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Un total de 33 productores del cantón San Rafael, del municipio Tacuba, en el departamento de Ahuachapán, conocieron sobre los principios básicos de la agricultura agroecológica que se fundamenta en la ecología y en la necesidad de trabajar en la recuperación de suelos, el manejo de cultivos y la interrelación entre los organismos. Toda esta temática se desarrolló en la capacitación denominada “Reproducción de Microorganismos de Montaña”.
Los conocimientos fueron impartidos por técnicos de la agencia de extensión de Tacuba, del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal “Enrique Álvarez Córdova” (CENTA) y forma parte de las acciones del proyecto “Biofertilizantes en Cultivo de Maíz, Frijol y Café como Alternativa Agroecológica para una Producción Sostenible en El Salvador”.
La agricultura agroecológica es el reto en puerta que los productores deben asumir a fin de obtener alimentos sanos, libres de contaminantes químicos, y por supuesto detener la contaminación del suelo, aguas y revertir los graves daños ocasionados al medio ambiente.
Durante la capacitación los productores conocieron que los microorganismos de montaña se encuentran en los bosques naturales bajo condiciones protegidas del sol, con cierta humedad y donde no haya habido intervención del hombre durante años, quiere decir libres de químicos. Además, que son los que descomponen la materia orgánica, compiten con los microorganismos dañinos, reciclan los nutrientes para las plantas, fijan el nitrógeno en el suelo, degradan las sustancias tóxicas o pesticidas.
Eduardo Rodríguez, jefe de agencia de Tacuba, expresó que estas capacitaciones forman parte de la apuesta que el Gobierno tiene por hacer agricultura más sostenible y sustentable; y sobre todo que haya estabilidad en los sistemas de producción, los cuales se han visto deteriorados debido al exceso del uso de plaguicidas.
Según Rodríguez, entre las prácticas para la reproducción de los microorganismos primero se recolectaron dos quintales de microrganismos en el cantón El Níspero, donde hay un área conservada, luego se procedió a la mezcla con un quintal de semolina de arroz, dos galones de melaza y seguidamente se compactó la mezcla hasta homogenizar bien para que no queden cámaras de aire y se almacena por un mes aproximadamente. Posteriormente se hará la activación de estos microorganismos para poder utilizarlos en la elaboración de biofertilizantes con el uso de sales minerales.
Hernán Cortez Rodríguez, productor de maíz, frijol y cítricos, calificó de positivos estos esfuerzos que se promueven, pues se busca que paulatinamente la productividad mejore y al mismo tiempo regenerar los suelos.
“Trabajamos desde hace muchos años con el MAG y el CENTA, esta capacitación ha sido buena, lo importante para nosotros es que aprendemos cómo vamos a desarrollar esta práctica en el campo y los técnicos participan con nosotros, nos ayudan a entender y quitarnos las dudas, y en mi caso he trabajado con ellos desde hace 10 años y hemos mejorado los suelos, antes lo quemábamos y nos han hecho ver el error, ahora utilizo abonos orgánicos y ellos mismos nos han enseñado a hacerlos”, explicó Rodríguez.
La implementación de esas prácticas con microorganismos de montaña ha tenido buenos resultados en países de Asia, Europa y Sur América, a quienes les ha servido para desinfectar de agua de los ríos y lagos, mejorar la productividad de frutas y otros cultivos, además para alimentar peces y camarones y mejorar las producciones de granos básicos.