César Ramírez
@caralvasalvador
El estribillo repetido hasta la saciedad en tiempos electorales, es interpretado por los ciudadanos a su gusto y conveniencia, de manera que miran “ángeles y demonios” por todas partes, porque “los malos son los otros”.
El beneficio social puede considerarse correcto o incorrecto en razón al desarrollo de las personas, de tal forma que el acceso a educación, salud, seguridad, trabajo etc., es posible en su tiempo generacional y al final gozar de un retiro con dignidad; además existe un tema inédito en la nación “la democracia económica” que en resumen es la movilidad social por el trabajo, estabilidad, aumento de ingresos proporcionales a la economía internacional etc. conceptos que parecen en la nación un cuento oriental como la lámpara de Aladino, pero posible en otras naciones; de tal manera que el beneficio social es un parámetro verificable por el avance del desarrollo humano.
¿Quiénes son los mismo de siempre? En ese caso el opuesto al beneficio social es la maldición social hacia diversos sectores, acciones individuales o asociaciones que corrompen todo a su alrededor, los mismo de siempre son aquellos que impiden la movilidad social, democracia económica, marginación educativa, desarrollo del libre pensamiento, religión, historia, opiniones sociales etc. en general podemos identificarles bajo conceptos que provocan pobreza en todo nivel: funcionarios gubernamentales con deudas familiares que al terminar su período poseen propiedades opulentas, personas o empresas que declaran año con año quiebras para evadir impuestos, mentirosos “a sueldo” que trabajan en la muerte política de sus opositores, profesionales que realizan peculado y evitan (por todos los medios) investigaciones legales en diez años -para evadir recursos constitucionales- los que retrasan el pago de impuestos con juicios interminables por procedimientos viciados, bancos que favorecen el lavado de dinero, funcionarios que no impiden fraudes financieros y un largo historial de acciones que dañan a miles de ciudadanos.
Los mismos de siempre afirman: “los malos son los otros”, “investiguen a todos menos a nosotros”, “elaboramos leyes para nosotros, lo demás que pierdan las elecciones”. Esas perlas de soberbia les caracteriza, reproducen las peores historias del siglo pasado, conocemos su desastre histórico, de tal forma en este Siglo XXI, casi podemos vaticinar “es más de lo mismo”.
Sin embargo, “los mismo de siempre” no prevalecerán contra la Constitución de la República.
www.cesarramirezcaralva.com