Desde el cordón umbilical de todos los sures ofrece un efusivo abrazo, un puñado de fe, en la confianza de solidificar la amistad, las raíces de nuestra cultura, el apoyo mutuo y la comprensión.
Estamos en la antesala de un año que se despide de nosotros.
Como parte de la cultura hemos convertido estos tiempos en un detalle fugaz y sublime, tiempo en que nuestro ser se llena de alegría y solo podemos disfrutarlo cada 12 meses, el espíritu se vivifica, porque esperamos un año más que vendrá, quizás inconsciente o consciente deseamos que sea mejor, que nos dé la oportunidad de cumplir nuestros objetivos.
El proyecto Cultural Sur, es un proyecto de vida y de hacer cultura desde nuestra propia cultura, deseamos a todo ser viviente que los sueños persistan en su anhelo, que nada ni nadie os quite el acto de fe.
Porque la esencia de la vida consiste en ser fiel a lo que uno cree y ama, su identidad, su cultura. Vamos juntos pues, haciendo veredas en este transitar para crear un ambiente donde florezca un pensamiento de paz y amor, y realmente hagamos en este globo terrestre una Feliz Navidad.
Sin negar que para una gran cantidad de familias de escasos recursos económicos se vuelve tiempo de apuros por no tener qué ofrecerles a sus dependientes.
Aunque hay algo que es más valioso que todo lo material; eso es el Amor.
Sintiendo un dolor en el fondo de nuestro ser por los miles de hermanos que están sufriendo las consecuencias de dictaduras retrógradas, de siniestros que más parecen infiernos intencionados, la muerte de los prisioneros en Honduras parece una dinámica nazi, los incendios que han arrasado con tantas viviendas de gente pobre.
Navidad, una palabra que encierra todo lo bueno de este mundo, al parecer, es una tregua para estimular la dignidad de la vida humana, en este minúsculo planeta que gira hacia un día más; un día en el que podemos hacer mejor las cosas.
Pongamos en práctica nuestra fe y seamos una comedia sutil, quitémosle el dolor a las lágrimas, dejémoslas salir de alegría, que nazcan para volver a empezar. La escancia de la vida consiste en ser fiel a lo que uno cree y ama, su identidad, su cultura.
¿Por qué no pensar en un mundo dónde la poesía nutra y trasforme al hombre? En acción poética, sería fenomenal, convertirse en sentimiento que pueda valorizar a la humanidad como seres fragmentados por la madre tierra, revolucionarios de sí mismos y transformadores de la palabra como elemento de innovación y crecimiento al mundo de paz, que la humanidad constituya la columna vertebral del universo, con un gran porcentaje de la sociedad que sí lean más para que sin dudas, haya más consciencia humana.
Se trata de dar un descanso a la vista frente a tanta injusticia y maldad, a tanto irrespeto por la vida, brindarle un rayo de luz que lo haga salir del letargo, un oasis en la vorágine del día a día, de la rutina.
Y unidos en la diversidad seamos hermanos.
Por el Pc-surv
Lucy Ortiz