Por Leonel Herrera*
El pasado 8 de marzo Nayib Bukele anunció el cierre de “ChivoPets”, diciendo que había leído miles de comentarios en redes sociales que criticaban la mala atención en el hospital de mascotas. Al siguiente día, el autócrata dijo que había leído mal dichos mensajes y que, por tanto, revertía su decisión.
Obviamente, Bukele retrocedió debido a la avalancha de reclamos y la presión de los usuarios contra el repentino cierre. Pero, ¿qué hay detrás del intento fallido de cerrar el hospital veterinario? En mi opinión, son tres razones las que se muestran claramente.
La primera es la grave crisis de las finanzas públicas. Al gobierno no le alcanza el dinero debido al despilfarro, la corrupción y un montón de gastos innecesarios en propaganda, lobistas, militares, “eventos de primer mundo”, etc.
Las administración Bukele ha incrementado en forma desmedida el gasto, y no tiene dónde conseguir más dinero porque ya tomó el 80% de los fondos de pensiones, agotó las reservas internacionales y -a través de LETES, CETES y otros mecanismos de deuda de corto plazo- agarró buena parte de los ahorros de la población administrados por la banca privada.
Bukele y sus secuaces le ocultan a la población esta crisis, pero ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) sí han tenido que admitirla.
De hecho, ésa es la segunda razón; tiene que ver con el ajuste fiscal exigido por el FMI: el organismo financiero ha pedido reducir el gasto público. Por eso el gobierno eliminó el presupuesto de las alcaldías, desmontó programas sociales, redujo los fondos para salud y educación, no le paga el presupuesto adeudado a la UES, despidió a centenares de empleados públicos, eliminó la deuda política a los partidos y ahora busca cerrar la “ChivoPets”.
Para cumplir con las exigencias del FMI, Bukele también finge que combate la corrupción y ha tenido que desmantelar el Bitcoin; y con esto último se relaciona la tercera razón detrás del “cierre y no cierre” del hospital de mascotas.
Desmantelar el Bitcoin incluyó reformas esenciales a la normativa que lo regula, entre éstas la que lo definía como “moneda de curso legal” y la que establecía su uso obligatorio. También incluye el cierre de la billetera digital “Chivo Wallet”.
Entonces, es posible que el cierre de “ChivoPets” responda a una estrategia de cerrar todo el “ecosistema bitcoin”, es decir, toda la infraestructura digital y las instancias creadas alrededor de la criptomoneda; esto con el fin de, entre otros propósitos, eliminar rastros de dinero o evitar futuras investigaciones sobre eventuales fraudes.
En tal sentido, es probable que el cierre del hospital veterinario realmente no haya sido revertido, sino que sólo fue pospuesto mientras Bukele encuentra un “momento más adecuado” o se inventa un motivo más creíble para hacerlo.
Por lo demás, el “cierre y no cierre” de ChivoPets” muestra la “escucha selectiva” del autócrata que dice escuchar los comentarios sobre mala atención a las mascotas, mientras se niega a oír el clamor de la población contra la reactivación de la minería metálica.
Bukele se niega a escuchar a las organizaciones sociales, a las principales universidades, a las iglesias, a los expertos y a la mayoría de la población que -según todas las encuestas- rechaza la explotación minera, incluida la juventud y hasta muchos de sus propios seguidores.
*Periodista y activista social.