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QUE VERGÜENZA LA UES

Por Pablo González

Cuando amigos de otros países preguntan por el estado situacional de la Universidad de El Salvador, da mucha pena comentar su situación presupuestaria, la autonomía y la infestación por agentes pro monarquía, en todos los niveles de autoridades, docentes, empleados y alumnos.

Da vergüenza el hecho de haber sucumbido a falsas promesas, que obviamente no iban a ser cumplidas; basta volver a ver los videos de esa parvada que llevo, alojo, promovió y asistió a la concentración donde se dieron las promesas. Puede observarse al futuro monarca haciendo gesticulaciones de incredulidad hacia tantas personas idiotizadas por la proximidad.

El monarca, estando parado, cruza constantemente las piernas, como señorita quinceañera que no cabe detrás del podio, leyendo su discurso. No es necesario cursar psicología, basta una cultura general o ancestral para haber detectado la sarta de mentiras que vocifero en esa ocasión, iniciando su tristemente célebre popularidad de mentiroso y otras nefastas facultades relacionadas con su baja personalidad.

En estos momentos de redacción del presupuesto general de la nación 2025, ante la falacia de financiar el 100% con recursos generados por el pueblo, o sea sin necesitar contratar más deuda pública, para ejecutar ese presupuesto, nos remite a pensar en actividades estilo Milei, disminuyendo gastos, inversiones y programas sociales.

¿Pero que significaran estos ajustes estructurales en la universidad? ¿Sera que anunciará un presupuesto anual menor y la anulación de la deuda acumulada del presupuesto anual anterior y del año en curso, que ronda los 44.5 millones a esta fecha?

Teniendo presentes los despidos de personal en entidades públicas o la liquidación de las mismas, estaremos conformes, con solo el ajuste de personal y/o salarios, dejando en anormal funcionamiento la universidad.

Según autoridades universitarias, el presupuesto anual de la universidad, debería rondar los 374 millones o mejor aún, los 470 millones de dólares, para ponerse a la altura de la Universidad San Carlos de Guatemala; pero a la fecha estamos muy diferente con la asignación del 1.26% del presupuesto general.

Que pasará, sin tener una bola de cristal, adiós a un buen porcentaje de las 3,486 plazas de trabajo actuales, adiós al bono de junio y al jugoso aguinaldo de diciembre, a nuevas contrataciones de personal docente, al tiempo integral (todos los anteriores, rubro 51), adiós al mantenimiento de edificaciones y a las inversiones (rubro 54).

Mejor recordemos el poema de Jorge Manrique: Coplas por la muerte de su padre.

Recuerde el alma dormida,

avive el seso y despierte

contemplando

cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte

tan callando;

cuán presto se va el placer;

cómo después de acordado

da dolor;

cómo a nuestro parecer

cualquiera tiempo pasado

 

fue mejor.

Categories: Opiniones
Tags: Qué vergüenza la UES
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