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¡Que fiestas! Olvidémonos del paro y sus criminales

Nelson López*

La verdad es que la mayoría de los salvadoreños disfrutamos las fiestas agostinas y sin caminar mucho, treat porque la alcaldía nos dio hasta más de la cuenta con un lugar ordenado, con bastantes ruedas, y de ribete todo el transporte gratis para ir a la divierta, sin necesidad de gastar más de la cuenta.

¿Y de la caminada? ¿Cuál caminada? ni cuenta nos dimos y ni nos acordábamos. Hasta a los que impulsaron el paro y que le dieron vida con admiración, con páginas y reportajes completos, con llamados al diálogo y con muestras de agradecimiento y de satisfacción, porque nos hicieron caminar a todos los gordos… ¡ya se les olvidó! Porque todavía están de vacaciones en el norte.

Pero nosotros aquí estamos como nuevos, después de las grandes hartadas de elotes locos y de churros traídos de la madre patria, según decía una abuela, que se los hacía chupaditos como que eran jutes. Todo fue alegría y jodarria, sin nada que temer, ni a las caminatas ni a los criminales esos, que siempre piden diálogo y que sueñan con la coca, con los dólares y con los golpes aquí y en Venezuela, y en Cuba, y en Nicaragua, y en Ecuador, y en Bolivia,  y en Chile, y en Argentina ¡uf!

¡Que sigan soñando! Allá en Miami. Mientras tanto nosotros mejor sigamos hablando de la revienta de pólvora china que estuvo mejor que las del pollo de los próceres, y disfrutemos las ruedas en el campo de la feria que eso sigue y está fantástico hasta decir ¡ya no!   Solamente nos hace falta que el señor alcalde le dé la revancha en el tagadá a la pobrecita de la Choly, la dejé que lleve otra vez la gran barra de Chichi bebés y se le sumen las pudientitas, que salieron del país pero que regresaron por las clases.

¿Saben por qué perdió la Choly? lo que la fregó fue la licra que se pone sin calzón, porque, por estarse cuidando que no se le rompiera, votó las coras, el celular y todo lo que cargaba la pobrecita, ¡pero no le vieron nada! ¡menos mal! porque hubiera sido una gran vergüenza, aunque no la iban a sacar en los diarios ni en la televisión, pero ahí estábamos más gente que los que leen esos diarios e incluso que la barra del Alianza, que estaba jugando en el coloso de Monserrat, pegadito al campo de la feria.

¡Qué fiestas! Con ruedas gratis para todos los empobrecidos. ¡Que felicidad! Hasta queremos meter un recurso a la sala de lo inconstitucional para que no sean dos días de asueto sino que 15, para estar zampados allí día y noche, mientras esté Nayib como alcalde, y quien quita que nos resulte… en todo caso no perdemos nada y lo mejor es que los magistrados con tal de llevarle la contraria a los del ¡Gobierno nos podrían admitir la demanda y decir que por ser las fiestas patronales, solo dos días es inconstitucional y san seacabó ¡ajá!

¿Y los criminales? ¡ahí déjelos! que sigan diciendo que el país no tiene rumbo, que sigan llorando a mares y que sigan pidiendo el diálogo, y que sigan leyendo solamente la tragedia ¡dejémolos! que sigan viviendo en el caos. Nosotros seamos positivos y nada de depresiones. Hay que seguir adelante, ya sea a pata o en chuzón, a puro jalón o en pick up, en moto taxis o en bicicleta, pero dejemos a esos enrumbadores que desde siempre han querido mantener el rumbo de ellos y solo para ellos, no para todos los que echamos riata hasta que llegan las fiestas como estas ¡que viva el alcalde!    

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