Lic. José María Barrera Lemus*
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Consultor Educativo Municipal
Durante la Tercera Semana del Migrante celebrada en la Universidad Panamericana de San Salvador, viagra del 16 al 23 de septiembre del presente año, troche tuve la oportunidad de escuchar tres ponencias de altos funcionarios vinculados con el tema: La Licenciada Liduvina Magarín, patient Viceministra de Salvadoreños en el Exterior; la Licenciada Elda Tobar de Ortíz -esposa del actual Vicepresidente de la República- y Directora Ejecutiva del Instituto Salvadoreño de la Niñez y la Adolescencia (ISNA), y el Licenciado David Morales, Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos.
Cada uno desde sus vivencias y responsabilidades en el tema migratorio presentó sus planteamientos respecto al tema de los niños, niñas y adolescentes migrantes que están siendo deportados desde los Estados Unidos de América. Con mucha preocupación analizaron cómo este fenómeno apenas con tres mil casos atendidos está afectando al país, en términos financieros, psicosociales y políticos. No obstante, mencionaron algunos esfuerzos que el país está realizando en esta materia, tanto dentro como fuera de las fronteras, principalmente, el relacionado con el trato que reciben, desde el momento en que son capturados, como parte del “Debido Proceso”.
Un tema que me llamó mucho la atención, fue el abordado por la Directora Ejecutiva del ISNA, respecto a la expectativa y preocupación de tener que recibir a la totalidad de niños, niñas y adolescentes migrantes salvadoreños detenidos, que según datos estadísticos de fuentes norteamericanas, hasta el mes de mayo del presente año, suman ya, los veinte mil.
Durante la exposición, se pudo evidenciar, la preocupación de los funcionarios y funcionarias, ante tal problema de magnitud alarmante, dado que según la Directora, no existen actualmente las condiciones de infraestructura ni de atención psicosociales que pudieran apoyar; De acuerdo a la Directora, solamente se cuenta con los recursos destinados a las instituciones dedicadas a este sector, tales como el CONNA, el ISNA y el recién creado CONMIGRANTES, cuyos recursos solamente sirven para su funcionamiento.
Al escuchar tal planteamiento y luego de revisar la Declaración conjunta de los defensores de los pueblos de El Salvador, Guatemala y Honduras, suscrito en Tegucigalpa, el 16 de julio de este mismo año, mi mente de pronto se puso a trabajar para pensar en una solución inmediata. ¿Por qué no pensar en apadrinar a los niños migrantes de manera temporal y en condiciones más decentes? Pensé; pero, ¿Cuál sería la forma más efectiva y eficiente para lograrlo? Repensé.
En la misma Declaración, la número 12, para ser más exacto, se encuentra entre líneas lo que podría ser la solución inmediata a tal problema. “…asegurar a la niñez migrante su identificación individual; evaluar caso por caso las causas de su migración; brindarles asistencia especializada psicológica…; tomar en consideración su opinión; proveerles alimentación sana y atención en salud; acondicionarles albergues sin características de prisión…; facilitarles su reunificación familiar…”
Dadas las circunstancias en las que se presenta el problema, para los tres países, en especial para El Salvador, considero oportuno que el apadrinamiento temporal para niños, niñas y adolescentes migrantes, muy bien puede coadyuvar a que dicha Declaración sea una realidad, en los términos transcritos. Para ello es importante crear una estrategia de adopción por familias previamente preparadas en términos económicos y psicosociales.
Un niño por familia, sería la solución más inmediata, con la que el Gobierno y algunas instituciones altruistas, podrían subsanar el problema mientras se le da seguimiento a cada caso. A continuación presento algunas ideas que muy bien pudieran contribuir en la construcción de un proyecto de país, para hacerle frente a tal problemática.
En primer lugar, es importante crear una base de datos de familias que pudieran aceptar el reto de participar en este programa. “Una familia… un niño migrante”. Las primeras familias a seleccionar, pueden surgir del mismo Gobierno, de trabajadores públicos procedentes o simpatizantes del Gobierno, que estuvieran de acuerdo en adoptar un niño por un período corto, mientras desde la institucionalidad, se les da seguimiento a cada caso.
En segundo lugar, debe crearse una estructura operativa que emane desde cualquiera de las instituciones actualmente relacionadas con el tema, que involucre algunas ONGs, para los efectos logísticos y de seguimiento a cada caso. Estas instancias, estarían en permanente seguimiento de cada caso, para determinar el estado de cada niño y niña y del trato que estarían recibiendo por la familia adoptiva.
En tercer lugar, es importante determinar el perfil de las familias potenciales para las adopciones: que posean una vivienda propia y cuyas condiciones psicológicas y habitables faciliten y favorezcan la permanencia de tales “adoptados temporales”.
El proyecto no es nada nuevo, ya funcionó en otros países, y con excelentes resultados. Soluciona el problema, reduce costos y lo más beneficioso, generado empatía entre familiares y adoptado que trasciende a la práctica de la Solidaridad… Valor implícito en el programa del Presente Gobierno. En fin, tantos beneficios que a lo mejor pudieran superarse en el país, y ¿Por qué no decirlo? Hasta pudiera servir de modelo a Guatemala y Honduras.
“Migrantes y refugiados, no son peones sobre el tablero de la humanidad. Se trata de niños, mujeres y hombres que abandonan o son obligados a abandonar sus casas por muchas razones; que comparten el mismo deseo legítimo de conocer, de tener, pero sobre todo de ser algo más.
Papa Francisco.
Día Mundial del Migrante y del Refugiado.
24 de septiembre de 2013.
*El Licenciado José María Barrera Lemus, es Consultor Educativo y Municipal. Actualmente es Director de Planeamiento e Investigación de la Universidad Panamericana de El Salvador.