Presupuesto de la Universidad de El Salvador es de $102.9 millones, $91.8 millones que entrega el Gobierno y $11.8 millones que se recolecta de los estudiantes que pagan sus mensualidades.
Joaquín Salazar
@JoakinSalazar
A estar pendientes del presupuesto general de la nación 2021 es el llamado de Kenia Aguilar, estudiante de periodismo y representante de PROES. Así lo expresó en el programa Radial Realidad a Fondo, ante la promesa del presidente de la República, Nayib Bukele de aumentar $10 millones de dólares el presupuesto de la Universidad de El Salvador, ya que considera que fue una respuesta ante la presión por la supuesta reducción anunciada de $3.5 millones de dólares al Alma Mater.
Aguilar destacó que este Gobierno no ha priorizado la educación, ya que en este 2020 congeló el presupuesto de la UES, pero aumentó $75 millones al Ministerio de Defensa y $9 millones para publicidad de Casa Presidencial. “Así va demostrando que no hay un compromiso serio o perceptible para la educación en general ni la educación superior. Todo lo que ha venido sucediendo ha sido un retroceso”, explicó.
De igual manera, recordó que antes de los gobiernos del FMLN, el presupuesto de la UES rondaba los $57 millones, pero tuvo dos aumentos en los dos gobiernos anteriores. Uno a $67 millones con el gobierno de Mauricio Funes y bajo la administración de Salvador Sánchez Cerén llegó a $102 millones. Además, de dar la educación superior gratis para estudiantes provenientes de instituciones públicas.
La Universidad de El Salvador es la institución de educación superior con menos presupuesto en la región.
“Hay que seguir pendientes de cómo se desarrolla esta promesa porque es muy fácil decir que hacer.
Ya lo ha demostrado, decirles a las personas de cómo reaccionar y hacerlo, pero a la hora de la hora no hacerlo. Hay que estar vigilantes de que esta nueva propuesta se cumpla porque ya casi se presenta el presupuesto 2021”, explicó Aguilar.
Agregó que todos los estudiantes y profesionales, deben ser críticos, dejar a un lado el populismo, porque al final todo es promesas que pueden o no cumplir. “El país necesita desarrollarse al nivel educativo, cultural. Si uno cree todas esas mentiras, uno debe ser crítico y consecuente a lo que nos rodea. Las personas que estamos abajo, los pobres tenemos que luchar por alcanzar por ejemplo la educación superior, que hoy es un negocio ante los altos costos en las instituciones privada. Solo hay una universidad pública”, comentó.