Yanuario Gómez
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Los indígenas que poblaron nuestro país en la antigüedad se destacaron por tener un alto grado de respeto hacia sus dioses y la naturaleza, por lo cual, todas sus acciones estaban armonizadas con los ciclos biológicos de la tierra, lo que los llevó a alcanzar notables adelantos en todos los ámbitos de las ciencias.
“Nuestros antepasados lograron integrar sus sentidos con los fenómenos del medio ambiente, ellos seguían los ritmos de la naturaleza, uno de los inventos claves para la cosmovisión mesoamericana fue el calendario, que tiene que ver con el inicio de las lluvias”, dijo Gustavo Pineda de SECULTURA.
En realidad, la civilización indígena de aquella época creó dos calendarios, uno de 365 días que tenía que ver con el movimiento del sol alrededor de la tierra, según sus creencias, y otro que constaba de 260 días y que comprendía la época de cultivar el maíz.
Este período comprendía tres cosechas del importante grano que se convirtió en la base de la dieta de la civilización pipil que fue la que se desarrolló en nuestro país, este ciclo tendría su comienzo a mediados de abril cuando comenzaban a preparar la tierra para la siembra.
Estas tres cosechas de maíz entre los nahuas pipiles eran conocidas como Tzupanmil que era la de la lluvia, Tunalmil de suelo húmedo y Apanmil, que era la de riego. Cada una con una duración de tres meses.
“Este período es equivalente a nueve ciclos lunares que es comparable a los nueve meses de gestación del ser humano, ellos iban integrando estos ciclos. Por otro lado, el número 260 lo obtienen de multiplicar cifras importantes del cuerpo humano, es decir de multiplicar los veinte dedos de nuestras extremidades por las trece coyunturas de nuestro cuerpo”, añadió Pineda.
Esto denota una simbiosis entre el maíz y el ser humano, ya que este cultivo no crece de forma silvestre sino por intervención humana para cosechar. Este es solo un ejemplo de cómo los pueblos originarios iban desarrollándose en armonía con la naturaleza.
En cuanto a las costumbres y tradiciones de nuestros antepasados, encontramos una que aún hoy se mantiene, como lo es la celebración del Día de la Cruz, este es un ritual sincrético ya que por un lado está la cruz mesoamericana que era la visualización del universo de esa forma, con los cuatro puntos cardinales.
“La cruz en la tradición Pipil era hecha de jiote debido a su parecido con la piel humana ya que se descascara lo que tiene que ver con la restauración y esta vinculado a los rituales de la diosa Xipe Totec, que eran muy sangrientos y el uso de las frutas como símbolo de la vida”, indicó Pineda, experto en pueblos indígenas de SECULTURA.
Con respecto al concepto de la vida que manejaban nuestros antecesores, este según el Popol Vuh, era concebida como la unión de los corazones de la tierra y el cielo, energía masculina y femenina respectivamente y la unión de estas vendría dada por la lluvia que era como la copula, a partir de esto surge la vida.
Todas estas formas en que los pueblos indígenas armonizaban cada una de sus costumbres, tradiciones, danzas rituales, entre otros, hicieron que presentarán adelantos científicos que aún en nuestros días despiertan todo tipo de teorías de como aprendieron o quien les brindó ese conocimiento.
Entre los adelantos más notables de los indígenas estaban: El establecimiento de un calendario, reloj para contar las horas, fases lunares para la siembra y la cosecha, sistemas de riego que involucraban desviación de ríos, esto en lo que se refiere a la vida diaria.
En ciencias más complejas como la Astronomía, medicina, arquitectura, alfarería, escritura, matemáticas también desarrollaron conocimientos adelantados a su época.
En la medicina se dice que eran capaces de realizar operaciones de órganos como el corazón y el cerebro; en matemáticas, la numeración y operaciones matemáticas básicas; en escritura, una gramática bien definida.
Además en cuanto a la arquitectura y alfarería podemos citar edificaciones que sobreviven hasta nuestros días como las ciudades antiguas y trastos o herramientas hechas de barro que hoy en día nos dan testimonio de como vivían los pueblos originarios.