Roma/AFP
Los centenarios, particularmente numerosos en una región cercana a Salerno (sur de Italia), revelaron este lunes algunos de sus secretos: la cuasi ausencia de un marcador sanguíneo en su organismo a diferencia del común de los mortales.
Con 81 centenarios censados a comienzos de septiembre, sobre unos 700 habitantes, el pueblo de Acciaroli ha intrigado particularmente a científicos estadounidenses que pasaron varios meses en la región de Cilento, encerrada entre el mar y la montaña al sur de Salerno, en Campania, para desvelar el secreto de esta longevidad excepcional.
Investigadores de la Universidad de San Diego, California (EEUU), asistidos por colegas de la Universidad La Sapienza de Roma, llegaron durante la primavera (boreal) pasada para estudiar el misterio de los pobladores del lugar que desafían a la muerte, y este lunes hicieron públicos los primeros resultados de este estudio.
La propensión de estos centenarios a casi nunca padecer enfermedades cardíacas o cognitivas como el mal Alzheimer, se explicaría por el hecho de que un marcador biológico, extrañamente, está poco presente en sus organismos.
Se trata de un vasodilatador llamado adrenomedulina, afirmaron en un comunicado los investigadores estadounidenses e italianos.
Este marcador sanguíneo está presente «de manera mucho más reducida en los sujetos estudiados, y parece actuar como un poderoso factor de protección, favoreciendo un desarrollo óptimo de la microcirculación», es decir, la circulación sanguínea capilar, según el texto.
La investigación continuará
El estudio también reveló «metabolitos (pequeñas moléculas) presentes en su organismo, que podrían influir positivamente en la longevidad y el bienestar de los centenarios de Cilento,» añade el comunicado, sin especificar qué molécula es exactamente.
Los científicos han decidido extender este estudio piloto y desarrollar su investigación, lo que comprenderá además una campaña de recaudación de fondos para lograrlo.
Además de avanzados análisis sanguíneos (ADN, metabolismo, etc), los investigadores realizaron controles cardíacos y neurológicos, explicó a la AFP Alan S. Maisel, profesor de medicina cardiovascular en la universidad de San Diego.
Los investigadores se interesaron mucho en la alimentación de estas personas, la famosa dieta mediterránea a base de aceite de oliva (que ellas mismas producen), pero también en la genética. Los centenarios podrían tener un gen que logra extraer las propiedades beneficiosas de ciertos productos consumidos regularmente, «como el romero, que mejora las capacidades del cerebro», precisó el profesor Maisel.
Entre las 80 personas ancianas que participaron en el estudio, 25 de las cuales eran centenarias, ninguna sufría la enfermedad de Alzheimer.
Eso sí, todas practicaban una actividad física a diario, como la pesca, el mantenimiento de su huerto o el paseo, en este pueblo de calles escarpadas.
«Muchas de estas personas parece que mantienen una actividad sexual», había revelado el investigador.