Santiago de Chile / Prensa Latina
Sindicatos, taxistas, estudiantes y otros sectores protagonizan el lunes manifestaciones en esta capital como parte de la convocatoria al Súper Lunes de protestas contra el gobierno de Sebastián Piñera, convocado por la Mesa de Unidad Social.
Al medio día, cientos de manifestantes se congregaron frente a la sede de los Tribunales para desde allí marchar hasta el antiguo Congreso Nacional a reclamar a los parlamentarios el cese de todo trámite en ambas cámaras de proyectos de leyes que pretende impulsar el ejecutivo.
En tanto, grupos de estudiantes marcharon por la Alameda en dirección a la plaza Baquedano, donde a las 17:00, hora local, está prevista la concentración de decenas de miles de personas para protagonizar una de las manifestaciones más grandes desde que se inició el estallido social el 18 de octubre último contra el modelo neoliberal del gobierno.
También la Alameda fue copada por cientos de taxistas con sus autos, cuyos dirigentes sindicales lograron llegar hasta el palacio de la Moneda donde entregaron una carta dirigida a Piñera en la cual plantean una serie de demandas salariales y la dimisión de la ministra de transportes Gloria Hutt.
A juicio de los sindicalistas, la titular no ha cumplido con las promesas de mejorar las condiciones de trabajo y salariales del sector y rechazan el alto costo de los peajes, que según explicaron absorbe el 40 por ciento de lo que ganan diariamente.
En tanto, Prensa latina pudo comprobar que numerosas oficinas gubernamentales se encontraban cerradas al público, en cumplimiento del llamado de la Confederación Nacional de Empleados Fiscales (Conaef) la cual, junto a otros gremios, llamó a un paro nacional durante lunes y martes.
Igualmente funcionarios de la salud marcharon por el centro de la urbe para reclamar mejoras en los hospitales públicos, que según denunciaron, por falta de presupuesto carecen de los insumos necesarios para brindar una adecuada atención.
También sobresalió durante la mañana la entrega de una carta en el palacio de La Moneda, por los activistas internacionales de derechos humanos Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz 1992, y Guillermo Whpey, presidente de la Fundación por la Democracia.
En el texto ambos denunciaron la violación sistemática de los derechos humanos en el país por las fuerzas militares y policiales, con una desmedida represión a las manifestaciones pacíficas de la ciudadanía exigiendo sus derechos.
En marchas y demostraciones los participantes exigen una nueva Constitución para Chile, que garantice el disfrute por todos de los derechos a la salud y la educación, y de servicios básicos como agua, energía y transportes con precios justos, salarios y pensiones dignos y la nacionalización de recursos naturales como el litio.
También se han reportado manifestaciones con similares exigencias en ciudades como Valparaíso, Concepción y Viña del mar, mientras que en Talca, Arica y en esta capital, se produjeron interrupciones del tráfico en algunas vías con barricadas incendiadas por grupos de manifestantes.
Además de la gran convocatoria en Santiago y otras ciudades, hubo un cacerolazo nacional para exigir al gobierno la realización de cambios profundos y respuestas concretas e inmediatas a sus demandas sociales.