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ProBúsqueda: Conmemorar para reivindicar la dignidad de las víctimas y familiares

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

Sobrevivientes de la masacre “Cuyas Cumbres”, ubicada entre las comunidades Guancora, hoy comunidad Ellacuría y San Isidro Labrador, Chalatenango, conmemoran este día la memoria de las víctimas de este hecho de lesa humanidad ocurrido el 13 y 14 de noviembre de 1982, el cual fue ejecutado por el Batallón Atlacatl y un combinado militar.

Margarita Zamora, integrante del equipo de investigación de la Asociación Pro Búsqueda, comentó que en ese lugar se concentraron diferentes familias que huían de operativos militares de exterminio.

“Había familias y gente de distintos municipios, caseríos y cantones, entre ellos Arcatao, Las Flores, Las Vueltas y San Isidro. Habían familias también de Los Ranchos, que estaban concentradas en esas zonas que huían de operativos militares”, señaló.

Zamora reiteró, que el grueso de las familias provenían de los cantones de la Laguna Seca, conocida como Laguna San Ramón, Las Vueltas, La Ceiba y Las Minas, y que toda esta gran cantidad de personas se concentraron en ese lugar conocido como “Cerro Cuyas Cumbres”, en San Isidro Labrador, municipio de Chalatenango.

“De las pocas personas sobrevivientes, algunas me han comentado y coincidido que fueron masacradas alrededor de 500 o 800 personas, es el dato aproximado porque hubo familias que fueron asesinadas completas, entonces, no hay quien de datos de ellas, o que los identifiquen”, afirmó.

“De esa cantidad de personas sólo en el cerro fueron entre 35 a 50 las asesinadas. Y de estos, 22 niños fueron niños y niñas. Sobre estos casos tenemos asignados a la investigación 11 casos y todavía no hemos reencontrado a nadie con vida”, aseguró Zamora.

El trabajo de investigación de Pro Búsqueda ha permitido identificar que esta masacre de Cuyas Cumbres está vinculada con la Guinda de Mayo (1982). Margarita Zamora afirmó que “fueron prácticamente operativos sistemáticamente planeados para exterminar población civil en la zona”, luego de documentar los testimonios de sobrevivientes.

“Hemos podido comprobar que no había personas armadas, sino mujeres, niñas, niños y ancianos. Ellos no portaban armas y por lo tanto, son delitos de Lesa Humanidad que aún no son reconocidos por el Estado salvadoreño”, señaló.

La recuperación de datos de la masacre, agregó Zamora, contribuye a fortalecer la “Memoria Histórica” , como el testimonio de Raúl, el único niño sobreviviente que logró salvar su vida del operativo militar desplegado durante 48 horas ese noviembre de 1982.

“El caso de Raúl es impactante, era un niño con alrededor de 5 años de edad, y fue el único que sobrevivió milagrosamente, porque según su propio testimonio estaba entre todos y bajo los cadáveres de sus hermanas mayores y primas. Allí se refugió durante la masacre”, comentó.

“A Raúl, aún le cuesta contar todo el horror que vivió en ese episodio de su vida que los tenía como recuerdos vagos de lo acontecido, pero con el pasar de los años, ha logrado hablar de lo que ocurrió. Y, ahora, hay muchas más personas que llegan a conmemorar este día 13 y 14 de noviembre, porque vieron por última vez aquí a sus familiares”, comentó Zamora.

Para la Asociación Pro Búsqueda, es un logro y rinde un reconocimiento a los esfuerzos de las comunidades y organizaciones de las zona, para realizar este acto memorial que cuenta con el apoyo de Pro Búsqueda.

“Estas conmemoraciones reivindican a estas personas, niños y adultos que fueron asesinados o desaparecidos”, agregó, Ana Julia Escalante, directora de Asociación Pro Búsqueda.

“En ese operativo hubo una cantidad determinada de niños y niñas que desaparecieron, y que nos importa investigar, pero aparte también visibilizar estos hechos que ocurrieron, porque esto le da otro significado a las víctimas que es mantener un vínculo con sus seres queridos”, afirmó.

Toda la movilización y aportes de conmemoración y dignificación de las víctimas está en manos de estas familias, organizaciones y colectivos que Pro Búsqueda acompaña solidariamente.

“Estas conmemoraciones son procesos de Memoria Histórica, pero como repito, no solo para visibilizar los hechos violentos ocurridos que son importantes en la búsqueda de la verdad y la justicia, sino porque también como seres humanos son cosas que no se pueden olvidar”, argumentó.

De la conmemoración, Ana Julia Escalante indicó que se debe reconocer a estos familiares como “personas sobrevivientes”, y que lejos de una revictimización por parte del Gobierno, se debe trabajar en pagar la deuda de justicia y reparación pendiente con ellos.

“Estos familiares merecen saber lo que pasó realmente, deben conocer a los culpables de estos hechos de la masacre de Cuyas Cumbres, y también dar con el paradero de estos niños y niñas desaparecidos. Devolverles a la familias esa verdad que tanto buscan y que el gobierno está obligado a cumplir”, expresó.

“Aquí en el cerro las familias se reúnen para dignificar a sus seres queridos y también mantener ese vínculo -es claro- hay familias que traen cruces y las colocan en los lugares significativos para ellos, porque algunos identifican aún el lugar en donde quedaron los restos de sus seres queridos y allí colocan sus cruces”, explicó Escalante.

Y sobre la poca información de la masacre Cuyas Cumbres, Escalante añadió que aún hay muchos hechos ocurridos en el territorio nacional que no se conocen. Y que gracias a los procesos de investigación desde la Unidad de Investigación de Pro Búsqueda se ha logrado recuperar casos importantes.

“Hay casos en donde la investigadora hace una entrevista a una persona en un caso determinado, luego la gente le informan de otra masacre que sucedió, y no se conocía. Y es que hay tantos hechos en lugares tan aislados como la masacre de Cuyas Cumbres, pero seguimos trabajando para darlo a conocer”, reafirmó.

Ana Julia Escalante reiteró el compromiso de la Asociación Pro Búsqueda en la investigación y búsqueda de la niñez desaparecida forzosamente durante el conflicto armado de los años ochenta, a fin de reivindicar la memoria y vida de las víctimas y sus familiares sobrevivientes.

 

“Lógico, se niegan a facilitar información oficial, porque esto facilita conocer la verdad, es una estrategia para ocultar a los responsables de estos hechos de violencia de Lesa humanidad. Y prefieren criminalizar a las organizaciones que buscan justicia y, principalmente, a las víctimas que están pendientes de estos procesos para exigir la verdad y la reparación”, concluyó Escalante.

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