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¿Qué hacen los “youtubers” en la Asamblea?

Por Leonel Herrera*

Por decisión del presidente de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro, generadores y difusores de contenidos en redes y plataformas digitales conocidos como “youtubers” tienen, desde esta semana, libre acceso a las instalaciones parlamentarias para hacer “coberturas informativas” en las comisiones de trabajo, transmisiones en vivo de las sesiones plenarias y todo lo que quieran. Tienen total libertad.

Lo anterior sería una acción positiva si esos “youtubers” fueran informadores o comunicadores objetivos e imparciales sobre los hechos; y si quien lo promueve fuera un gobierno democrático, pluralista, respetuoso de la libertad de prensa y garante del derecho ciudadano a la información pública.

Pero no. Esos “yutubers” son difamadores, manipuladores, atacantes digitales y algunos hasta acosadores sexuales, que integran el colosal aparato de propaganda digital del régimen del presidente Nayib Bukele y sus hermanos. Y quien impulsa la medida es un gobierno autoritario que se caracteriza -precisamente- por falta de transparencia, violaciones a la libertad de expresión e información, difusión de discursos de odio y la institucionalización de la mentira como principal política de comunicación pública.

Dicho esto, la decisión de Castro -instruida desde Casa Presidencial- tiene tres claros objetivos. El primero es la pretenciosa intención del oficialismo de mostrarse abierto, transparente y garante de la libre expresión. Esto con el fin de lavarse la cara por las constantes y sistemáticas vulneraciones a la libertad de expresión, restricciones al acceso a la información y persecución contra el periodismo crítico.

Casualmente la apertura legislativa a los “youtubers” bukelistas sucede luego que el semanario digital El Faro anunció el traslado de su sede administrativa a Costa Rica debido al acoso fiscal y la persecución del régimen de los Bukele, en represalia por sus publicaciones sobre casos de corrupción, negociaciones con las maras y abusos cometidos por el gobierno durante el régimen de excepción. El mensaje pretendido es: “no es cierto que persigamos a los medios, si hasta los youtubers tienen acceso”.

El segundo objetivo es el lanzamiento de la campaña de los diputados de Nuevas Ideas para las elecciones de 2024. Desconocidos algunos e impresentables otros, necesitan poner ya la maquinaria digital en función de levantar su imagen, y los youtubers están ahí para eso, además para desprestigiar y desgastar a los opositores.

Y el tercero es el intento de vulgarizar y profanar aún más al periodismo, poniendo a impostores “youtubers” en vez de (o a la par de) los y las periodistas. De hecho, la narrativa gubernamental los presenta como los verdaderos periodistas y ellos (los youtubers) se asumen como tales.

La autocracia del clan Bukele ve al periodismo como una amenaza y obstáculo para la consolidación de su autoritarismo, opacidad, populismo y ansias de perpetuarse en el poder, y por eso trata de aniquilar al periodismo y a los periodistas. La toma legislativa por centenares de “youtubers” propagandistas del gobierno es una estrategia que tiene este reprobable propósito.

Es urgente, pues, que la población con perspectiva democrática se avoque a reivindicar y defender al periodismo: su naturaleza anti poder, su metodología y sus objetivos que -según el fundador del periodismo estadounidendese Joseph Pulitzer- son “defender la democracia y la reforma, denunciar las injusticias y combatir a los demagogos”.

*Periodista y activista.

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