Carlos Girón S.
El próximo 3 de febrero, fecha de las elecciones presidenciales, está terminantemente PROHIBIDO que los ciudadanos nos equivoquemos al marcar la papeleta frente a las urnas, pues cualquier falla o equivocación puede: o bien hundir, o bien salvar a nuestra Patria.
Por eso se debe tener sumo cuidado al trazar la cruz sobre la boleta, pues debe tenerse en mente que con el destino de nuestro país no se juega. Por eso, cada ciudadano debe en ese momento crucial alzar la mirada al cielo y pedir guía e inspiración divinas para proceder correctamente, no equivocarnos al elegir el camino, bien hacia la izquierda o bien hacia la derecha, o sea, hacia más futuro promisorio, o hacia un retroceso, un pasado nefasto.
Al ejercer nuestra voluntad debemos tomar en cuenta y acordarnos la procedencia de cada candidato, si tiene tras de sí la estela de unos padrinos o patrocinadores de estirpe honrosa, limpia, honorable y promisoria, o si, por el contrario, tiene como trampolín grupos anti-Patria, depredadores de la misma, enemigos del pueblo. Esto es bien fácil de distinguirse y reconocerse Y, sin duda, inteligente como es nuestro pueblo, a esta hora ya tiene firme y decidido hacia qué lado inclinará el balancín.
Y, en efecto, en un corro de conocidos, se conversaba sobre variados temas sin dejar de lado la actualidad política. Saltó inevitablemente el asunto de los debates en público, por TV, que se han estado realizando entre los diferentes aspirantes a convertirse en presidentes de la República.
Varios de los circunstantes fueron francos en decir que no le prestaron la menor atención a tales debates porque allí, decían, se trataba de puro bla bla bla vacío, que no convencía de verdad a nadie, y que le dejara en mente, desde ese momento, la sugestión de que votará por X o por Y bandera. Lo compararon con las divertidas encuestas que se adelantan a anunciar el gane de este o el otro candidato.
Pensaban los amigos, que la gente, los consultados en las encuestas, se quedan riendo después sabiendo que no dijeron en ningún momento sus verdaderas intenciones, pues desde antes cada uno ya tiene decidido a quién le darán su voto, o si simplemente no acudirán a las urnas.
Los amigos fueron del criterio de que la gente ya se siente inmunizada del virus de la política y de los políticos, aduciendo que, en ese mundo, escasísimas son las excepciones de que haya uno de ellos realmente probo, sin ambiciones ilícitas y que esté pensando de veras en el bienestar de los demás, de todo un pueblo. Han comprobado en el pasado que la mayoría de veces los que por carambola atrapan la Presidencia de la República, casi de inmediato sufren de amnesia y olvidan las promesas.
Los amigos señalaban también que otra característica de los políticos es que, si son pobres, llevan en mente “componerse”, halando todo lo que puedan de la plata ajena –del pueblo— a sus morrales, y que si, por el contrario, son ricos… pues también llevan la mira de aumentar la fortuna que ya tengan, haciendo aguantar hambre a la gente y dejando más endeudada a la Nación, por la contratación de fuertes empréstitos en el exterior.
Señalaron como cosa divertida que esto no es solo práctica en nuestro país, sino también en muchos de otras latitudes, donde los autores de tales maniobras lo han pagado caro, ellos y sus familias.
Todo eso son realidades muy sabidas de nuestros conciudadanos, por lo que se espera que en esta oportunidad demuestren que han aprendido bien la lección, y que ni se dejarán engañar ni se confundirán al momento de ejercer su sufragio, conscientes de que nos enfrentaremos este próximo 3 de febrero a un momento verdaderamente histórico y crucial, donde cualquier error o falla puede ser fatal para los destinos patrios y, por supuesto, para los salvadoreños en general.
También debe tenerse cuidado meticuloso en no elegir candidatos extranjeros, de otras nacionalidades que no sean la legítimamente salvadoreña, pues a estas horas los candidatos no han certificado sus partidas de nacimiento, al menos dándola a conocer públicamente y hay entre ellos al menos uno que es oriundo de Gringolandia o de tablados flamencos… La duda podrá despejarse únicamente ante las urnas, votando por la legitimidad y la salvadoreñidad.
Hagamos pues nuestra consigna que el próximo 3 de febrero queda absolutamente PROHIBIDO equivocarse al momento de depositar la boleta en las urnas democráticas en todo el territorio nacional en nuestro país.
Este es el último llamado de Alerta a la población apta para ejercer el sufragio, a no traicionar a la Patria como sería marcándole derroteros que la lleven al despeñadero, con los consiguientes grandes males para ella misma, si echara a la basura el voto otorgándoselo a candidatos foráneos.
¡Cuidado, pues está PROHIBIDO terminantemente equivocarse en este caso y esa fecha!