El filósofo griego Castoriadis intentó propulsar una “imaginación radical”, un trascender la lógica formal y la mera combinación de formas conceptuales que predominó en Occidente. El pensar que se abre a lo indeterminado se convierte en una verdad práctica de la libertad de pensamiento.
Claudia Mora
Rossel Montes
Filosofo hondureño
Antes de hacer todo planteamiento sobre cualquier tema ya sea sociológico, histórico, económico, psicoanalítico, antropológico se deben hacer planteamientos generales filosóficos, meta filosóficos como diría Richard Rorty o metafísicos ( Zubiri) u ontológicos ( Heidegger), incluso hasta en un planteamiento estético ya que el arte es el mundo de lo estrictamente metafísico e ininteligible muchas veces. La ontología subyace en toda verdadera metafísica, en toda verdadera y profunda filosofía decía Julián Marías comentado la obra de don Ortega y Gasset. El problema del ser es el problema filosófico de todos los tiempos, el problema que se encuentra explicito o implícito no solo en posturas y sistemas filosóficos, sino en nuestra cotidianidad, en nuestra vida diaria, la metafísica es algo que le acontece al hombre por el hecho de ser hombre, ser histórico-societal, ya que el hombre es la culminaciones de múltiples abstracciones, es decir la abstracción histórico existencial por antonomasia.
Y si el hombre es un ser metafísico- trascendental, es decir que trasciende su inmediatez para así superar lo ya dado, las circunstancias de lo concreto histórico, es de ver que es un ser ontológico al mismo tiempo. No es accidental que en la actualidad se estén desarrollando muchos temas con orientaciones ontológicas, es decir, ir a la raíz de los asuntos filosóficos, por ejemplo, muchas tesis doctorales sobre ontologías políticas, el caso por ejemplo de Hannah Arendt, el mismo Martin Heidegger que a pesar de nunca haber escrito sobre política se desvanece una filosofía de lo político en su obre según ven muchos comentaristas de su obra como Otto Poggeler, Pierre Bouerdie en su texto La ontología política de Martin Heidegger en la cual el sociólogo Francés arremete contra el nazismo de Heidegger y sus supuesta oscuridad conceptual, cosa que fue contestada por Georg Gadamer discípulo de Heidegger.
En el siglo XX con la publicación del Ser y tiempo y Ser y la nada de Sartre, dos obras muy importantes en el tema ontológico, al mismo tiempo que los tratados de Niloclai Hartmann sobre ontología donde se estudia y discute las posibilidades epistemológicas o epistémicas para la fundamentación de una ciencia del ser, una ciencia del estudio del ser en cuanto tal. Esta aseveración posiblemente sea anulada por la filosofía metafísica de Xavier Zubiri, otro de los grandes pensadores del ser del siglo XX que produjo una profunda obra ontológica, aunque el no era muy proclive a usar la palabra ontología ya que para Zubiri no era el olvido del ser el problema fundamental de la metafísica sino la misma realidad, de ahí que tomara al hombre como animal de realidades de donde se desprenden los problemas antropológicos y teológicos de su obra.
Toda la problemática ontológica tuvo comienzo como bien sabe todo estudioso de las cosas profundas y de la filosofía en el antigua Grecia, la Grecia de Pericles y del nacimiento de la autonomía: la democracia directa. Los grandes sistemas filosofos que desde Parmenides Heráclito y Aristóteles se fundamentaron en el problema del ser.
Por el contrario Heráclito, natural de la ciudad de Éfeso, cercana al límite con Asia menor, había pensado que el devenir es el mismo ser de lo real. No se trata de algo fijo que se mantenga a través de los cambios, sino de un principio creador de estructuras pasajeras que volverán a subsumirse en el flujo continuo del devenir. Podríamos decir quela vieja polémica de Parmenides y Heraclito fue la fundadora del asunto ontológico que tanto ha causado dolores de cabeza al pensamiento occidental, de Parmenides a Aristóteles, de Aristóteles a Kant y de Kant a Heidegger. El ser es y el no ser no puede ser decía Parmenides, dejando claro que el ser es algo radicalmente determinado, y dejando claro también que el momento de la creación es imposible, pero no hablamos de la creación exnihilo, del problema teológico de la creación de materia o de formas a partir de la nada. No, hablamos de la creación partiendo de lo ya dado, por ejemplo de la creación en el campo de los social histórico.
Claudia Mora nos dice sobre nuestro autor : En la manera según la cual Castoriadis concibe lo real resuenan los fragmentos de Heráclito: El ser no es un sistema, el ser es caos, abismo o sin fondo. No existe un sustrato, no hay un fundamento que permanezca inmóvil a través de los cambios, el ser es tiempo, el ser es creación continua, un fluir incesante que da lugar a formas nuevas. Una vis formandi, que no es un universal , ni una sustancia, ni una forma, sino la condición de posibilidad para cualquier forma existente. Dice en Hecho y por hacer: “El ser en general es creación.
La quinta esencia de la concepción castoridiana sobre el ser es que este está radicalmente indeterminado, es decir que el ser no es ningún sistema cerrado preconcebido por formas aleatorias o cadenas tampoco el ser es algo fundamentado de antemano. Castoriadis hace uso del imaginario conceptual proveniente del psicoanálisis, Freud le había dado las llaves para recorrer y acuñar nuestros términos como el imaginario radical. El imaginario radical es la capacidad del ser histórico social de autocuestionarse y auto redefinirse como ente sociohistórico, cosa que no cabría en una concepción cerrada o una ontología fundamental como la de Heidegger o Sartre, donde el tiempo es visto como una categoría mas del ser, pero Castoriadis nos dice el tiempo es creación , el ser es tiempo. Contrariando a Aristóteles, Castoriadis asevera que no hay sustancia, ni acto ni potencia inmóvil en la realidad, no hay elementos que subyacen eternos, ya que todo está cambiando, muy parecida a la aseveración de Heráclito de Éfeso. Podríamos decir que el pensamiento ontológico de Castoriadis es un afán de buscar en punto exacto, el punto más originario entre la indeterminación y la determinación, la dimensión poietica del ser, es decir, la creación misma en el campo de lo social histórico. Por eso son palabras clases en Castoriadis, creación, imaginación, imaginario radical, magma, autonomía, herotonomia,
Juan Manuel Vera nos dice sobre nuestro autor:
Castoriadis representa una perspectiva esencial para comprender la acción humana como creadora de determinaciones provisionales. Dado que no existe una flecha de la historia estamos obligados a asumir nuestras propias responsabilidades sin confiar en creencias teleológicas.
La crítica fantástica de la razón determinista que Castoriadis llevó a cabo a la ontologías heredadas como el las hacía llamar, aquella forma de pensar que desde Aristóteles habían pensado el ser como inmóvil y determinado fuera del espacio y el tiempo, habían pensado un ser que no dejaba lugar para la creación y la imaginación radical. La imaginación es algo sumamente importante en el campo de lo social histórico, ya que es la forma como el hombre se auto define como ser y como totalidad en el todo.
Nos dice Castoriadis en su Institución imaginaria de la sociedad “en todos los dominios de la vida, y tanto en la parte desarrollada como en la parte no desarrollada del mundo, los seres humanos están actualmente en vías de liquidar las antiguas significaciones y tal vez de crear otras nuevas.
La hipercategoría de la determinación imposibilita el pensar la realidad como abierta al cambio, el mismo Castoriadis nos dice que la ontología heredada han ocultado dicha posibilidad desde Kant pasando por el marxismo y su determinismo económico. El problema ontológico que subyace en toda la teoría social contemporánea desde la filosofía clásica alemana, el marxismo, el positivismo, el neopositivismo, la filosofía analítica, la hermenéutica, la ontología fundamental de Heidegger, la ética de Levinas y por ende casi toda la teoría sociológica, antropológica e histórica del siglo XX parten de los postulados de la hipercategoría de la determinación de las cosas, no digamos a las producciones que han sido hechas bajo la égida del marxismo y los marxismo talmúdicos
Las preocupaciones ontológicas de Castoriadis siempre estuvieron políticamente comprometidas, toda la urdimbre categorial creada por este pensador multifacético que partió del marxismo revolucionario y que rompió con este sistema, luego giró al psicoanálisis e hizo ontología, sociología, teoría política, economía, y psicología fue para crear una verdadera ontología del ser social. Como se sabe un texto de Lukács póstumo lleva este mismo título “Ontología del ser social; Marx. Luckac desde “Historia y conciencia de clase” quiso darle una fundamentación epistemológica y ontológica al marxismo como un saber que busca la totalidad, un saber o “ciencia” como la hacen llamar los marxistas.
En su obra cumbre La institución imaginaria de la sociedad” al igual que su obra Sujeto y verdad en el mundo histórico social, El mundo fragmentado, El campo de lo social histórico y el ascenso de la insignificancia Castoriadis deja plasmada lo que será su ontología histórico social, su ontología de lo imaginario instituyente y lo imaginario radical. Para Castoriadis lo asevera que lo social histórico es el único ente que puede cuestionarse a sí mismo y por ende, superarse a sí mismo. Cuestionar lo dado, cuestionar las instituciones, cuestionar las formas societales deficitarias, cuestionar lo retrogrado de una forma social dada. Para la ontología castoridiana lo social es un ente en constante transformación, la praxis, el proyecto de autonomía, nunca es un proyecto que llegue a un fin, el fin de un entidad social es el comienzo dialéctico de otra, es la interrogación permanente. Así podríamos catalogar a la ontología de la indeterminación de Castoriadis como una interrogación permanente de lo dado. Castoriadis fue uno de los pensadores más importantes del siglo Pasado que debe ser mas estudiado, sobre todo por las izquierdas que aún se mueren debatiendo sobre la vigencia del “”Que hacer de Lenin o las “tesis de abril” habiendo tanta problemática teórico-practica que el movimiento histórico trae a nuestras narices. La izquierda o supera ese talmumismo o la sociedad queda a la deriva en manos de los destructores de la dignidad humana.
El Progreso Yoro, 21 de septiembre de 2014
Bibliografía consultada
Determinación e indeterminación: Cornelius Castoriadis y el pensamiento griego, por Claudia Mora
El campo de lo social histórico: Cornelius Castoriadis
A propósito de la problemática del ser en el pensamiento de Cornelius Castoriadis: Manuel Antonio Baeza
La interrogación permanente : Juan Manuel Verá
La institución imaginaria de la sociedad: Cornelius Castoriadis