Licenciada Norma Guevara de Ramirios
El magisterio salvadoreño ha recibido un duro golpe del presidente Bukele Ortez, con el veto al Decreto Legislativo que establece su derecho a una compensación por retiro voluntario, equivalente a un máximo de quince salarios básicos, y en el cual se establece con claridad que este derecho abarcaría a los docentes jubilados que laboran en el sistema educativo.
Año con año se emitieron decretos de compensación económica para maestros y maestras que se retiraran del servicio, siempre las autoridades de educación sostuvieron que podrían financiar los beneficios con las economías salariales y refuerzos presupuestarios; en esta ocasión la Asamblea pretendía asegurar ese derecho de manera permanente, y difirió la vigencia del decreto para el año 2020 para que el gobierno pueda planificar mejor e incorporarlo en el presupuesto. El magisterio fue sacrificado durante la dictadura, su ejercicio de libertad de cátedra, su conciencia de la realidad y su sensibilidad social fueron vistos como un peligro para mantener el estatus quo; se les tildó de comunistas, subversivos y centenares fueron obligados a abandonar el país, fueron perseguidos, encarcelados y muchos asesinados.
Ahora Bukele ante los reclamos que hacen los gremios de su justa reivindicación, les señala de estar manipulados por el FMLN, en una clara similitud a lo que los gobiernos de la dictadura hacían, en verdad todo maestro tiene derecho a tener la militancia o simpatía política que le dicte su conciencia, y en absoluto puede ser objeto de persecución por ello; el FMLN y durante sus gobiernos fueron respetuosos de ese derecho y jamás negó los beneficios a que tienen derecho por razones de su posición política.
Al FMLN le agradaría tener en sus filas a los más de cuarenta mil maestras y maestros, uno de los maestros asesinados durante la dictadura: el joven santaneco Lázaro Arias, sería feliz de que así fuera, pues sostenía que la revolución requiere ante todo de una educación comprometida con los cambios, y que los maestros y maestras son el principal motor de ese cambio; pero la realidad indica que en el magisterio hay como en la sociedad, simpatías para todos y también indiferencia para todos; de manera que este argumento para vetar un decreto que beneficia al magisterio, es un burdo pretexto para sostener su postura anti popular y anti laboral.
Hay que reconocer que desde la aprobación de la Ley de la Carrera docente en 1996 y con la aprobación de la Ley de Bienestar Magisterial, el Estado avanzó en el reconocimiento social de la labor del maestro y la maestra, y en esa ley se establece como obligación una revisión salarial cada tres años, entre 2009 y 2019, si se revisa el régimen salarial del magisterio, es cuando mejores niveles alcanzó, pero la privatización de las pensiones y la afectación que con ella se produjo al magisterio, estimulan a éstos a no retirarse, excepto que una compensación por retiro les estimule a hacerlo.
Se ha criticado con razón que la permanencia en servicio de maestras y maestros jubilados y al mismo tiempo laborando activamente, le resta oportunidad a maestros jóvenes o desempleados, y por eso han sido necesarios los decretos de retiro a que se hace referencia al inicio; además es un derecho que los trabajadores de otros ramos tienen asegurado, y la falta de regulación en la ley especial que rige al magisterio se convierte en discriminación y violación al reconocimiento de igualdad entre los servidores públicos.
La Asamblea tiene en sus manos corregir esta discriminación y daño que el presidente Bukele Ortez hace contra el magisterio, no solo con los que actualmente laboran y superan los cuarenta mil activos, sino contra las futuras generaciones que se incorporen; superar el veto esta en manos de las y los diputados.
Ha quedado claro el posicionamiento de las y los diputados del FMLN, y faltaría la voluntad del resto de fracciones para hacerlo en el corto tiempo posible. Los maestros y maestras deben saber que solo tienen pocas semanas para demandarle a los diputados reafirmar su voluntad expresada cuando aprobaron el decreto, superando el veto; pues si llega el mes de septiembre y se presenta el Proyecto de Presupuesto de 2020, la oportunidad se habrá perdido, y la validez del decreto también.
El maestro y la maestra además de impulsar el aprendizaje de sus estudiantes, también aprenden y la lección del veto jamás deben olvidarla; del pasado hay evidencia como el aumento de 100 dólares que el presidente Sánchez Cerén prometió y cumplió, ahora se aprenderá que Bukele miente, manipula y violenta sus derechos a mejorar y a abrir oportunidades laborales a otros maestros.