TeleSUR
Las protestas en varias ciudades contra la presencia de la misión de cascos azules de la Organización Naciones Unidas (Monusco) en la República Democrática del Congo (RDC) se han saldado, hasta este martes, con al menos 33 personas, incluyendo civiles.
Las protestas, que empezaron el sábado de hace dos semanas, desembocaron el lunes y martes siguiente en el asalto y saqueo de algunas instalaciones de la ONU en Goma antes de extenderse a otras localidades y provocaron la evacuación del personal de la organización internacional.
La ONU ha justificado que tres civiles fallecieron en otro incidente este domingo, cuando soldados de la Monusco fueron presuntamente atacados y habrían tenido que disparar en un puesto fronterizo con Uganda.
«En su informe, la comisión especial dirigida por el ministro de Interior señala un cómputo de pérdidas humanas de 36 muertos», incluyendo, señaló el portavoz del Gobierno congoleño, Patrick Muyaya.
De acuerdo a Muyaya, una comisión gubernamental de Kinshasa también tuvo conversaciones con diversos actores de la sociedad civil de Goma y Butembo y “la población manifestó una demanda clara: ver partir de la República Democrática del Congo a la Monusco».
Entretanto, el presidente congoleño, Félix Tshisekedi, mantuvo este lunes una conversación con el secretario general de la ONU, António Guterres, para abordar esta crisis y este último le habría manifestado su “indignación” por los sucesos en la frontera con Uganda.
La ira ha sido alimentada por la percepción de que la Monusco no está haciendo lo suficiente para detener los ataques de los grupos armados, a pesar de que cuenta con más de 14.000 soldados sobre el terreno desde 1998, poco después del fin de la dictadura de Mobutu Seseko.