Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
“Recuerdo que tenía el pelito negrito, la carita redonda y chiquita, sólo eso pude ver” dijo, María Eusebia Portillo, al recordar a su hija Virginia Lorena Portillo, ahora Sara Kanfer, quien se reencontró con su madre biológica, luego de 40 años de una separación forzada en el contexto del conflicto armado de los años ochenta en el país.
“Yo estoy muy contenta, todavía siento mi corazón emocionado… Quiero dar gracias a Dios, que como yo le pedía, Dios me la trajo”, expresó, luego de fundirse en un abrazo con su hija.
Ana Julia Escalante, directora ejecutiva de Asociación Pro Búsqueda (APB), explicó que cada reencuentro significa “una esperanza“ para muchas familias, al atestiguar estos logros de localizar a sus seres queridos, desaparecidos durante el conflicto interno hace más de 4 décadas.
Casos como el de Virginia Lorena o Sara Kanfer, Pro Búsqueda los clasifica como casos de personas adoptadas que salieron al extranjero bajo trámites “irregulares de adopción”, en donde participaron personas particulares (abogados) y agentes del Estado salvadoreño, quienes permitieron este delito de desaparición forzada, que ahora está catalogado por el derecho internacional como un crimen de lesa humanidad.
Eusebia, nacida en 1953, en San Benito Las Reinas, tuvo que desplazarse junto a sus hijos y familia a la ciudad de San Miguel, debido a los constantes enfrentamientos entre los bandos en conflicto. Posteriormente, terminó radicando en San Salvador, donde concibió a Virginia.
Eusebia es una mujer campesina que no puede leer ni escribir. Y cuando se mudó a vivir con su hermana, su cuñado la convence de que nombrara “padrinos” a personas desconocidas para ella. “Antes que la niña naciera, mi cuñado me habló de ponerle unos padrinos y yo acepté, porque siempre se le pone uno a los niños, pero a mí nadie me dijo que se iban a llevar a la niña, solo la agarraron y no la volví a ver”, recordó.
“Y cuando yo preguntaba por ella y pedía verla, me cambiaron la versión y me dijeron que la niña traía agua en la sangre y que yo no podía pagar ese tratamiento. Yo no firme nada, sólo me pidieron poner una huella en un papel, pero no sabía que decía”, relató Eusebia.
Ana Julia Escalante, directora de APB, comentó que Eusebia, después de perder a su hija de 3 meses de nacida, “cayó en depresión”. “Ella en ningún momento dio consentimiento para que la niña saliera del país”.
Tampoco supo que su paradero era en el extranjero, por tanto, no consideró que este caso estaba relacionado con las redes de trata que existieron durante el conflicto armado.
“Recordemos que por el conflicto muchos grupos de familias tuvieron que desplazarse para evitar los enfrentamientos y masacres. Esto facilitó que cooptaran a víctimas que eran mujeres pobres que huían de la violencia y fueron engañadas para entregar a sus hijos o hijas”, indicó Escalante.
Tras el paradero de su familia biológica
Margarita Zamora, de la Unidad de Investigación de Pro Búsqueda, relató que fue Sara Kanfer (Virginia Portillo) quien presentó su caso a la APB en el 2018. Un caso que resuelto en el 2023, luego de pasar y presentar una diversidad de pruebas documentales, testimoniales y realizar una prueba de ADN, que es el perfil genético que corroboró la “filiación entre Sara con Eusebia”.
Sobre los procesos de búsqueda, Zamora explicó que luego de la solicitud de Sara, el personal de Pro Búsqueda se trasladó a San Luis de la Reina, San Miguel, para buscar a su familia biológica, a partir de algunos documentos que tenía la joven que buscaba desde Estados Unidos a su familia biológica en El Salvador.
“Cuando llegamos, algunas personas en ese pueblo conocían a Eusebia Portillo, pero ningún familiar vivía ya en ese lugar, fue un vecino que nos llevó a encontramos con un hijo de Eusebia en San Miguel, luego fue la esposa quien nos condujo hasta la vivienda de Eusebia, al confirmar que su suegra relataba la pérdida de su hija en el hospital”, relató.
“El caso inició como solicitud de búsqueda de Virginia. Pasó a ser del conflicto por las circunstancias, porque fueron las personas del mismo Estado que, conociendo la situación de Eusebia que huía de la guerra, le arrebataron a la niña y la dieron en adopción en un proceso irregular”, agregó Zamora.
Para la investigadora de Pro Búsqueda, este trabajo permite a los familiares “guardar una esperanza” y lograr un reencuentro con sus hijas o hijos. Estos jóvenes adultos que desaparecieron forzadamente siendo niños y niñas, pueden volver a abrazar a su familia biológica.
“Eusebia pudo reencontrarse con su hija Virginia (Sara Kanfer), por iniciativa de estos jóvenes que solicitan la búsqueda de sus familiares y que es una novedad y una luz de esperanza para las madres que logran conocer a sus seres queridos”, indicó.
“Recordemos que prácticamente Sara o Virginia era recién nacida y, desde ese momento, Eusebia no la volvió a ver. Esto solo ocurrió gracias a que se pudo resolver el caso de Virgina Lorena Portillo o Sara Kanfer, una joven que buscó y logró reencontrarse con su familia luego de 40 años de ausencia”, reafirmó Zamora.
Asociación Pro Búsqueda (APB), a la fecha, tiene en su registro 1, 052 casos, de los cuales ha resuelto 472. Entre ellos están los reencuentros que suman 294; seguido de los localizados pendientes de reencuentro que suman 90 casos. Así como los localizados fallecidos que documentan 91 casos y 580 que se encuentran en gestión a octubre del 2024.
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