Por Leonel Herrera*
La Procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos, Raquel Caballero, deja mucho que desear y su desempeño representa una verdadera traición a su rol constitucional y a los Acuerdos de Paz que dieron origen a la institución que ella indignamente representa.
Cuando fue nombrada en el cargo, por la mayoría legislativa oficialista, en octubre del año pasado, escribí que su elección podría significar el acabose de la instancia defensora y promotora de los derechos de la población.
(https://www.diariocolatino.com/adios-a-la-pddh/)
En aquel momento deseaba estar equivocado, pues era consciente de la gran necesidad de contar con una Procuraduría independiente, consecuente con sus funciones y con un titular valiente que le parara cara al régimen antidemocrático autoritario y violador de derechos humanos presidido por Nayib Bukele.
Basé mi pronóstico en el cuestionado desempeño que la señora Caballero había tenido en su primera gestión como procuradora (sobre todo su actitud hostil hacia los derechos de las mujeres y de la comunidad LGTBI) y su cercanía con el gobierno de Bukele.
Lamentablemente no estaba exagerando y acerté. La PDDH ya no existe como institución contralora del poder estatal y vigilante del cumplimiento de los derechos humanos.
La mayor evidencia son sus graves omisiones ante las violaciones de derechos humanos de personas inocentes cometidas en el actual régimen de excepción: detenciones arbitrarias, torturas y asesinatos al interior de las cárceles, delitos que constituyen crímenes de lesa humanidad por los que algún día los funcionarios responsables tendrán que dar cuentas.
La flamante procuradora también se hace la vista gorda ante el desmantelamiento de políticas de protección a grupos vulnerables, la destrucción del medioambiente y de la pretendida reelección inconstitucional del presidente.
La señora Caballero anuncia que hará observación electoral sin decir una palabra sobre los aspectos fraudulentos del proceso, lo cual hace pensar que el objetivo será legitimar la farsa electoral del oficialismo en 2024.
La procuradora ni siquiera ha dicho una palabra por la detención arbitraria y el proceso penal injusto contra los líderes comunitarios de Santa Marta y ADES, a quienes la Fiscalía acusa sin ninguna prueba de cometer un asesinato durante la guerra civil cuando eran combatientes guerrilleros. Ella sabe perfectamente que se trata de una manipulación de la justicia para encarcelar a los defensores ambientales y avanzar con la reactivación de la minería metálica en Cabañas.
Sin embargo, guarda un silencio cómplice sobre esta injusticia; como tampoco se pronuncia sobre las claras señales de que el gobierno de Bukele va por la minería en su segundo mandato, a pesar de que ésta está prohibida por una ley que ella misma respaldó en su anterior gestión en la PDDH.
Y, por si todo esto fuera poco, en un conversatorio realizado recientemente en México, la señora Caballero realmente “se lució”: justificó el régimen de excepción y elogió el estilo de gobernar (antidemocrático, autoritario y violador de derechos humanos) de Bukele, a quien caracterizó como un multimillonario milenial con conciencia social que protege a los grupos vulnerables (grupos vulnerables era el tema del conversatorio).
También repitió la narrativa negacionista sobre los Acuerdos de Paz que pregona Bukele, calificándolos como “un convenio entre corruptos” y negándoles toda su relevancia histórica en el cese de la guerra civil, el desmontaje del militarismo y la apertura a la democratización del país ahora revertida por Bukele. Si no creen, al final del foro, a partir de 1:17:30 del video, estás sus declaraciones:
(https://www.youtube.com/watch?v=sL1D2Cxg8KY)
Tristemente tuve razón, la señora Caballero fue el acabóse de la PDDH.
*Periodista y activista.