlandés DUP, cuyo apoyo necesitan. Con diez escaños, este partido regionalista ultraconservador, dirigido por Arlene Foster, permitiría a Theresa May tener el respaldo necesario para gobernar mal que bien.
El nuevo Parlamento se instalará el martes, antes de la ceremonia de apertura solemne el 19 de junio, día en que está previsto que se inicien las negociaciones del Brexit.
Aunque Theresa May se aferre al cargo, los analistas coinciden en que su posición es muy precaria.
«May pelea para seguir siendo primera ministra», titulaba el Daily Telegraph, pro-Brexit. May «está perdida», afirmaba incluso el Sun, considerando que la primera ministra apenas aguantará algunos meses en el cargo.
Las disensiones en el seno del partido conservador, dividido entre los «Brexiteers» puros y duros, y un sector más eurófilo y temeroso de las consecuencias de una salida de la UE, pueden dificultar aún más la situación para May.
Según la diputada conservadora Heidi Allen, la primera ministra sigue en el cargo por el inicio inminente de las negociaciones sobre el Brexit. «Pero no la veo durar más de seis meses», pronostica.
La dependencia del DUP plantea interrogantes, como el de la neutralidad del gobierno británico en Irlanda del Norte, región siempre sometida a fuertes tensiones, 30 años después del final del conflicto.
Conservadurismo social
El conservadurismo social del DUP, opuesto al matrimonio gay y al aborto, preocupa no solo en Londres sino también en Escocia, donde la jefa de los conservadores Ruth Davidson ya ha planteado sus condiciones.
«He pedido a Theresa May que garantice de forma categórica que en caso de acuerdo con el DUP los derechos de la comunidad LGBT serán respetados en el resto de Reino Unido», advirtió Davidson.
Al obtener 12 escaños en Escocia, contra uno hasta ahora, Ruth Davidson se ha convertido en un actor poderoso con el que May deberá contar, pese a varios puntos de desacuerdo.
Sobre el Brexit, Davidson aboga por una salida de la UE menos dura que la preconizada hasta ahora por May, que incluye la salida del mercado único, posición que comparte el DUP.
Aunque algunos analistas consideran que Theresa May podría moderar el tono tras el revés electoral que sufrió, la primera ministra no ha dado de momento señales de que vaya a modificar su credo.