Buenos Aires / AFP
Cientos de personas protestaron el viernes frente los exministerios de Trabajo y Agroindustria de Argentina, que fueron absorbidos por otras carteras como parte del ajuste del Estado lanzado por el gobierno en medio de una negociación con el FMI.
«No a la eliminación del ministerio, Trabajo no se toca, no sobra nadie», rezaban los carteles frente a la excartera integrada ahora a una secretaría del ministerio de Producción.
El lunes pasado el presidente Mauricio Macri resolvió reducir de 22 a 10 el número de ministerios en una reestructuración de su gabinete.
Entre los ministerios que pasaron a ser secretarías se encuentran los de Trabajo, Salud, Agroindustria y Ciencia y Tecnología.
La medida busca llevar a cero el déficit fiscal en 2019. Este año el déficit de las cuentas públicas será del 2,7% según las proyecciones oficiales.
El ajuste es parte de las medidas con las que Argentina espera conseguir que el Fondo Monetario Internacional adelante desembolsos de un acuerdo firmado en junio por 50.000 millones de dólares a tres años. Los detalles aún se negocian.
Los fondos buscan despejar las dudas de los inversores sobre la capacidad de pago de la deuda, temores que desencadenaron una crisis cambiaria que tuvo esta semana una tregua con una recuperación de la moneda del 5% en tres días.
«Estamos en emergencia» admitió Macri pese a la seguidilla de alzas de la moneda que se desmoronó casi 50% frente al dólar desde comienzos de año.
Aunque el gobierno no precisó el alcance presupuestario de la reducción de ministerios, se presume que la medida implicará despidos.
«Hay mucha incertidumbre sobre la cantidad de despidos que puede generar esta situación», explicó Juan Manuel Sueiro, secretario adjunto de ATE, el sindicato que representa a los trabajadores del Estado, a las puertas de exministerio de Trabajo.
Frente al exministerio de Agroindustria también hubo protestas.
«Desde el viernes pasado estoy desempleada después de once años de trabajo», explicó a la AFP Karina Buscoski, de 40 años.
Trabajaba en una dependencia del exministerio de Agroindustria que articulaba políticas dirigidas a los pequeños y medianos productores agropecuarios.
En su misma situación está Anabel Soria, de 33 años, recientemente despedida.
«Ayer me llegó el telegrama», lamenta. «Somos 500 compañeros que quedamos en la calle, en abril quedaron afuera 300, y en la situación económica en que está el país no vamos a conseguir trabajo» dijo con resignación.
El golpe cambiario aún no terminó de trasladarse a los precios que acumulan más del 20% de alza desde enero. Analistas estiman que la inflación superará el 40%.
La industria cayó en julio 5,7% respecto a igual mes del año pasado, según datos oficiales divulgados esta semana. Se estima que profundizó su caída en agosto.
El gobierno admitió que la economía argentina está en recesión y que la crisis traerá más penurias al país sudamericano donde uno de cada tres habitantes es pobre, según estimó el propio presidente Macri.