Por Nelson del Castillo/San Juan/AFP
Puerto Rico evitó un default al honrar un pago de bonos este martes pero su falta de liquidez y su endeudamiento de 72.000 millones de dólares siguen siendo desesperantes.
La presidenta del Banco Gubernamental de Fomento (BGF, central), Melba Acosta Febo, confirmó en una rueda de prensa que la institución desembolsó «todo el capital y los intereses que debía cancelar hoy de ciertos bonos», en referencia a los 354 millones de dólares que debía pagar en la jornada.
«El pago del servicio de la deuda refleja nuestro compromiso de honrar nuestras obligaciones, pese a los desafíos fiscales que enfrentamos, para facilitar el proceso de reestructuración voluntaria con los acreedores», dijo Melba Acosta, acompañada por el equipo económico gubernamental en la Fortaleza, sede del gobierno en San Juan.
«Pero la posición de liquidez de Puerto Rico es extremadamente constreñida», reconoció la funcionaria.
El secretario de Estado, Víctor Suárez, dramatizó la situación al advertir que «el tiempo se nos está acabando, ya no nos quedan muchas opciones», al pedir al Congreso de Estados Unidos, tal y como pidió el martes en Washington el gobernador Alejandro García Padilla, intervenga para permitir que la isla se pueda acoger a la Ley de Quiebras norteamericana.
Para honrar el pago del martes, García Padilla autorizó mediante un decreto que se utilice un mecanismo que le permitirá al gobierno de Puerto Rico retener ingresos de cinco corporaciones públicas para pagar la deuda y cumplir con los servicios esenciales para el país, como salud, seguridad y educación.
Esta es la primera vez en la historia de los 63 años que Puerto Rico ha sido estado libre asociado norteamericano tuvo que recurrir a una cláusula constitucional para transferir esos ingresos de las corporaciones públicas pata atender necesidades fiscales inmediatas.
Tensión hasta el final
La duda sobre si Puerto Rico pagaría los bonos el martes se mantuvo hasta último momento, lo que disparó el temor a un default que hubiera complicado la ya difícil situación de la isla sumida en una recesión de casi una década y desangrada por un verdadero éxodo de ciudadanos hacia Estados Unidos (300.000 en la última década).
El anuncio del pago se produjo luego de que el gobernador de Puerto Rico insistiera ante el Congreso en Washington que intervenga para ayudar a la isla a reestructurar su enorme deuda de 72.000 millones de dólares, que San Juan ha calificado de impagable, y evitar así una situación «catastrófica».
Puerto Rico ha evitado hasta ahora un impago pero «se le acabó el dinero», afirmó García Padilla.
«La posibilidad de un default, si la alternativa que se nos presenta es pagar a nuestros acreedores o proveer servicios esenciales del gobierno, es muy grande», señaló García Padilla, que en el pasado ha advertido de una «crisis humanitaria» en la isla.
La Casa Blanca lanzó en octubre propuestas para ayudar a Puerto Rico a resolver su enorme deuda, que han llevado a la isla a ser llamada la «Grecia de América», sobre todo para que pueda solicitar la protección de quiebras y así reestructurar su deuda, algo a lo que no tiene derecho actualmente.
Pero para ello, se necesita que el Congreso federal actúe, cosa que no ha hecho hasta ahora.
Los funcionarios del equipo económico del Ejecutivo puertorriqueño subrayaron en la rueda de prensa que se están agotando las medidas extraordinarias como la tomada este martes, pues en enero y febrero se producen otros vencimientos de pagos a los bonistas.
La agencia de notación Standard and Poor’s dejó sin cambios la nota CC con perspectiva negativa del Banco Gubernamental de Fomento, al estimar que «las posibilidades de que cumpla con próximos pagos no son buenas».
Según la agencia, el banco tenía al 30 de junio 4.100 millones de dólares de deuda en circulación, de la cual debe devolver 400 millones en capital e intereses para junio de 2016, mientras que su liquidez es de unos 500 millones de dólares, por lo que un default de la institución es «virtualmente seguro».