Rosmeri Alfaro
@RosmeriAlfaro
Magdalena Zetino es una joven graduada de enfermería, que al no encontrar trabajo en su área decidió dedicarse a cultivar la tierra, específicamente el cacao, a través de la Asociación Cooperativa de Producción Agropecuaria Primero de Mayo (ACOPAMAY).
Conscientes que el bosque cacaotero no solo es una buena fuente de ingresos sino que además es una “ventana de oxígeno y regenera el suelo”, decenas de familias en el occidente del país trabajan en potenciarlo.
El cacao o cacaotero es una planta de climas tropicales que necesita de humedad y calor, algo que han sabido aprovechar los productores con ayuda del proyecto Alianza Cacao El Salvador.
A fin de contribuir a la resiliencia ambiental, la Alianza promueve los sistemas agroforestales, los cuales permiten a los productores potenciar la siembra de árboles frutales y de otras especies para que, además del ingreso del cacao, tengan otros adicionales. Cabe destacar que la Alianza promueve la participación de la juventud y de las mujeres en las etapas de la cadena de valor en diferentes cooperativas. Este es el caso de ACOPAMAY, cooperativa donde trabaja Magdalena y que pretende reforestar, recuperar fuentes hídricas y generar fuentes de empleo en Nahuizalco. En diciembre de 2015, ACOPAMAY inició con la producción de limón, fue dos meses después cuando conocieron los beneficios de los cacaoteros y decidieron iniciar con el primer vivero y la siembra en tres manzanas de terreno.
Además de trabajar en el área administrativa, la joven de 28 años de edad ayuda en la corta de limón. Afirmó ser de la idea que las mujeres deben experimentar otras áreas y conocer el campo.
“Nosotras también podemos conocerlo y trabajar de la misma manera. Debemos optar a tener los mismos conocimientos que los hombres, no solo quedarnos como amas de casa”, expuso.
En el kilómetro 106.5 carretera El Litoral, cantón Tonalá, Sonsonate, se encuentra la Cooperativa Barra Ciega, la cual luego de décadas sembrando cultivos como la caña de azúcar, chile, elote, piña, sandía, entre otros, decidió darle la oportunidad al cacao.
En total son 23 manzanas de terreno las que ya cuentan con cacao y aunque el plátano “es el producto estrella del sistema agroforestal” confían en que el cacao será el cultivo de oro de mañana.
“Hay cultivos como la caña que son muy depredadores ya que hay que deforestar para sembrarla, a diferencia del cacao que además de ser un rubro que genera ingreso se está reforestando y eso ayuda a la biodiversidad”, manifestó René Criollo, encargado de Buenas Prácticas de la Cooperativa.
Otra de las cooperativas apoyadas por el proyecto es el Grupo CALICACAO, en el municipio de Caluco, Sonsonate, en el fortalecimiento de iniciativas emprendedoras relacionados a la elaboración de tablilla de cacao, chocolate en polvo, horchata, artesanías y otros derivados del cacaotero. Con una inversión de $24.7 millones, el proyecto Alianza Cacao busca, en un periodo de cinco años, contribuir a mejorar el ingreso económico de al menos 6,500 familias de productores de cacao en 109 municipios del país a través de sistemas agroforestales diversificados, generando exportaciones y actividades de valor agregado local.
Insumos orgánicos, capacitaciones sobre injertación, establecimiento y administración de viveros, siembra, post cosecha (fermentado y tostado) y desarrollo de iniciativas emprendedoras relacionadas a la reactivación de la cadena de valor del cacao, son otorgadas por el programa desde 2014.
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