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Alma Vilches
@AlmaCoLatino
La Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO) indicó que para este año, el consumo de granos básicos será de 25 millones de quintales y prevé una producción de 19,811,230 quintales, por lo cual habrá un déficit de 5,178,770 quintales de cereales.
Luis Treminio, presidente de CAMPO, dijo que existirá una reducción del 5% de la producción agrícola en comparación con el año anterior, pero con relación a 2021 la disminución es del 33.83%, es decir, el gobierno no ha hecho mayor cosa para minimizar el impacto de la crisis alimenticia que se avecina, anunciada desde marzo de 2022.
“Vamos a tener menos producto disponible para 2024, insistimos en la necesidad que el gobierno priorice la inversión en el sector, porque hasta el momento no ha hecho lo necesario para apoyar la inversión agrícola; no estamos diciendo que esta crisis es producida por el gobierno, pero pudo y puede minimizar el impacto de la crisis mundial que se avecina”, recalcó.
El presidente de CAMPO explicó que el ciclo agrícola comienza a partir de mayo, cuando se siembra la primera cosecha, el 75% de maíz, 20% de frijol y 100% de arroz; recomiendan a todos los productores iniciar su siembra a partir del 5 de junio para minimizar el riesgo del fenómeno de El Niño pronosticado que inicie entre julio y agosto.
Treminio sostuvo que continúan precios altos de los insumos agrícolas, escasez de mano de obra para estas labores, elevados costo del alquiler de la tierra en un 100%, sigue la posibilidad del cobro en el canon por el uso y aprovechamiento del agua; medidas económicas del gobierno que no favorecen a los productores nacionales sino a las importaciones de alimentos.
Los representantes de CAMPO consideraron necesario garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, a través de cadenas de suministro alimentario y agrícola eficientes e inclusivas en los planes local, regional y mundial, asegurando la resiliencia y la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios en condiciones climáticas y ambientales cambiantes.
También, poner fin al hambre, lograr la soberanía, seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición en todas sus formas, en particular promoviendo alimentos nutritivos y aumentando el acceso a dietas saludables.
CAMPO propuso proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y marinos y luchar contra el cambio climático mediante sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.
A la vez, hizo un llamado al gobierno central para crear un fondo especial de inversiones, el cual debe estar incluido en el Presupuesto General de la Nación, para el desarrollo de proyectos productivos a fin de aprovechar el potencial de desarrollo existente en los diversos subsectores agro rurales en el país.
En estos momentos de crisis para el sector agropecuario se debe fomentar el acceso a tecnologías de producción limpia que disminuya gradualmente el uso de insumos químicos contaminantes de los productos alimenticios y del medio ambiente.
