1. Los aromas de la zanahoria estimulan el apetito.
2- Comerla cruda fortalece los dientes y las encías. Ingerir verduras crudas como la zanahoria mejora el riego sanguíneo bucal y evita que las bacterias se adhieran a los dientes. Además, el flúor, presente en alimentos como las zanahorias, espinacas o manzanas, es un mineral fundamental para mantener en buen estado el esmalte dental y evita la aparición de caries.
3- Ayuda a combatir el estreñimiento y el dolor de estómago por intoxicación. Gracias a su alto contenido en fibra aumenta la cantidad de materia fecal y previene el estreñimiento. Además, calma las molestias gástricas y el exceso de acidez debido a sales minerales como el sodio, cloro, potasio y vitaminas del complejo B. Por ello, es un alimento muy recomendable si se padece gastritis.
4- Por su elevado contenido en agua, es diurética y ayuda a la desintegración de los cálculos renales.
5- Rica en potasio y fósforo, es un excelente vigorizante para mentes cansadas y restauradora de nervios.
6- Fortalece las uñas y el cabello, al que aporta brillo. Las células madre de la zanahoria son ricas en betacaroteno, también llamado provitamina A, que en el organismo se transforma en retinol o Vitamina A. Estos compuestos reparan las células dañadas por los efectos ambientales, y así fortalecen y revitalizan las uñas y el pelo. La Vitamina A ayuda en la producción de sebo, beneficioso para el cuero cabelludo.
7- Mejora la calidad de la leche materna. El betacaroteno y la vitamina A mejoran la calidad biológica de la leche materna, según señala Mario García, doctor en Farmacia y experto en Seguridad Alimentaria. La ingesta de betacarotenos, minerales y encimas de la zanahoria favorecen la producción saludable de leche materna.
(Tomado de EL PAÍS-BUENA VIDA/Ana Torres Menágues)