Licenciada Norma Guevara de Ramirios
Es impredecible lo que nos espera como país, en la medida que se destapa el verdadero plan del Gobierno.
¿La reelección presidencial, los préstamos del Banco Central de Reserva al Gobierno, reformas a la ley de bancos, y la gran propaganda que compara a Bukele con la vida de Jesús?
¿Qué es lo que nos espera después del 8 de junio, cuando la mayoría legislativa obediente de Bukele nos impuso el uso de una moneda digital (Bitcoin), que aumentará los negocios sucios del grupo gobernante?
Nadie sabe qué puede pasar, el plan del presidente y su grupo se ejecuta, y en su ejecución, despertando ilusiones en sus seguidores y preocupaciones en quienes vemos las consecuencias posibles de sus acciones.
Así, el sometimiento del órgano Judicial y la Fiscalía, de las representaciones de particulares en las autónomas, de los cambios en la ley de compras y contrataciones, de reformas al código de salud para dar rienda suelta a las construcciones, los nuevos préstamos y la introducción de una moneda virtual y digital llamada Bitcoin, van apareciendo en cada plenaria de la Asamblea Legislativa dominada por y al servicio del presidente y su grupo gobernante.
Francisco Flores Pérez sorprendió con la dolarización, y la población fue alertada de los efectos beneficiosos para los grandes empresarios, y del aumento de la dependencia a la que nos sometería el uso del dólar, como moneda única, pues para mantener el sistema así se requerían altos niveles de deuda y remesas, pues la producción y las exportaciones son insuficientes para mantener una economía dolarizada.
Lo negativo para el pueblo de aquella decisión fue advertida por diputados del FMLN, entre ellos Salvador Arias, Humberto Centeno, Schafik Hándal, Salvador Sánchez Cerén y otros.
Ahora mediaron solo unas horas entre el anuncio hecho por Bukele, recibido con incredulidad por algunos, y la aprobación de la ley que establece como moneda de curso legal al llamado Bitcoin. Le ganó Bukele a Francisco Flores Pérez; le ganó en capacidad de sorprender Nuevas Ideas a ARENA para profundizar el neoliberalismo.
¿Qué consecuencias tendrá para la vida de nuestro pueblo esta decisión? Es algo que advierten muchos economistas dentro y fuera del país, pero de esas advertencias la más grave es la que afirma que el país se convierte así en un paraíso para los más oscuros negocios como el narcotráfico, lavado de dinero, los negocios de armas, prostitución; además de la posible pérdida de valor de los ahorros, los salarios, las pensiones, las inversiones.
¿A quiénes beneficia la decisión? Dicen los conocedores que a la impunidad y a la corrupción, algo de lo que la CICIES señaló a varios funcionarios del actual Gobierno, también a quienes son grandes inversionistas de cualquier país del mundo que vea en nuestro país, gracias a esa ley, como un lugar apropiado para lavar sus dineros mal habidos y convertirlos en dinero “limpio”.
Pero el pueblo trabajador, el médico, el maestro, la enfermera, el arquitecto, el obrero, el campesino, el pequeño empresario, el comerciante informal difícilmente puede esperar que su vida mejore por la introducción de una moneda sin garantía y de alta volatilidad.
Cuanto esta ley aprobada riñe con la Constitución no puede establecerse por una sala de lo constitucional que ha sido usurpada; cuanto daña a las finanzas públicas será difícil de establecer y que además de las voces de particulares, los organismos como el Banco Central o la superintendencia del sistema financiero digan algo que cuestione a los promotores de semejante terremoto político.
¿Qué efectos tendrá la deuda del país, aceptarán los tenedores de bonos y la banca multilateral que el ministerio de hacienda les pague los intereses y el principal con Bitcoin?
Las autorizaciones dadas por esa misma Asamblea de colocar bonos y adquirir préstamos, ¿tendrán la posibilidad de materializarse cuando surge tanta inseguridad jurídica, fiscal y económica?
El 1 de junio Bukele dijo que tomarían decisiones que posiblemente no gusten, pero que las tomarán porque tienen derecho a tomarlas; esta que hoy comentamos, no es cuestión de gusto, es que es una decisión calificada por muchos como loco experimento, que nada conviene al pueblo salvadoreño.
Ese derecho formal del Gobierno es ilegitimo, porque no responde a necesidad de las mayorías, sino a conveniencias para la opacidad, la corrupción y la impunidad, y es posible porque el orden constitucional está roto, solo restableciéndolo podría librarse al país de ir al despeñadero donde lo llevan estas decisiones.