Rosmeri Alfaro
@RosmeriAlfaro
El reloj marcaba las dos de la mañana cuando una treintena de jóvenes de la zona rural del departamento de Usulután se preparaba para dirigirse a la capital y recibir el diploma que les acreditaba su formación en ofimática.
“La hora no importa cuando sabes que has cumplido una meta más”, afirmó Samuel Ortiz, uno de los jóvenes becados y beneficiados con un curso de ofimática, perteneciente al programa Amanecer Rural del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Samuel es una muestra de que las discapacidades o la falta de recursos no imposibilitan a nadie para salir adelante. A sus 25 años de edad el joven ha representado al sector rural y participa en talleres de fortalecimiento en Nicaragua, Honduras, Costa Rica, entre otros países.
“Como participante y líder comunal me siento satisfecho y contento porque he completado un triunfo más en mi vida”, expresó el estudiante de 4o año en Psicología, quien destacó la labor de su mamá, que solo con la venta de fruta ha salido adelante y ha mantenido a sus cinco hermanos y a él. “Cuando un joven tiene metas claras, adónde quiere llegar, no hay obstáculo que lo detenga, siempre y cuando se ponga en manos de Dios, podemos seguir adelante. Este es un ejemplo para la sociedad salvadoreña, que pese a las dificultades los jóvenes están rompiendo barreras”, expresó Samuel previo a la entrega de diplomas. Más de 200 jóvenes del oriente y occidente del país fueron capacitados en las ramas de ofimática, mantenimiento y reparación de computadoras, contabilidad, entre otros, para que ayuden a sus organizaciones y puedan promover sus productos a más mercados.
“Nuestros productores están envejeciendo, los jóvenes están pensando en irse más a la parte urbana que a la rural y con todos estos proyectos estamos enseñándoles que la agricultura puede ser rentable”, indicó Salma García, coordinadora de la Unidad de Género, Juventud y Pueblos Indígenas, del MAG.
El programa Amanecer Rural es impulsado por el MAG a fin de reducir la pobreza, la desigualdad económica, de género y la exclusión social del país, a través del apoyo a las asociaciones de productores de comunidades rurales y municipalidades de diversos territorios.