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¿QUÉ ES UN MISTICO? (5 y último) Dr. H. Spencer Lewis F.R.C.

ANTIGUA Y MISTICA ORDEN ROSAE CRUCIS, buy AMORC

En la entrega anterior se dijo que el famoso principio budista de “El Sendero de los Ocho Caminos” se convirtió en parte integral de la religión y filosofía tibetanas. Este principio que llega hoy en día hasta nosotros con pequeñas variaciones, doctor incita a conseguir la Comprensión Correcta, healing la Aspiración Correcta, el Habla Correcta, el Actuar Correcto, la Profesión Correcta, el Esfuerzo Correcto, el Pensar Correcto y la Meditación Correcta. Ahora agregamos el nuevo texto.

Se suponía que con esta disciplina se pasaría a grados más altos de comprensión, ya que el aspirante llegaría a “comprender la inexistencia del ego personal”. Esto quiere decir que el ego individual sería absorbido por Lo Absoluto, esa unidad que es la esencia de la meditación.

“De esta forma, como el solo nombre de la comida no satisface el apetito de una persona con hambre, sino que debe comer los alimentos, así también un hombre que quiera aprender sobre el vacío (de pensamiento) debe meditar para comprenderlo y no quedarse simplemente en su definición”. Se dice que para alcanzar este súmmum bonnum se necesitan cuatro grados diferentes de Iniciación, cuya presentación no es necesaria en este artículo.

¿Debemos asumir de todo lo dicho anteriormente que la meta de los místicos es un idealismo abstracto, una huida de los rigores del mundo fenoménico de la realidad cotidiana? ¿Es el misticismo una retirada hacia un mundo formado por ficciones del subconsciente? ¿Vive el místico enteramente dentro de sí mismo, aislado de las necesidades del resto de la humanidad? Si esto fuera cierto, se haría del misticismo tan sólo una práctica de soteriología, un mero sistema personal y egoísta de salvación espiritual.

El propósito real de la unidad mística es buscar una contigüídad con la fuente de iluminación mayor. El místico moderno es aquel que comprende que el Ser es una integración de niveles de consciencia, de discernimiento. Nuestra percepción común, nuestra consciencia objetiva está limitada. Todos somos conscientes de la iluminación que nos llega a veces como inspiración e intuición, y también de su diferencia con la percepción común.

Todo artista, escritor, inventor o científico, algunas veces se siente iluminado por el brillo de algún pensamiento inesperado que entra súbitamente en la mente consciente. El místico, hablando figuradamente, busca subir por la escalera de la consciencia, no sólo para ser capaz de obtener un nuevo conocimiento de su propio nivel exaltado de consciencia, sino también para regenerar los niveles inferiores de su mente por medio de un flujo interno,  momentáneo, de lo que podría ser llamado Luz Divina, Iluminación Cósmica, etc. tal experiencia debe convertirse en términos, en ideas que son comprensibles para el individuo, y que se pueden adaptar a su vida terrenal bajo la forma de conocimiento práctico.

La idea de que el objetivo de la meditación es únicamente experimentar un estado de euforia, o de pura tranquilidad, es falaz. Esto no contribuye al beneficio de la Humanidad. La verdadera meditación, como la enseñan los Rosacruces, está muy de acuerdo con la psicología moderna, aunque las enseñanzas Rosacruces hayan precedido por mucho tiempo a la psicología académica. La psicología se refiere a la meditación como una forma de “consciencia alterada”, y eso es precisamente. El concepto Rosacruz reconoce que la concentración es comúnmente una función de la consciencia objetiva. Es enfocar la atención sobre los estímulos externos, las impresiones de los sentidos periféricos.

La contemplación, el razonamiento y la imaginación, son para los Rosacruces el resultado de una introversión de la consciencia hacia los pensamientos y las ideas. En otras palabras, es la concentración vuelta hacia adentro involucrando los niveles subjetivos de la consciencia; aún así no es la verdadera meditación, ya que ésta trasciende estas formas de nuestros atributos mentales y no está relacionada con un símbolo o idea fija. Tener un símbolo o idea fija, en conexión con la técnica, no es sino una ayuda elemental, y no la llave final que abre la puerta de los poderes internos de la mente.

“Una verdad intuitiva satisface al Ser emocional y racional. Las verdades intuitivas son aquellas a las quye se llega simplemente y parecen inspiradoras. Debido a que parecen destellar dentro de la consciencia, en lugar de llegar a ella, mitigan la desconfianza que hayan podido despertar durante el proceso de razonamiento” (Validivar).

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