Ante el crimen y la impunidad que arremete en contra de la mujer nuestra acción no está acondicionada al mercado, ni a lisonjear a la mujer sino a dejar bien claro que estamos en desacuerdo por atropella hacia sus derecho.
En todo el mundo, las niñas y mujeres se ven expuestas a diversas formas de abuso físico, psicológico y sexual. Para las mujeres indígenas que han vivido humilladas, maltratadas y olvidadas, esto representa un obstáculo mayor a su capacidad para ejercer sus derechos y participar plenamente en la sociedad como corresponde.
El problema de discriminación que sufre la mujer es un problema mundial y uno de los delitos más vergonzosos que existen, ya que priva de su dignidad a millones de mujeres jóvenes y niñas en todo el mundo. Los que trafican con mujeres, por lo general de bajos recursos económicos, las engañan y las someten diariamente a situaciones de explotación. La forma más conocida de este mercado de personas es la explotación sexual, cientos de miles de mujeres son víctimas, también son objeto de abuso como trabajo forzado, servidumbre doméstica, mendicidad o extracción de órganos.
En todo el mundo las mujeres sufren discriminación y violencia, violación a sus derechos. Tanto el derecho penal como el derecho civil hacen eco de la discriminación hacia las mujeres en las leyes relativas al matrimonio, a la herencia e incluso a la propiedad. Aun en los países en los que las mujeres han conseguido la igualdad de derechos, a menudo en la práctica esta igualdad sigue siendo ilusoria.
En el seno de las instituciones públicas con poder de decisión, las mujeres siguen estando ampliamente infrarrepresentadas. La violencia contra las mujeres suele prosperar debido a que no existen leyes que favorezcan y aseguren protección a la mujer de forma adecuada, también existe la dificultad de las víctimas para acceder a la justicia.
Se banaliza la violencia contra la mujer, la ley no castiga en su justa medida a los victimarios, fomentando así cultura de impunidad para estos delitos.
Existen miles de miles de mujeres desaparecidas, nadie las busca, nadie las extraña. Este es un problema mundial. Ante esta realidad, el movimiento Proyecto Cultural SUR convoca a todos y todas, personas, organizaciones, movimientos que quieran sumarse a esta acción internacional artística en todas las disciplinas, para ello declaramos:
“MUJER Y MADRE TIERRA”
Una proclama donde la voz de la mujer indígena se convierta en una ley
1) Pc-sur declara el primero de marzo día internacional de nuestra: “Mujer y Madre Tierra”
2) Proponemos a nivel internacional una acción artística en todas las disciplinas.
3) Nuestra acción Sur adoptada en el octavo congreso con el nombre “Mujer y Madre Tierra” se propone aglutinar a mujeres de todas las razas sin exención de política, religión, idioma ni disciplinas artísticas, solo queremos su voz en acción.
4) Sumar a esta acción la voz de la mujer indígena como parte fundamental en todo el mundo.
Respaldemos esta acción con un pliego de peticiones que se hará llegar a las autoridades correspondientes: exigir por la abolición de leyes discriminatorias y la adopción de leyes de protección; presentar documentos testimoniales a entidades correspondientes en cada país donde se realice esta acción, denunciar por todos los medios las violaciones de los derechos de las mujeres.
Acceder a los organismos regionales e internacionales encargados velar porque haya justicia, que promuevan para que actúen; representar a las víctimas de violencias sexuales ante la justicia.
Proyecto Cultural Sur agradece a toda persona que desea unirse a esta acción, pide el apoyo de los hombres que se solidaricen con esta causa porque es justa y necesaria.
Por el Pc-surv
Lucy Ortiz