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Quien tiene y gana más debe pagar más

Diputada Lorena Peña Mendoza*

En un país dolarizado como El Salvador, viagra la política fiscal es la única herramienta con que cuenta el gobierno para desarrollar su política económica. Es decir sus decisiones sobre la cantidad de ingresos que requiere y la forma en que los capta es cuestión de trascendental importancia, así como las decisiones de en que gastar, en que invertir y como lograr que el gasto y la inversión reflejen las prioridades del gobierno, que esas prioridades sean justas para la sociedad. Adicionalmente se requiere de eficiencia y transparencia en el manejo de los recursos.

Sobre el tema de la recaudación hay básicamente dos enfoques: uno regresivo que dice que los impuestos deben pagarse sin importar la capacidad económica de los contribuyentes, y otro progresivo que dice que quienes tienen y ganan más deben de pagar más. Es decir que los grandes deben ser responsables con los pequeños.

En El Salvador, desde la llegada de arena este criterio cambió y establecieron que los pobres deberían de pagar más porcentaje de su ingresos que lo que pagaban los ricos, además establecieron que la riqueza no debería pagar impuestos sino únicamente el ingreso, concretamente las utilidades. Y de esa forma establecieron el IVA, disminuyeron el impuesto a la renta y quitaron el impuesto al patrimonio.

Con esas medidas el país configuró una estructura tributaria regresiva, y creó serios problemas fiscales pues sus ingresos no crecieron en proporción al PIB y perdimos capacidad de impulsar el crecimiento económico y el desarrollo social.

Por otra parte, se le quitaron fuentes de ingresos al gobierno, las utilidades de las empresas públicas ya no son del estado, sino que con la privatización, las utilidades de comunicaciones, energía y otros fueron a parar a manos de corporaciones internacionales privadas que además, con las medidas fiscales de arena, dejaron de pagar una gran parte de los impuestos que antes pagaban.

Algunas privatizaciones son tan perversas que sólo privatizaron utilidades y dejaron el costo al gobierno, como es el caso de las pensiones, con lo cual el gasto público se disparó.

Como era de esperarse, en estas condiciones el gobierno se fue endeudando cada vez más, sólo Francisco Flores triplicó la deuda, y ahora hay que destinar desde hace más de 10 años, la cuarta parte del presupuesto a pago de intereses y capital de deuda. Un promedio entre 700 y mil millones anuales.

Las repercusiones en la sociedad salvadoreña han sido obvias, perdimos calidad y cobertura en educación, en salud, la red vial estuvo a punto de colapsar, las inversiones de apoyo a la producción fueron casi nulas, y la población con bajos salarios y muchos impuestos empeoró su vida, mientras un reducido grupo se ha enriquecido meteóricamente, a tal grado que hay empresarios salvadoreños en el grupo de los propietarios de más de mil millones de dólares, mientras otros, la mayoría según digestyc, viven en familias con un ingreso total mensual promedio de 300 dólares.

Desde la llegada del FMLN al gobierno en 2009 nos propusimos algunos lineamientos de trabajo claros:

a. Promover el desarrollo social con medidas de choque como el paquete escolar y otros.

b. Promover a los nuevos actores económicos y reactivar la economía.

c. Corregir la estructura tributaria y mejorar la recaudación, con el principio de que quien tiene y gana más debe pagar más; liberando al mismo tiempo del pago de impuesto de renta a los de menores ingresos.

A esto obedece la reforma fiscal en tres pasos que hemos dado desde el año 2009 a la fecha.

La reforma aprobada en julio de este año, está claramente enfocada a no sólo incrementar ingresos, sino que también a ir corrigiendo gradualmente la regresividad de la estructura tributaria. Por eso es que todos los que por años han tenido privilegios fiscales, y aparte de eso han evadido el pago de los pocos impuestos que tenían establecidos, pues ahora reclaman y pagan costosísimas campañas mediáticas lamentándose de los cambios.  Este es el caso de ABANSA y ANEP.

Y no es para menos, porque ahora el pueblo podrá saber realmente quienes son los evasores, porque ahora los bancos que mueven más de TREINTA MIL MILLONES de dólares al año tendrán que pagar un poco más de impuestos, por cierto que no llega ni al 1% de su base imponible…

Con la reforma pagarán impuestos los periódicos y los bancos, con la reforma tendremos acceso a la información sobre la elusión y evasión de impuestos, con la reforma podremos mejorar el control de los pagos electrónicos.

ANEP confiesa públicamente que no paga impuestos, sino que “DE LOS TRASLADA AL PUEBLO”, miren que desvergüenza, sin embargo, deben saber que esa fiesta se les está acabando, primero porque no es cierto que puedan trasladar todo al pueblo, y segundo porque el que haga trampa y viole la ley tendrá que enfrentar consecuencias.

Esta reforma permite incrementar el gasto social en educación y salud, mejorar la infraestructura productiva y ambiental, en seguridad ciudadana: esta reforma es un paso más en el cambio pacífico que El Salvador está dando para convertirse en un país justo, solidario y próspero.

*Presidenta de la Comisión de Hacienda

Y Especial del Presupuesto

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