Por: Rolando Alvarenga
De mal gusto y con sabor a injusticia, buy viagra así se percibió el despido, sin indemnización, aguinaldo ni prestaciones afines, de cuatro empleados que venían laborando para la “nueva” Federación Salvadoreña de Tenis (FEDETENIS). No porque sea obligación tenerlos trabajando, sino por despedirlos sin tener el dinero para cancelarles lo que las leyes laborales demandan en este tipo de casos. Y, además, con el atenuante de haberlo hecho en una época tradicional para la alegría familiar y espiritual.
A través de los años, hubo insistentes movimientos de soñadores o piedras en el zapato “haciendo su trabajo rastrero” para tumbar al ingeniero Molins de la cúpula del tenis nacional. Obvio, esas “iniciativas” nunca aterrizaron porque nunca lograron reunir un quórum que se prestara para un golpe.
Es que, a partir de sus contactos y sus recursos, Molins siempre fue el personaje idóneo para encabezar el tenis local y, en la “transición”, no se habló que dejaba deudas.
Al final, con un futuro incierto, hubo relevo federativo y, poco a poco, se vino produciendo el cambio laboral con la gente de confianza de Molins afuera y con los amigos o recomendados de los nuevos federativos adentro. Pero la gota que rebalsó el vaso fue en los primeros días del mes pasado con el regalito navideño para los despedidos y el trago amargo para sus familias.
En el caso de esta “nueva federación”, desconozco si su acceso a la dirigencia fue diáfano o hubo gato encerrado, pero, para mí, prevaleció un clima de misterio para con la prensa, dejando más dudas que respuestas… y podemos discutirlo.
Sabiendo lo que es estar en los zapatos de Molins, es obvio sostener que: una cosa es dirigir una federación pobretona, intrascendente y otra, querer dirigir una federación del peso integral como la FEDETENIS.
Al respecto, (reitero, no porque tengan obligación, pero sí por la “injusticia navideña” que cometieron contra las familias de Tatiana Flores, Mario Flores y Roberto Salazar) no se vale un atropello de esta magnitud. Incluso, de acuerdo a versiones confiables, “nadie de la federación se presentó a la audiencia de conciliación estipulada por el Ministerio de Trabajo”.
Sobre este tema, y aceptando públicamente la existencia de esta deuda, el federativo y ex jugador Rafael Arévalo expresó recientemente en este vespertino que: “la deuda será honrada”. Palabras que, al margen de que haya o no haya recursos en las arcas federativas, debe honrarse lo antes posible, porque los despedidos siguen acumulando deudas en diferentes conceptos.
De fuentes allegadas a este penoso caso se tiene conocimiento de que “habiendo fracasado la vía conciliatoria y de no haber un pronto arreglo”, los demandantes cuentan con la opción de divulgar en los medios de información y redes sociales los nombres y rostros de estos federativos para hacerlos famosos. Esperemos y ojalá no haya necesidad de abrir la Caja de Pandora.