Tomado de YSUCA
Por Milton Rodríguez
“Yo le pido al gobierno que me entregue a mi hijo lo más pronto posible, yo se lo pido con vida ahorita, porque ya muerto ni con sus millones de chivo wallet me lo devuelve”. Estas son palabras de Rosa Mejía, una mujer que vive sumergida en la desesperación desde que su hijo Guillermo Eduardo Majano Mejía, de 22 años de edad, fue capturado arbitrariamente en Nahuizalco, Sonsonate hace más de ocho meses.
La mujer relata que su hijo que padece de asma y retardo mental, fue detenido mientras repartía pan en las cercanías del lugar donde residen. Tras pasar semanas sin conocer donde se encontraba, el sufrimiento de esta mujer aumentó considerablemente luego de que este 17 de julio algunos conocidos les dijeron que vieron el nombre del joven entre los fallecidos en el CECOT.
La mujer dice que se negaba a creer que eso fuera cierto y tras pedir ayuda a algunas organizaciones para confirmar la información, se dio cuenta que Guillermo no había muerto, sino que lo habían trasladado en malas condiciones de salud al centro penitenciario de Zacatecoluca.
La mujer expone que su hija vio una fotografía del joven donde se veía demacrado y bastante delgado. Además, dice que sufre derrame facial, presenta golpes en la cabeza y otras enfermedades que no tenía antes de la captura. La mujer exige a las autoridades que se lo devuelvan con prontitud antes de que el joven pierda la vida.
La madre del joven dice que en el Cecot les dijeron que pretendían hacerlo pasar por muerto para que se olvidarán de él, que ya no llevaran el paquete y ya no preguntarán por él.
Otros familiares de reos capturados bajo el Régimen de Excepción aseguran que tiene información de la existencia de fosas comunes en centros penales.
Tras la implementación del Régimen de Excepción cerca de 200 personas han muerto en los centros penales. La autoridades de Justicia fustigan las fuentes pero aceptan las muertes, sin dar detalles ni el dato oficial de estas.