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A la izquierda Daniel Scioli y a la derecha Mauricio Macri.

Puja presidencial argentina entre peronista Scioli y conservador Macri

Buenos Aires/AFP

Las elecciones primarias obligatorias del domingo en Argentina perfilan una puja por la presidencia en octubre entre el peronista Daniel Scioli, con apoyo de la mandataria de centroizquierda Cristina Kirchner, y el líder de la oposición conservadora, Mauricio Macri.

Scioli, de 58 años, gobernador de una provincia gigante, la de Buenos Aires, con casi el 40% del padrón de 32 millones de electores, fue el más votado con el 36%. No tuvo rivales internos. Sólo el 58,2% de mesas estaba escrutado antes del amanecer del lunes.

Macri, un magnate empresario liberal de 56 años, llegó a 24%, pero su frente Cambiemos cosechó en total 31%. Le ganó la interna al radical socialdemócrata Ernesto Sanz y la liberal Elisa Carrió, que juntos reúnen el 7%.

Scioli, un excampeón mundial de motonáutica, puede consagrarse en los comicios generales del 25 de octubre si suma el 45% más uno, o el 40% con diferencia de 10 puntos sobre el segundo. De lo contrario, habrá balotaje, que sería el primero en la historia política argentina.

«Si Argentina tuviera el balotaje ‘clásico’, en el que hace falta llegar al 50% para ganar en la primera vuelta, como en Brasil, Colombia y Chile, entre otros, no cabe duda de que habría segunda vuelta», dijo el lunes a la AFP el politólogo Rosendo Fraga, director de la consultora Nueva Mayoría.

Pero Fraga aclaró que Argentina «tiene un balotaje ‘atenuado’, como en la región lo tienen Ecuador y Nicaragua. Por ello, no se puede descartar un triunfo del oficialismo en la primera vuelta».

Un árbitro

Las primarias argentinas son un experimento sin parangón, convertidas en primera vuelta de hecho. Los votos de la tercera fuerza en discordia, la alianza UNA, pueden transformarse en árbitros de la segunda vuelta.

En la interna de UNA, se impuso el diputado peronista y disidente del kirchnerismo Sergio Massa, con el 12%, frente al 9% de un aliado suyo, el gobernador de Córdoba (segundo distrito), José de la Sota. En total, la coalición de Massa y De la Sota sumó 21%.

Los sufragios de De la Sota «pueden dispersarse en octubre entre Massa, Scioli y Macri», dijo a la AFP Carlos Fara, director de la consultora homónima.

En las sedes de los tres candidatos se festejó el respaldo que cada uno obtuvo en las urnas.

Kirchner está inhabilitada de presentarse a un tercer mandato tras ser reelegida en 2011. Pactó un acuerdo con Scioli, uno de los políticos con mejor imagen, aunque la tendencia del gobernador es dialoguista a diferencia del estilo confrontativo de la presidenta.

«Seguimos el camino del papa Francisco, con las ‘tres T’, que son tierra, techo y trabajo. Y yo le agrego inversión e igualdad», dijo Scioli el domingo en el discurso de festejo ante sus partidarios. El gobernador reivindica la tradición peronista de alinearse con la llamada doctrina social de la Iglesia católica.

Macri, un expresidente del popular Boca Juniors y defensor de la libre empresa, dijo el domingo a sus adeptos, al celebrar el fuerte apoyo electoral, que propone «devolverle el Estado a la gente y no ponerlo al servicio de los intereses de la política».

Las primarias dejaron la sensación de una lucha aún abierta, aunque Ricardo Rouvier, de la consultora homónima, dijo a la AFP que «en octubre las elecciones no serán idénticas al 9 de agosto, serán parecidas».

Fara coincidió en que se podría evitar un balotaje. «En la primera vuelta no se computan los votos en blanco e impugnados, lo cual hace que todos suban un escalón en porcentajes», indicó.

En segundo lugar, agregó, «hay que ver si no se produce alguna suerte de polarización, y Scioli es el que está más cerca de alcanzar la diferencia que exige la Constitución».

Popularidad

El ambiente político estuvo enrarecido durante la campaña para las primarias con acusaciones cruzadas de «campañas sucias» y denuncias judiciales oportunistas. Votó un 72% del electorado, donde la oposición luce dividida.

Kirchner comienza a despedirse del poder tras 12 años de una era iniciada por su marido fallecido en 2010, el exmandatario Néstor Kirchner (2003-2007). El sciolismo, con fuerte presencia en todas las provincias, aparece como el emergente en las filas del oficialismo.

A su favor cuenta con la popularidad de la presidenta, con la imagen positiva por arriba del 50%. La economía, en cambio, oscila entre el estancamiento y un pobre crecimiento tras una década de poderoso impulso al consumo y a la producción fabril.

Las compras especulativas de dólares arreciaron en las últimas semanas y está abierto el conflicto judicial en Nueva York con el 7% de acreedores, llamados ‘fondos buitres’, que se negaron a entrar en el canje de la deuda.

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