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Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
José Ramón Ávila, director de ASONOG y miembro del Comité Político del Foro América Vulnerable ¡Unida por la Vida!, demandó en el cierre del XIV Encuentro Regional: Centroamérica Unida por la Sostenibilidad Ambiental, la Defensa del Territorio y la Resiliencia” una alternativa de Justicia Ecológica y Climática en la región.
A dos meses de realizarse la COP 28, diversos espacios colectivos y ciudadanos se preparan con una propuesta para los países del Norte global y las responsabilidades que tienen con los efectos del cambio climático por los efectos de los Gases de Efecto Invernadero(GEI).
“El Foro Centroamérica Vulnerable es un organismo vivo, un organismo dinámico que aglutina a las organizaciones de sociedad civil de la región centroamericana y del Caribe. Y en tanto, toda esa gama de saberes y planteamientos de estos países se conjugan en este encuentro para obtener herramientas e incidencia con los tomadores de decisiones, tanto de nuestros países como a nivel global”, afirmó, Ávila.
El Foro Centroamérica Vulnerable Unida por la Vida buscan propiciar el diálogo en relación a la agenda ambiental y climática sea esta local, nacional o regional, para establecer las “prioridades “ en el contexto de los desafíos que representa el cambio climático.
“Centroamérica Vulnerable es un espacio de suma importancia de manera que escucha la voz, pero, también, por fusionar la voz de aquellas personas y sectores de primera línea y que sufren los impactos por el cambio climático, pero, también, trabajando con la promoción de la resiliencia comunitaria, la mitigación y adaptación”, agregó Ávila.
Cinco de los 8 países integran el SICA, es decir, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Guatemala y El Salvador no solo pertenecen a la segunda región del mundo más vulnerable, con riesgos climatológicos, sino que también se ubican dentro de los 15 primeros en el índice de riesgo climático mundial.
Sobre la Resistencia Ecofeminista, señaló que las propuestas y respuestas de las mujeres es terminar con la opresión de género, ética, racial y social, que está a la base de la explotación de la naturaleza y exclusión de las mujeres.
Las mujeres denunciaron la violencia desde el Estado en contra de las mujeres, por lo que demandaron que se convierta sus acciones en garantizar los derechos de las mujeres y abrir espacios participativos.
En cuanto a la COP 28, en el espacio de “pérdidas y daños” se exige la adaptación climática desde lo local y la construcción de Planes Nacionales de Adaptación, que cuenten con los saberes y conocimientos de las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas.
“Fortalecer procesos participativos de la sociedad civil en el monitoreo y reporte de avances de las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC) y Planes de Acción Nacional frente a al Cambio Climático”, señala el pronunciamiento final.
Otro de los temas ponderados es la adhesión y ratificación del Acuerdo de Escazú, así como otros mecanismos que proporcionen la protección y respeto a los derechos de las personas defensoras y poder ejercer el derecho a defender derechos.
“Demandamos la libertad para los y las defensores ambientales criminalizados por su resistencia y defensa de los territorios, garantizando las condiciones jurídicas de protección de acuerdo a sus contextos”, reitera el pronunciamiento.
“Queremos exigir a los países más contaminantes una acción vinculante, y que se responda al contexto de crisis ambiental que estamos viviendo. Y abrir los espacios de participación de la ciudadanía y cumplir con las políticas públicas que desde la sociedad civil se han propuesto en términos de oportunidades para la gente”, concluyó José Ramón Ávila director de ASONOG.
