Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
Josefa Elizabeth Ávila es una dinámica lideresa del caserío Los Pajaritos, cantón Tierra Blanca, ahora distrito de Chirilagüa, en el departamento de San Miguel, quien está a cargo de la ADESCO y del Comité de Mujeres, del cual es fundadora, y en la actualidad se encuentran impulsando proyectos de beneficio para la población, con el acompañamiento y apoyo de la Asociación de Ayuda Humanitaria PROVIDA y Fundación SHARE.
La población del caserío Los Pajaritos la conforman unas 150 familias, quienes viven de la pesca artesanal y la agricultura de sobrevivencia para su consumo familiar. Sin embargo, no siempre es factible por el impacto climático, como las sequías o inundaciones .
PROVIDA ejecuta en Los Pajaritos el proyecto de desarrollo territorial, el cual consiste en un proceso de evolución social participativo desde las comunidades y en especial de las mujeres en zonas de mayor vulnerabilidad y de difícil acceso como Los Pajaritos, Vista Hermosa y El Salto en Chirilagua, ubicados a 167 kilómetros de distancia de San Salvador.
Betty, como conocen a Josefa Ávila, comentó que iniciaron este proceso conjunto en el año 2018, luego del “enjambre sísmico”que afectó los municipios de Chirilagüa e Intipúca.
Trabajo comunitario y PROVIDA,
“Recuerdo que cuando fue ese enjambre sísmico, PROVIDA vino y nos acompañó en esta fase bien terrible, porque se tuvimos que hacer un albergue en la calle. Ahí, se hacían las champas como se podía. Y nosotros como ADESCO nos encargamos de ver cómo se conseguía para darle de comer a la gente. En ese tiempo la Alcaldía de Chirilagua (2018) nos echó la mano en esos momentos, así como otras instituciones”, relató.
“PROVIDA vino y empezó, pues, a ayudarnos, trayendo jornadas de consulta médica, charlas psicológicas para las mamás, niños, y todos los que lo necesitaran. Y específicamente para las mujeres”, reseñó Ávila.
“Vivan las Mujeres pero Sanas” es un proyecto que inició PROVIDA con la Fundación SHARE, que se ejecuta a través de donaciones económicas aportadas por la diáspora para facilitar a las mujeres comunitarias en El Salvador el acceso a la salud sexual y reproductiva, el pago de exámenes en prevención del cáncer de cérvix y mamas y sus tratamientos.
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Así como jornadas generales de salud familiar en prevención de otras enfermedades de la niñez, adultos y adultos mayores. Actividad que inició en Chirilagua, a las que se han ido sumando otras comunidades, agregó Morena Clara Martínez, enfermera del Proyecto “Vivan las Mujeres pero Sanas”.
“El proyecto poco a poco ha abarcado mucho más población, pero tenemos como enfoque no la cantidad de población de mujeres, sino la calidad de atención, y esto abarca la prevención dando charlas, consejos, tips y dar prioridad al autocuidado cada año”, sostuvo Martínez.
El proyecto “Vivan las Mujeres, pero Sanas” cuenta con un enfoque de «atención primaria en salud», no obstante, debido a diversas necesidades, PROVIDA ha tenido que subir el nivel primario de la prevención de la salud, educación para la salud y el acercamiento de los servicios para la comunidad.
“En este nivel ofrecemos citologías, mamografías y a partir de esos exámenes se pasa a ultras pélvicas, abdominales y de mamas. Así como otros exámenes para robustecer los diagnósticos. También tenemos la parte organizativa, allí trabajamos con los Comités de Mujeres, enfocados en salud”, explicó Martínez.
Salud de las mujeres a través de la organización
Para la lideresa de Los Pajaritos, este trabajo continuo e integral de PROVIDA y Fundación SHARE ha permitido salvar vidas, tomar conciencia de la importancia de la salud y la organización social.
“A PROVIDA y SHARE ¿qué más le podemos pedir con este proyecto de mujeres?, lo digo porque ninguna institución está tan comprometida por nosotras como ellos. Si alguien tiene algo malo lo llevan a su tratamiento, le acompañan en todo momento, lo movilizan y le dan alimentación”, compartió.
“Porque en la clínica (Unidad de Salud), si el doctor manda hacerse una prueba se tardan para realizarla, se tardan para entregar la respuesta, y si no está el médico que la atendió primero, pues se queda sin consulta. Ha ocurrido que le dicen a la mujer que salió bien y luego, salen que habían confundido la respuesta, y la mujer en su casa muriendo, sin comprender que le habían dicho que estaba sana, esto es terrible», sostuvo Betty Ávila.
La salud es un compromiso de todas las mujeres de la comunidad
“Desde hace 3 años estamos con el programa PROVIDA “Vivan Las Mujeres pero Sanas”, y a través de este proyecto se ha traído mucha ayuda a nuestra comunidad y otros beneficios en salud”, expresó la lideresa comunitaria Maria Reina Argueta Medrano, de la caserío Vista Hermosa.
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Argueta Medrano reconoció que una salud integral inicia desde la importancia que las mujeres asuman de manera individual realizando sus exámenes cada año.
“Sólo hemos tenido un caso de una vecina que perdió la vida porque el cáncer estaba en etapa avanzada y no se pudo hacer nada. Eso nos enseñó a comprometernos por nuestra salud. A algunas no les gusta hacerlo, pero aquí la mayoría se toman la citología, y si necesitan les dan el tratamiento, y lo mismo con la mamografías, afortunadamente nos ha ido bien”, agregó Argueta.
En cuanto a los “comités de mujeres”, PROVIDA trabaja con siete de ellos en el distrito de Chirilagua, y han podido verificar que cada año se van sumando nuevos comités en un aproximado de dos grupos nuevos en las comunidades aledañas y reciben capacitaciones dependiendo de los recursos del proyecto.
“Nosotras como Comité de Mujeres de Vista Hermosa somos más de 40, y estamos muy agradecidas con el programa porque nos ha ayudado mucho a nuestra salud. También las jornadas médicas para la familias, que trajo hasta especialistas en odontología, oftalmología y la consulta general”, explicó.
“Esta atención de salud desde PROVIDA y SHARE es a nuestro entender una forma de prevenir el cáncer. Aquí en nuestra comunidad es difícil tener acceso a una salud completa. Porque ni contamos con promotores de salud. Por eso la gente aprovecha las jornadas médicas, por lo difícil del transporte para ir hasta Chirilagua, que está distante de nosotros”, reafirmó Argueta.
El cambio social desde la organización comunitaria
Helen Claros es la lideresa comunitaria en el caserío El Salto, y junto a otras mujeres fundaron el Comité de Mujeres Rurales, que les ha dado herramientas en organización comunitaria, promoción de la salud y el autocuidado, que ha permitido a estas mujeres avanzar en su articulación como sus pares de otras comunidades.
“Hemos trabajado en nuestra capacitación y cuando la gente y las mujeres nos ven, saben que estamos organizadas y nos tienen confianza. Y hablamos con ellas, para que tengan la seguridad que el grupo está trabajando en su beneficio”, dijo Claros.
“Todas están pendientes de las fechas de los exámenes en las jornadas y nos piden que las anotemos para lograr exámenes, medicamentos o tratamiento posterior. En estos tres años que trabajamos con PROVIDA no hemos tenido casos graves de cáncer en las mujeres de la comunidad, porque han tomado conciencia de la importancia de la salud y abordar problemas sociales”, agregó Claros.
El Comité de Mujeres Rurales enfrenta junto a su comunidad el desafío de la tenencia de la tierra, ya que el antiguo propietario falleció y sus familiares vendieron los terrenos en donde se asienta la comunidad El Salto, y no han podido reunirse con el nuevo propietario.
“La mayoría de nosotras nacimos aquí en el Salto, y hemos sido colonos en estas tierras por décadas desde los años cincuenta, nuestros bisabuelos y abuelos se instalaron aquí. Y para vivir aquí, ellos trabajaban tres días para el antiguo dueño y así fue, pero él falleció”, reseñó.
“Ahora que ya vendieron el terreno que incluye a la comunidad El Salto, no sabemos si vamos a seguir aquí, si el nuevo dueño dispondrá de otra cosa o si va a reunirse con nosotros para negociar la compra de los lotes en donde están nuestras casas o piensa desalojarnos”, explicó Claros.
Asimismo, señalaron que un habitante del lugar que sembraba granos básicos en un parcela, le avisaron que hasta mayo que recogiera su cosecha podría seguir en el lugar desarrollando esa actividad, lo que consideró Claros, lo dejaría sin ingresos económicos de la venta de su milpa.
“Ha venido una persona encargada del nuevo propietario, porque no conocemos al dueño, e intentamos reunirnos para presentarnos para saber qué piensa hacer con el terreno que ocupa nuestra comunidad. Y ya pasó febrero y no hay acercamientos”, comentó.
“Somos más de 40 familias en este lugar y queremos saber que va a pasar con nosotros, porque tenemos décadas de vivir en la zona. Sólo queremos tener información y estamos buscándola para tomar acciones colectivas sobre esta problemática”, reafirmó Claros.
El difícil camino del agua en las comunidades rurales de Chilanguera
Ángel Saúl Cabrera, a cargo del sistema de agua en el cantón Chilanguera, distrito de Chirilagua, San Miguel, destacó de PROVIDA el acompañamiento y apoyo en la iniciativa ciudadana, para contar con servicio de agua domiciliar en las comunidades.
“Este proyecto nació desde la comunidad y está articulado por afluentes de agua y no es por bombeo de un pozo. Esta agua se trae por gravedad hasta los domicilios y son como 6 o 7 kilómetros de tuberías que pasan por terrenos y abastecemos alrededor de 321 familias”, informó Cabrera.
Estos programas que desarrolla PROVIDA, como el de salud familiar y el “Que Vivan Las Mujeres pero Sanas”. Junto al proyecto de desarrollo territorial y la gestión de riesgos y desastres, se realiza desde un proceso integral.
Así como, el tema agua de las comunidades, en el que PROVIDA, ha incursionado en la «Mesa de Agua», en la que comparte con diversas Juntas de Agua, asesorías y capacitaciones técnicas y brindar recomendaciones en el mantenimiento de los sistemas de agua.
“Por ahora tenemos un total de 350 familias, sabemos que cuando es época de verano el agua debe relacionarse un poco entre las comunidades por la capacidad de los afluentes que bajan sus niveles, pero en invierno el caudal de agua es mayor, así que en esa temporada el agua se sirve las 24 horas”, manifestó.
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“El agua la repartimos por sectores comenzando por El Centro, Campamento, Los Mangos, Halcón y Los Escondidos. Hay dos cajas de captación de agua, una se llama El Chilar y El Tibio, antes de estar con PROVIDA, nosotros tratábamos el agua a nuestra manera, pero con la capacitación que nos dieron, sabemos que cantidad de cloro se debe aplicar y hemos mejorado porque contamos con las herramientas para medirla”, indicó Cabrera.
Además de contar con medidas de saneamiento del agua, también reciben el control del inspector del Ministerio de Salud, que realiza pruebas al agua que sirven a los pobladores y no han tenido nunca un llamado de atención. Lo que demuestra la preparación para atender la demanda de agua comunitaria, consideró Cabrera.
“PROVIDA nos ha apoyado constantemente con la entrega de tubería para el sistema de agua, la compra a precios más cómodos de las pastillas de cloro, y asesoría para inscribirnos en el registro de Juntas de Agua. Y gracias a ellos ha sido importante para estos sectores recibir agua potable todos los días en su domicilio y sin tener que acarrear y usar 2 o 3 horas de camino”, puntualizó Cabrera.
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