Después de tres semanas de participar en el curso inicial de técnicas de TV. E. se acercaba el momento de la realización de cada teveprograma. Lo pregrabaríamos con el equipo humano de cursillistas. Si alguien lo hacía mal estaría dañando el trabajo de otro compañero. Esto era competencia pero sin echar zancadilla, viagra sale tendríamos que actuar con ética. Quien no lo hacía bien, ed él sería mal evaluado. Cada uno trataría de hacer lo mejor. Todos aprendíamos.
El teveprograma a grabar se discutió a fondo en tres momentos: 1. Preparación: revisión del guión técnico, troche materiales, tiempo de cada secuencia y ensayos. 2. Grabación: análisis de lo que sucedió en el Estudio y en la cabina de control. 3. Evaluación: justipreciación objetiva del producto.
Se observaba el nerviosismo de los participantes, aquí se iba a saber si habíamos aprendido, si éramos creativos, si teníamos cualidades para aventarnos como pioneros de la TV. E. de El Salvador. Era la hora de la verdad.
Con Oscar Rodolfo Vega como Telemaestro y yo como Realizador ensayamos lo suficiente, pero es por demás, me sentía nervioso. Tenía la ventaja que después de diez segundos surgía mi esencia de maestro y me volvía seguro.
Llegó la hora de nuestro equipo. En el Estudio revisé la iluminación. Hablé con el Coordinador de piso, indiqué a los camarógrafos los planos y movimientos de cámaras y al Telemaestro manifesté mi confianza en que lo haríamos bien. Entré a la cabina de control, me coloqué los audífonos con el micro y comprobé la comunicación con todos. A la par tenía a los operadores de video y de video, y a mi asistente. Atrás, de pie, observaban los expertos de la Misión y la directora de la institución, todos con ojos evaluadores.
Comenzamos y ordené: Silencio… Listo video… Corre video… Identificación… 5, 4, 3, 2… Entre música suave y 1 (cámara)… disuelva a 2 (cámara con títulos)… Sale música y disuelva a 1 (imagen del Telemaestro)… Habla… ¿Qué tal, amigos?… (Oscar desarrolló su clase en el Estudio, en sincronía con mis órdenes a través del Coordinador de piso quien empleaba código mímico. Se usaron los recursos audiovisuales según lo planificado y enseguida se despidió)… Entre música y tome 2… Sale 2 y música (se desvaneció la imagen con la música al mismo tiempo). Fin. Duración: veinte minutos. Expresé mis agradecimientos a todos y confirmé que este es un trabajo duro pero apasionante.
Algunos compañeros nos felicitaron. El doctor Lesch esperó el momento de la Evaluación. El 23 de septiembre de 1966, finalizamos el curso y recibimos el Certificado correspondiente, sin saber quiénes serían los seleccionados.
El siguiente día llamaron a los primeros cuatro clasificados. ¡Qué alegría! Yo figuraba en ese pequeño listado: Oscar Rodolfo Vega, Carlos Antonio Burgos, Antonio Ayala Villalta y Raúl Armando Lara. Los tres primeros éramos egresados de la Normal Superior y el otro, bachiller.
Oscar Rodolfo, originario de Izalco, se destacó como un excelente Telemaestro, docente de Matemáticas y Física. Tenía buena presencia en cámara, usaba lentes, con una voz bien modulada para ser escuchada claramente por alumnos y maestros en el aula. Era muy amigable y franco. Por mi parte soy originario de Cojutepeque, de Matemáticas y Física. Durante las grabaciones acoplábamos al segundo imagen y verbo. Para desempeñarme como Realizador llegué a dominar los secretos de la dirección-producción televisiva.
El mismo día nos reunimos los cuatro seleccionados para comentar las vivencias, las anécdotas y la responsabilidad que nos esperaba, y bebimos una taza de café con pan dulce.
Regresé a la ciudad puerto de La Unión para finalizar el año lectivo con mis alumnos de bachillerato. Ellos me rodeaban en los recreos y, con curiosidad me preguntaban detalles de esa experiencia. Les relaté pasaditas en las cuales yo era el tipo de la película, y reíamos a carcajadas, frente al mar del Golfo de Fonseca.
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