Este libro no trata de abarcar la figura entera de Oscar Arnulfo Romero, sino que se centra en solo dos años de su vida, los años 1975 y 1976, sobre los que se pregunta: ¿fueron «los años del cambio» de Monseñor?
Porque Mons. Romero, en efecto, cambió, llamativamente. Con más propiedad diríamos «se convirtió». Ya sabemos: toda conversión es un cambio, aunque no todo cambio sea una conversión. El cambio de Romero fue verdaderamente una «conversión».
Otros han dicho que ese cambio de Monseñor no fue tal, no fue una conversión, sino un engaño, un desvarío, o incluso una manipulación: Romero habría sido víctima de sectores políticos que lo manejaron, de personas cercanas que le llenaron la cabeza con ideologías, de grupos cristianos que lo utilizaron…
Este libro es la demostración de que lo que aconteció en la vida de Romero fue realmente una «conversión», y que se produjo o se inició fundamentalmente en esos dos años concretos, 1975 y 1976, dos años que han pasado desapercibidos para la mayor parte de sus biógrafos. Zacarías Díez y Juan Macho han prestado un servicio invaluable a la Iglesia martirial latinoamericana, de la que Romero es sin duda la figura más emblemática, al sacar a la luz, con su testimonio personal de primera mano, aquel proceso de conversión que vivió Romero en la oscuridad de la diócesis de Santiago de María, antes de ser nombrado arzobispo de San Salvador.
Este libro muestra y demuestra que el «cambio» de Mons. Romero no fue ni superficial ni impensado, ni gratuito ni fácil, sino que tuvo todas las características que una verdadera «conversión» tiene, porque:
-fue un cambio «personal», de su persona, no como efecto de una mudanza pasajera o de una moda a la que se hubiera acomodado por la presión social del qué dirán; fue un proceso personal vivido muy honestamente en la fe;
-fue un cambio difícil, nada espontáneo; no un dejarse llevar por lo más fácil, sino, al contrario, un cambio para el que tenía, de entrada, mucha resistencia, y que le fue haciendo encaminarse progresivamente por una senda cuesta arriba de conflictividad y de sacrificio;
-fue un cambio por convicción, no algo superficial o de la noche a la mañana: una verdadera transformación interior, una metanoia, estudiada en los documentos de la Iglesia, contrastada con la realidad, dialogada con las personas amigas más cercanas, discernida en la oración, acogida en la propia vida con humildad y esfuerzo;
-fue un cambio que no se lo indujeron en la UCA, un cambio que no le indoctrinaron los jesuitas, un cambio que no fue tampoco una reacción primaria ante el asesinato del P. Rutilio Grande… interpretaciones todas ellas que han corrido abundantemente como fruto de una primera impresión superficial que pudieran dar los sólo tres años que estuvo al frente de la arquidiócesis de San Salvador…; los autores dan en este libro, ante la historia, una palabra decisiva para interpretar el caso de Mons. Romero con un percepción más cabal, más realista, y, a la vez, mucho más ejemplar;
-fue un cambio, sobre todo, que le indujeron los pobres, un cambio que le «evangelizaron» los «injusticiados», con su contacto real y directo, con su vida, su sufrimiento, la injusticia de que eran víctimas, y, también, su fe, su palabra y su testimonio.
Se trata pues de un libro que desmonta una tesis habitual en la interpretación del «cambio» de Romero. Los autores sostienen que su «conversión» comenzó antes de su arzobispado, que comenzó en su período de obispo de Santiago de María, donde él sintió que «me topé con la miseria: con aquellos niños que se morían nomás por el agua que bebían, con aquellos campesinos malmatados en los cortes de café»… Zacarías y Juan nos documentan con lujo de detalles esta etapa de la vida de Romero que evidencia el camino que va de un obispo conservador y tradicionalista, inquisidor en la Iglesia y amigo de los poderosos en la sociedad, a un obispo abierto a los cambios y a las nuevas propuestas de la renovación posconciliar, que descubre la realidad injusta de la pobreza y comienza a afrontar la defensa profética de los pobres a pesar del conflicto que inevitablemente genera.
Gracias a Zacarías Díez y a Juan Macho por este servicio impagable a la verdad de Romero y a la autenticidad de su opción por los pobres. Y gracias también por decidirse a hacer esta nueva edición, ahora «telemática», de su libro a través de los Servicios Koinonía.
José María Vigil
servicioskoinonia.org