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Por: Licenciada Norma Guevara de Ramirios
La población votante de El Salvador en un 69% no acudió a votar en los comicios municipales, pero para todos se aproxima a partir del 1 de mayo las consecuencias de una concentración de poder.
La Ley Especial para la Reestructuración Municipal, en virtud de la cual la Asamblea Legislativa oficialista convirtió en distritos a los 262 municipios, y creó 44 agrupaciones de estos, para llamarlos municipios, contiene el diseño de una nueva crisis y de abandono de la gente.
La Ley dice que sigue vigente el Código Municipal en lo que no contradiga la Ley Especial; dice que las ordenanzas y leyes de impuestos municipales siguen vigentes (las de los distritos), pero da facultades al Ministerio de Hacienda de emitir normativas e instructivos, ¿será para nuevas formas de tributación?
El artículo 9 da pie al despido de los trabajadores municipales de los que hasta hoy han sido municipios, ¿cuántos trabajadores quedarán en la calle?
Esa Ley enumera las leyes que siguen vigentes, son más de 50 las leyes y reglamentos citados, a lo que se agrega toda ley que se refiera a los municipios en lo que no contraríe a la Ley Especial. Tremendo trabajo para abogados y políticos responsables, si en verdad viviéramos en un país con respeto a la ley.
A eso debe agregarse las leyes de impuestos y ordenanzas que cada municipio tiene aprobadas.
¿Qué de esto llegará a las polvorientas y arruinadas calles por las que tienen que transitar los habitantes abandonados desde hace más de 4 años, cuando el gobierno se negó a entregar los fondos FODES a quienes gobernaban entre 2018 y 202?
Recordemos que a los funcionarios municipales electos del 2021 a 2024, se les arrebató la autonomía municipal y los fondos, para concentrarlos en una entidad controlada desde el Ejecutivo llamada DOM.
Antes de llegar a este momento, las decisiones municipales fueron variadas de acuerdo a la visión de sus gobiernos, y se expresaba en el uso de los fondos FODES, de donde invertían en proyectos sociales para apoyar a jóvenes en sus estudios, los que arreglaban escuelas, invertían en espacios deportivos y recreativos, los que ayudaban con paquetes agrícolas o de alimentos a las familias del área rural, hasta los que apoyaban con la compra de una caja para el difunto de una familia de escasos recursos.
Quizá, a pesar del padecimiento de olvido, mucho de esto se extraña, se recuerda y se sabe que ahora falta, aun cuando todavía se contaba con Concejos Integrados mínimamente, con 8 personas, imperfectas y a lo mejor entre ellas algunos con malas mañas, pero cercanas y a la que la gente podía acudir.
¿Pero ahora qué pasará con la integración de hasta veinte distritos en un solo municipio, la mayoría con menos integrantes?
El ser de Nuevas Ideas se promovió como garantía de cobijarse bajo la sombra del gobierno central y tener el apoyo necesario, pero eso realmente no es garantía de que tendrán buen servicio; se demostró en los 152 municipios que eran gobernados por ese partido y que sufrieron, tanto como otros, la falta de recursos, agregado a la inexperiencia y a dosis de prepotencia y corrupción.
Como en todo, es la gente, es la población, es la mujer sola, la familia, la que terminará pagando el pato de la estrategia concentradora del poder que se ha impuesto en el país.
En poco tiempo tendremos el contagio de las carencias, en la recolección de desechos, en el alumbrado, en el deterioro de las calles, de los cementerios municipales, en el elevado costo de los trámites.
Eso nos espera con el experimento de ir contracorriente de lo que fue la descentralización, que posibilita desarrollo autónomo del municipalismo acompañado de la desconcentración de fondos públicos, para invertir en todo el territorio.
Por el bien de nuestra población, indistintamente de si votaron, no votaron o por qué partido votaron, desearía estar equivocada.
Pero es que este experimento o solución fiscal del gobierno central, viene aparejada de la crisis fiscal, que se expresa en mayor endeudamiento, en la disminución presupuestaria de la Universidad Nacional, de los ministerios de agricultura, educación y de salud, entre otros.
Y, además, de la costumbre del derroche en los proyectos que sirven para crear ilusión en una parte de la población, mientras otros sectores sufren el abandono.
Lo que sí se ha fortalecido presupuestariamente es el aparato de represión.
A los concejales de mi partido FMLN, les deseo lo mejor, requerirán de mayor comunicación con los habitantes de los municipios en los que fueron electos, llevando conciencia con la verdad de lo que ocurre.
