El Día Internacional de la Diversidad Biológica, es una fecha que se celebra cada 22 de mayo de cada año, por decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 20 de diciembre de 2000, creado para “informar y concienciar a la población y a los Estados sobre las cuestiones relativas a la biodiversidad”. La fecha se eligió por coincidir con el aniversario de la aprobación del Convenio sobre la Diversidad Biológica, firmado en 1992.
La diversidad biológica o biodiversidad, hace referencia a la amplia variedad de seres vivos sobre la Tierra y los patrones naturales que conforma. La diversidad biológica que observamos hoy es el fruto de miles de millones de años de evolución, moldeada por procesos naturales y cada vez más, por la influencia del ser humano.
En este 2019 el mensaje se centra en la biodiversidad, como la base de nuestra alimentación y salud y como catalizador clave para transformar los sistemas alimentarios y mejorar la salud de los seres humanos.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el objetivo es impulsar el conocimiento y concienciar sobre la estrecha dependencia que los sistemas de producción de alimentos, la nutrición y la salud tienen con la biodiversidad y los ecosistemas saludables. El tema también celebra la diversidad que ofrecen nuestros sistemas naturales, para la existencia humana y el bienestar en la Tierra, al tiempo que contribuye al logro de otros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como la mitigación y adaptación al cambio climático, la restauración de los ecosistemas, el agua limpia y el hambre cero, entre otros.
Datos de la ONU reflejan que en los últimos cien años, más del 90 % de las variedades de cultivos, han desaparecido de los campos de los agricultores. La mitad de las razas de muchos animales domésticos ya no existen, y las diecisiete principales zonas de pesca del mundo, están siendo explotadas hasta sus límites sostenibles.
La variedad local de los sistemas de producción de alimentos, también corre el riesgo de desaparecer, incluidos los conocimientos de los pueblos indígenas o las comunidades locales que llevan consigo. Con este declive, la biodiversidad agrícola está desapareciendo y con ella también el conocimiento vital de la medicina tradicional y los alimentos locales, lo que está directamente relacionada con enfermedades o factores de riesgo para la salud, como la diabetes, la obesidad y la desnutrición.
Hay que tomar conciencia de la importancia del medio ambiente en el mundo, en el país y en nuestra comunidad; en El Salvador por años hemos sido testigos de la falta de conciencia en la protección de nuestros cultivos originarios. Es por eso que invitamos a las poblaciones que residen alrededor de estas áreas naturales, a tomar acciones de la mano con las autoridades locales y nacionales, para fomentar la agricultura sostenible que garantice la protección de los ecosistemas y la diversidad biológica de los mismos.