Yanuario Gómez
@DiarioCoLatino
En el pasado, nuestro país fue poblado por civilizaciones indígenas como lencas y pipiles que lograron un gran desarrollo científico, estos últimos, mucho más numerosos y descendientes de las migraciones nahuas, como demuestran las fuertes influencias lingüísticas del náhuatl.
Los pipiles dan nombre a las tierras del centro del país, como Cuzcatlán, y fundan un centro cultural y político del mismo nombre, cerca de la actual ciudad de San Salvador.
Se dice que los pueblos indígenas de aquella época lograron grandes adelantos en la astronomía, política, arquitectura, cerámica, medicina, entre otras artes; esto según los historiadores de debía tanto a su inteligencia como a poseer una gran armonía con la naturaleza.
“La cosmovisión indígena, más que eso es una cosmo sensación, es decir, una integración de los sentidos a los elementos de la naturaleza, es algo milenario, desde la época precolombina se integraron al medio ambiente de diferentes tipos, seguían los ritmos de la naturaleza”, dijo Gustavo Pineda de la Secretaría de Cultura (SECULTURA).
Según Pineda, uno de los aportes claves para la cosmovisión de nuestros antepasados fue el calendario, que tenía que ver con el inicio de la temporada lluviosa y que calculaba el año solar de 365 días, dentro de ese período había otro ciclo importante que era el de 260 días.
“Este período tiene que ver con las tres cosechas de maíz que se daban en la época precolombina y que han seguido así hasta hace algún tiempo, este ciclo tendría comienzo más o menos en semana santa que era cuando preparaban la tierra para la siembra”, indicó Pineda.
Las tres cosechas de maíz eran: la Zupanmil o cosecha de la lluvia, Tunalmil de suelo húmedo luego de las lluvias y Apanmil que es la cosecha de regadío.
Según Pineda, estas cosechas duraban alrededor de tres meses cada una, que es el tiempo en que el maíz tarda en madurar y a la vez corresponde a nueve ciclos lunares, lo que también corresponde al lapso de gestación del ser humano, una muestra de la integración que poseían con la naturaleza.
Para el especialista de SECULTURA en la visión indígena hay una simbiosis entre el maíz y el ser humano ya que es un cultivo que no nace de manera silvestre sino que necesita la participación del ser humano desde su nacimiento hasta la maduración.
Esta es una muestra de cómo nuestros antepasados tenían la sabiduría de ir con los ritmos de la naturaleza, no solo en el cultivo del maíz sino también en el manejo del agua, la tierra, los ciclos de venus, del sol; algo que en nuestros tiempos se ha venido perdiendo.
Ha sido tanta la pérdida de identidad que se vino dando desde la conquista y colonización de nuestro continente por parte de los españoles que los pueblos indígenas han pasado de ser señores de estas tierras a convertirse en su mayoría, en esclavos de los colonizadores.
En la actualidad, en nuestro país constituyen una minoría casi extinta que además vive en condiciones de extrema pobreza y exclusión social.
Pero, ¿qué se está haciendo por reconocer y preservar esta herencia ancestral y mejorar las condiciones de vida de los pueblos indígenas salvadoreños?
Hasta antes del año 2009 no había mayor avance en este tema, es con la llegada del FMLN a la presidencia del país por medio de Mauricio Funes que se comienza a ver el tema indígena.
En 2010, El Salvador reconoce ante el Comité para la discriminación racial que es un país multicultural y pluriétnico, luego en 2012 se aprueba la reforma constitucional que reconoce a los pueblos indígenas, la cual se ratifica en junio de 2014.
Este reconocimiento es la base y punto de inflexión para otras normativas como ordenanzas municipales a favor de los pueblos originarios en Nahuizalco, Izalco, Panchimalco, Cuisnahuat, Conchagua y Santo Domingo de Guzmán.
“El año pasado (2016) se aprueba la Ley de Cultura que contiene todo un capítulo sobre derechos de los pueblos indígenas, lo que compromete al estado salvadoreño a crear políticas públicas en beneficio de este sector poblacional, promover su desarrollo económico social”, Explicó Rita Araujo, de SECULTURA.
En la actualidad se desarrolla Mesa Multisectorial que conforman las instituciones gubernamentales junto a representantes de las comunidades indígenas, desde donde se propuso la creación de una política pública de pueblos originarios.
“Nos ha llevado alrededor de tres años, discutiendo cada tema inmerso en la política, es un trabajo consensuado porque la manera con que se piensa desde las instituciones hay que homologarla con la cosmovisión indígena”, indicó Araujo.
Para SECULTURA todo esto es parte de un tratamiento especial e inclusivo que debe darse a estas comunidades ya que por mucho tiempo fueron relegadas, la institución reconoce que debe apoyarse a estos sectores con acceso a la educación, oportunidades laborales, fomento de sus creencias y valores, salud, entre otros derechos de los que deben gozar a plenitud.
Para Araujo la educación en las escuelas juega un papel importante en el reconocimiento y preservación de nuestra identidad indígena ya que desde hace mucho tiempo no se ha hecho énfasis en este tema más que solo como historia antigua.
“En cuanto a la educación, quienes formamos parte del estudiantado antiguo podemos dar fe de que solo se tocaba el tema de pueblos indígenas en la historia de la conquista y colonización pero nada más, por ello es importante impulsar un cambio curricular que le dé un verdadero valor a los pueblos indígenas para que los jóvenes conozcan nuestras raíces”, razonó la especialista de SECULTURA.
Con las conquistas obtenidas hasta hoy mediante la política de pueblos indígenas se ha dado un paso significativo hacia el reconocimiento de estos grupos humanos ya que en la actualidad las instituciones públicas dan cobertura a sus necesidades.
Asimismo, los representantes de estos pueblos originarios pueden presentar iniciativas y de esta forma impulsar programas, proyectos e incluso políticas en favor de sus comunidades.
Para la Secretaría de Cultura el trabajo con pueblos indígenas no solo se remite a educar a las nuevas generaciones sobre sus raíces sino también el establecimiento de los derechos de esta población e incluso que ellos reconozcan que poseen estos derechos y los hagan prevalecer ante cualquier situación de discriminación.