Cinco lustros median entre el día que se fundó, en la casa que fuera de Salarrué, el Círculo de la Rosa Negra. Quince años de encuentros y desencuentros, de poemas, música y amistad. Hoy, 2018, los que fueron jóvenes en la segunda década de sus vidas, continúan persistentes en la Poesía. Se oyen voces que dan por marchita la Rosa Negra, las mismas que hace quince años auguraban una efímera primavera de dicho botón. Un grupo incómodo para la mayor parte de socios del establishment de poetas nacionales, porque no se entregaron a la adulación de egos ni a la exaltación de personalidades.
Muchos consideran que la Rosa Negra ya dio su mejor color, ya no tiene esencia que compartir; que su voz está enmudecida y sus miembros sueltos por el viento de la vida. Cosa rara, puede que los integrantes de la Rosa Negra, desaparezcan de la escena común de recitales, peñas culturales, festivales poéticos o certámenes, empero, al haber aprehendido que la Poesía es más que una carrera por la conquista de medallas y el goce de laureles; más cuando la misma experiencia ha demostrado que toda esa balumba de eventos responden a los intereses de grupos limitados que subsisten del culto al ego de sus miembros.
No, la Rosa Negra sigue picando el lomo de muchos semovientes; sigue presente, sigue palpitando de versos y amistad. Sí, esa es la fuerza aglutinante y caprichosa del Circulo de la Rosa Negra: la amistad indescriptible de sus pétalos. Ese es el don más envidiado de este grupo de escritores, que más allá de las adversidades y la vida civil e intereses personales de cada compañero, se mantienen fieles a los principios que motivaron la creación del Círculo.
Nadie sabe – después de otro lustro – quiénes continuarán perpetuando su memoria, pero si uno solo queda, ése basta para mantener viva la Rosa. Porque más que el renombre como poeta o el ocupar el lugar de literatos, estamos en la busca del sentido cósmico de la Palabra y la Vida. ¡Salud por estos Quince Años!
EDWIN GIL
Miembro fundador del Círculo Literario de la Rosa Negra. Ha participado en diferentes certámenes literarios de El Salvador y la mayor parte de su obra se encuentra inédita. Cultiva la Poesía, la Narrativa y el Ensayo; y, principalmente, es un asiduo lector de las diferentes manifestaciones del pensamiento.
Sin Título
Atrás la memoria
El blanco sendero que deja la serpiente
Mientras sigue la huella perfumada
La huella invisible y latente
Atrás la memoria
El silencio de las cosas mientras la lluvia llora
El canto de la lluvia y el sentir de las cosas
Y el silencio compañero
Como una llave
Como una tácita lámpara libertadora
Atrás la memoria
Las altas y verdes y maternales montañas
El viento y la hojarasca
El aroma de los pájaros y la niebla volando…
… Ah la blanca azucena que amanece en la mirada
Y atrás de la memoria
El principio y la nada.
CÓMO DUELE EL AMOR
Cómo duele el amor
Como carne mutilada
Como un grito de hospital
Como una larga agonía sin fármaco que consuele
Por qué duele el amor
Porque está hecho de carne antes de ser mutilada
Porque nació con un grito en hospital
Porque echa raíces profundas en la sangre
Y no hay fármaco que lo consuele
Porque el amor es tan abismal como la muerte.
EL ESPEJO HUMEANTE
Cantas en la noche y solo la noche te oye
Cantas en la oscuridad y eres oscuridad
Cantas en lo profundo
Y de lo profundo ni ecos vuelven
Pero llega el día de la batalla
Sol y tambores se oyen en la explanada
Lloras en tu interior mientras cantas flores alegres
Lloras porque vas solo
Porque aprendiste que el guerrero
Canta solo y solo estará cuando la flecha lo encuentre.
YASIR YUAL
Poeta, miembro del Círculo Literario de la Rosa Negra; así como tiene a cargo el Centro de Interpretación del Centro Cultural Pablo Tesak, en donde es el custodio y curador de alrededor de 1000 piezas arqueológicas. Posee poemarios inéditos: Si tenemos un camino, Magerit, El recuerdo polvoriento y Salitre
SON DOS
Habitamos en la luz,
La noche busca con sus pasos
El momento preciso
la palabra que sea madera
Entre dos fuegos
Habitamos en la luz
La noche se iluminará
Y descenderán las estrellas
Como ríos en busca de dos mares
Como peses de colores profundos.
PIPIL
Canta niño,
niño canta,
Confúndete entre la tierra
no susurres,
que el grito de los pájaros te acompaña,
confúndete,
este tiempo busca cielos
pirámides que te coronen
Dioses que el mármol no sostuvo
y que la piedra siente.
Vive el niño entre piedras
1932 años le resguardan
el bosque se ha reducido
al tamaño de su cuerpo
los ejércitos de madres
que duermen al hombre en la tierra,
te llaman a no renunciar
batalla niño
no dejes la flecha
que germina en la sangre
de la batalla contra el olvido.
AMAT
Tantas veces perdido y profanado
desde los umbrales de la tierra;
de flor y canto son las páginas
entre la corteza del espíritu del viejo,
tantas veces quemado.
En rojo y negro se transforma el pensamiento
de tu casa al sur atienden ya las cuentas
el calendario acerca la nueva fiesta.
Tantas veces sufrimos y esperamos
el asechar perdido del lagarto,
con los ojos abiertos a la resonancia del viento
tantas veces en la casa el día muerto,
desollamos el árbol de jiote,
en la sola espera de un día venado.
Seguimos el camino entre las orejas del conejo,
hasta el infierno florido del agua
se escucha el canto del perro.
Llegará la venganza de la hierba
el olor de la caña
el colmillo brujo del tekwani.
Afilaremos el deseo y la furia del águila,
con el residuo del hechizo zopilote
seguiremos en movimiento
con armas de pedernal.
Cantamos verde y azul a la lluvia
tantas veces, pero tantas veces prendidos de la flor.
FRANCISCA ALFARO
Es profesora de Lenguaje y Literatura y licenciada en Letras por la Universidad de El Salvador (UES). Egresada de la opción Literatura de la Maestría de Estudios de la Cultura Centroamericana de la misma casa de estudios. Fue miembro fundadora del Círculo de la Rosa Negra y el Colectivo Literario Delira Cigarra.
Respuesta a Oliverio
Yo no sé volar
pero si sé de mujeres con plumas
en la plena luz de la noche
girando con las sombras en el fuego eterno
cantando el placer con los labios rojos
los cabellos como enredaderas del infierno
Yo no sé consentir a quien llora.
Soy una fiesta perpetua
y puedo entender a los amantes rotos
también el olvido.
Voy por sobre el mundo
descalza
y me cuido poco del frío.
Yo apostaría con la muerte
una noche frente al mar
a que ningún poeta sabe
cómo volar
porque en algún oscuro sueño entendí
que nacimos del subsuelo
y buscamos el centro
para tener las piedras del pecho
en el calor preciso.
No es necesario espantar pájaros
ahora los que vuelan son menos
caen como hojas sobre el mar
o sobre las ciudades horribles
con las plumas quemadas
el cuerpo y el canto perdidos en el viento.
No sabemos volar.
Siempre volvemos.
HUÍDA
Aléjate de los reflectores
Mientras veas o intentes mirar.
Recuerda el oscuro rincón donde musitas
El umbral de los telegramas que dicta tu enfermedad
Y cómo corren breves sobre la niebla.
Habrá siempre alguien, de esos obesos sagrados
Que se venden como latas infalibles
O como querubes y unicornios irredentos
Que jugará a ser tu amigo o bien tu adversario
Qué te abrirá o cerrará puertas que no necesitas
Si sobre ellas está la pacífica sombra del enemigo.
¿Cuál? Tú mismo, las cofradías, las parvadas hambrientas
Que trastocan y defecan sus larvas infectas
De servil memoria y aun así saben volar.
Olvídate de laureles, de nubes y ángeles mudos
Recuerda el oscuro rincón donde musitas
Y a los que vendrán
Con el corrosivo don de volver a nombrar las cosas.
Aléjate de los reflectores
Siéntete feliz de comer y beber sin besar argollas negras
Esas mismas que lamerías de buen grado si tuvieras solo talento
Pero lo tuyo no es solo el talento
Y eso no se vende fácil, eso que es otra suerte
Servirá muy poco ahora
Pero es la claridad y el subsuelo que revienta
Por debajo de las orquídeas
Donde somos algo más que tinta
y un par de hermosas letanías al misterio.
Pd: sé que ya les hemos irrumpido en la fiesta mortuoria de lo que llaman verdadera literatura y es solo un largo poema insípido, mientras la calle se tiñe de sangre. Pero nosotros venimos de la muerte.
ILICH RAUDA
Nace en San Salvador, el 20 de Marzo de 1982. Miembro fundador del Círculo de la Rosa Negra. Especialista en Medicina Familiar por la Universidad de El Salvador. Actualmente es Secretario de la Asociación de Médicos Escritores “Alberto Rivas Bonilla”. Ha publicado en poesía: Maíz del Corazón (Publicaciones Papalotquetzal 2016). Ganador en 2017 del Premio Único de Cuento Infantil en los XXV Juegos Florales de Usulután.
EL POZO
No sé por qué
Las palabras y los rostros
se pierden entre las multitudes
Y si digo sombra, son en realidad mis manos arañando la niebla
Buscando vocablos inexactos entre los dientes
Un conjuro olvidado, una piedra o su sonido contra el agua
Me asomo al hueco del pozo y mi rostro son las ondas
La piedra que continúa cayendo, incesante en su eco
Hay un hombre en el fondo del pozo, pero no soy yo
Yo soy lo que se pierde entre la boca y el viento
El río subterráneo, el trepidar
El eco que no termina
La oreja negra que vuela y dibuja un viejo laberinto circular
La luz de esa palabra ardiendo entre las alas
un ocaso de pájaros y mis manos de pequeña bestia
Tierra árida, arañas en los muros, manos en el barro
pequeños ojos e incógnitas
monedas que aguardan un siglo de deseos o sueños.
EL HOMBRE ES EL POEMA
El poema es la piel denudada del hombre
Su cabeza sigue rodando como las palabras amadas
Corazón solar, calendario petrificado
Jaguar del tiempo acechante de la piedra
Can ceremonial que abre el universo
Un día la sangre derramada
germina desde las entrañas de la tierra
Y la palabra retorna hecha hombre
De la región de los muertos hecha Flor
El poema es un campo cultivado
Deja de ser un estado excepcional el poeta
Su ausencia una mentira
Sus ojos son los ojos, de todos los pájaros en vuelo
Su boca es la boca, de todos los niños
pronunciando su primera palabra frente al mundo.
Yo no creía
Me lo dijeron cien veces:
Que tu palabra estaba protegida
Por los desiertos y los linces
Me lo decían cada 10 de Mayo:
Tu amor como un cardo entre las manos
La piedra volcánica resguardando tu palabra.
Por eso pronuncio tus versos como animal nocturno frente al río
Y la noche se incendia estrepitosa
Los corales silban su concierto de colores atravesando los montes
Los reptiles abandonan sus cuevas escapando de tu pecho
Tu corazón enardecido ha retomado su origen de fuego
Y el frío de los nuestros se ha quebrado
Como se quebrantan los espíritus sin sueños
Ante la comprensión impura de tu ternura inacabada.
Ciudad Universitaria. 9-05-16
OSCAR VALMORE
Nació el 19 de noviembre de 1981. Escritor, poeta y abogado graduado de la Universidad de El Salvador es miembro fundador del Círculo de la Rosa Negra, ha publicado sus textos en diferentes antologías.
SOLEDAD
Soledad:
señalar a aquel que va distraído,
que es brevemente inmune a ver la hora,
a aquel que busca estrellas
mientras piensa en los ojos oscuros de su perro.
Soledad:
darse un baño mientras toma forma el cascarón sangrante de los meses,
Acercarse a la falda más próxima
Mientras no sea la falda de tu hermana, de tu madre o de tu hija;
Herirse uno mismo
Con el olor a billetera que se pudre debajo de la risa.
Sobrevivir a las dos de la tarde sin haber renegado de un adiós o de los ríos,
caminar distraídamente hacia los ojos donde ya murió el amor,
donde ya no nacen peces.
Soledad:
poner punto a un verso
con la mirada lastimera del que sabe
que un día morirá todo lo escrito.
Tomado de: La orilla de todas las cosas.
VI
Esa esperanza que brillaba
Nombrando torres viejas
Escuelas y cocinas
Esa esperanza que crecía en condominios
al oír el sonido de los postes madurando
De las catedrales madurando
De las autopistas madurando
De los pechos de las niñas madurando
Esa esperanza primero fue un caballo que esparció los días violentos de nuestros más remotos huesos
Y todos sonreímos porque éramos duros y sensatos y teníamos la armonía del metal y de las flores
Y rendíamos culto a las capitales y a los magos
Y a los que sembraban dardos en los huecos
Y a los que tiranizaban la retina
Y le hacían el amor al universo
Y a los que se rascaban el hedor con el llanto limpio de las cosas tristes
Los que multiplicaban
Los que numerizaban
Y la esperanza fue dejando de ser bestia
Y se convirtió en un número marchito
Que se derramó sobre los escritorios
Y manchó nuestras camisas
Y era un coágulo en nuestros pechos
Que caminaba con nosotros al cementerio y al mostrador
Y ese número aprendió a multiplicarse solo
Y a llenar nuestras arterias
Y nuestros mares
Y aprendió a besar
Y a acariciar
Desde entonces los hombres nacen solos
VICTOR PATIÑO
Nace el 26 de julio de 1981, Poeta fundador del Círculo de la Rosa Negra, con estudios de medicina por la Universidad de El Salvador y biología marina en Australia. Cultiva ensayo y poesía.
EL COCUBINO
No tuve nunca vocación de concubino,
vaya, ni de poeta.
Llegado a los amores como a las palabras:
por errores de apreciación y falta de voluntarios.
Oficios primitivos y simples
que desconcertaban a la amable audiencia.
Pero nunca hubo audiencia.
Comercio solitario las palabras, el amor.
Solo papel. Solo sábana.
Solo constelaciones. Solo escozor de pecho.
Espuma. Espuma.
Calendario Litúrgico iii
(Día de la Independencia)
Esta patria tanto encarama
sus esdrújulos fundadores,
técnocratas, mártires, próceres;
tanto amontona sus grandes hombres
sobre el lomo partido de estos volcanes
que ya ni Góngora,
que ya ni los poetas de la dinastía Ming,
que ya ni las mejores mentes
de la mercadotecnia audiovisual.
Esta estatua de parir uniformes,
galera de honores
e imprentas de registros fiscales,
¿quién vive aquí?
¿quién vive aquí que pueda cantarla?
¿quién vive aquí que quiera cantarla?
Sin embargo, cómo brillan los ojos
cuando porfiada sueña
los días de liberación.
Calendario Litúrgico iv
(Vida de pareja/Día Internacional de las Familias)
Quemar las ropas
es un acto de violenta deferencia
hacia los vecinos.
Los gritos y las vajillas -es cosa sabida-
interrumpen el curso silencioso de la luna:
el fuego consume con educado sigilo:
una guitarra en llamas es muda.
Sólo cruje la tinta con mercurio
de las cartas de amor.
ANGEL RECINOS
Nació el 10 de agosto de 1982, Poeta fundador del Círculo de la Rosa Negra, Doctor en Medicina por la Universidad de El Salvador, con especialidad en psiquiatría.
TRIPTICO
A Karla Aguilar
P
atrás queda el polvo
oculto a la sombra del viento
y tu otro ser abandona la distancia
siendo gotas que silban en los senderos
del viejo que saluda a las piedras
en nombre de tu recuerdo
quita las crisálidas de mi pecho
y olvida la primera palabra que dije de niño
la primera hoja que desprendió mi cabeza
y el tintero de las alas en el viento
pero no llegues tarde
para que nuestros pasos no dejen de existir
P
Varias primaveras me han arrastrado
Por el sino de las mareas y las lágrimas de las montañas,
Toco las sombras, dolor de cada mañana,
En la infinidad del mundo
Siendo espinas levantadas por pétalos nocturnos
Siendo crisálidas de polvo en el viejo tambor
Y prefiero la noche marmórea y el frío acero.
Tengo en espera nuestro último aliento
Luciérnagas de sonrisa férrea por la mañana
Dejo los cánticos de las cuevas, el humo de la almohada
Y los fantasmas en las paredes.
Comparto siluetas extrañas y la distancia del arcoíris
Comparto la noche y su último segundo
Y dejo los pasos del océano,
Las luciérnagas, los mares fatuos
Y la fragilidad del viento.
Abandono la espera
No temo saltar al corazón de la montaña
Porque el resplandor de tus dedos
Levanta mi tambor de polvo y estrella.
F
No permitas que me alcance
La oscura mano que levanta la oración antigua
Ominosa oración que invade el profundo sueño
Figura que resuena en los oídos
En espera del regreso del herido
No dejes que salga del espejo, la máscara blanca
No mires sus ojos que lanzan el grito de mortaja
Condúceme a tu lado
Por los huesos roídos de los oscuros
Por los caminos de la sierpe
Pero no cantes, el prohibido rompería tu sonrisa
Condúceme en el cristal
Nombra el color de mi sombra
Y canta mi nombre
Y elévame a la niebla
A la mazmorra del loto
ALBERTO GAVIAN
Quezaltepeque, 28 de febrero de 1983. Escritor, miembro del Círculo de la Rosa Negra. Cualquier otro dato es residuo, el proceso es cosa inexplicable y la creación literaria tendrá que defenderse sola.
DE LA RABIA PURA Y LA CERTEZA
¿Habrá un poeta
de la esperanza fácil
comestible?
Debe morir el poeta del olvido.
Podrá el orden
escribir los versos
de nuestra desesperación
circular y eterna.
Ningún hombre
come a placer su heces.
Ningún canto dorado
ungirá de dulce salvación nuestras vidas.
No debe el masacrado
alabar su verdugo
ni besar al sepulturero.
Herederos del 32.
Tenemos la rabia, el llanto
-lágrima amarga y pura
que nos limpia y nos rebela-,
la Dignidad altiva
contra las cloacas del temor comandante.
La Palabra es nuestra
como nuestro el presente
puño alzado.
Se levantarán nuestros Abuelos
aunque la mano que escribe estos versos se vuelva ceniza.
PREGÓN VITAL
Caballero del tropel ya nunca. No.
No quiero espadas por Espigas.
Saber que el de vivar es oropel
y si oro fuera poca cosa siempre es.
No queremos reyes fatuos, un dios falso.
Tierra, Abuelos, Dioses buenos tenemos.
Ignota Sangre Somos. América que no
se llama América. Pobres fantasmas Pobres
de la Europa muerta a nuestro Espíritu.
Mirar que estamos Vivos, Alzados, Renovados.
Nuestro Fuego es Prima Vera. Nuestro Fuego es Caña Nueva.
JESÚS MARTINEZ
Miembro fundador del Círculo de la Rosa Negra y miembro de la Asociación Salvadoreña de Médicos Escritores “Dr. Alberto Rivas Bonilla” filial del Colegio Médico de El Salvador.
MANIFIESTO
Desde el polvo y la sangre
cantamos los confines
más profundos del dolor
Somos el suspiro que nace
muriendo
noche tras noche,
día tras día,
viviendo,
respirando.
Palpitar oculto de la carne,
luchamos y amamos,
entramos en el día del mundo,
en el valle interminable del silencio,
el pensamiento reposado,
la memoria.
Miramos al pasado para ver el horizonte
las estrellas
Solitarios caminantes,
los que se van y nunca parten,
los que andan y desandan el camino,
los que en tristeza y soledad
susurramos al oído
el deseo y el miedo
más oculto, primitivo.
El llanto, la aflicción.
No la sombra cruel
ni el pedernal sobre la carne.
No la asfixia estéril
desatada sin sentido.
Soñamos.
Habitamos la hierba,
La piedra sedentaria del camino,
trémulo barro sensitivo,
lo humano que prolonga la vida
en el reflejo del hijo,
el recuerdo.
Vidas en que la muerte se prolonga.
Universo circular.
Espejos.
Desde el polvo y la sangre
procuramos el poema,
la arteria que sangra,
el agua que nos fue negada
cantando los confines
más profundos del dolor.
ACELHUAT
Naciste del Hiloapa y del Garrobo
y de las venas que ofrendaron su sangre.
Salvaje corrías por los montes
que abrieron sus vientres poderosos,
con fuerza golpeabas al Lempa,
como niño feliz derrotaste las piedras.
Jugabas por el pecho de la tierra,
a tu paso fecundabas el suelo,
entregabas tu amor infinito.
Vigoroso te extendías de Coxcatán a Soyatpanco
de Ayutuxtepec a Suchitoto.
Cargas en tu espalda al Tutunichapa-Tomayate,
Guazapa y Tasajera abrazan tu costado.
¡Como oigo resonar tu nombre en estampida!
Envenenaron tu piel,
te convirtieron en un charco
loco de hedor y de excremento.
Cómo pudiste acoger tanto y tanto muerto.
Cómo fuiste cómplice del terrible asesino,
del traidor que ataca por la espalda.
Por qué ocultaste los cuerpos
de hombres que te amaban
diluyendo su esencia cristalina.
Perdiste tu clara transparencia,
tus sesenta y dos kilómetros de espejo,
los peces huyeron de tu cuerpo
y tus aguas limpias y sencillas
se tornaron turbias y asesinas.
Por eso inundas cuando sangras
y tu nombre asusta a los viejos y a los niños,
porque toda tu fuerza de río indomable
está estancada entre la culpa y la mentira.
Pero eres mi río y el río de mi madre,
el que no se llevó la casa de mi abuela,
el que regó los mangos y las moras
con que aplacaron el hambre
mis hermanos y mis tíos.
Abuelo río,
dame tus ocultos secretos,
tu dolor cotidiano,
tu soledad,
tu edad sin memoria
para andar por tu cauce tumultuoso.
Abuelo río,
dame tu voz y tu antigua espuma
para cantar con tu amor caudaloso.
ERIC DORADEA
Poeta, Antologador y Gestor Cultural. Nace el 10 de julio de 1982 en el departamento de San Salvador. Graduado en Ciencias Jurídicas por la Universidad de El Salvador, tiene estudios de maestría de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Miembro fundador del Círculo Literario de la Rosa Negra en el año 2003 y fundador del Colectivo Tzunhejekat (Colectivo dedicado a la promoción del idioma Náhuat); cultiva ensayo, poesía y cuento corto.
POETAS ENEMIGOS
Porque antes, muchísimo antes que poetas
somos hombres.
Roque Dalton
Queremos poetas que canten la vida y la muerte
que sientan el dolor del prójimo
porque ellos son el prójimo
que lloren el dolor de un árbol
porque ellos son el árbol.
Poetas que nos hagan perder equilibrio
aumenten presión sanguínea
desarmen y nos vuelvan a armar
poetas que llamen con otros nombres a las estrellas
que nos duelan como Vallejo
que nos alegren como Whitman
que demuestren que la Poesía es infinita
y afirmen que los besos van a salvar el mundo.
Queremos poetas que se tarden meses
para encontrar esa palabra que va a cerrar el verso
poetas que celebren
esa palabra que hizo grande el verso
poetas que transformen pasibles islas
pezones dormidos en ardientes volcanes
que su palabra sea clave
embriague y nos haga gigantes.
Necesitamos poetas enemigos
de quienes hacen la guerra
y ven caer los muertos
enemigos de quienes controlan
y privatizan la ternura
poetas francotiradores
memoria, guillotina
que derrumben torres de marfil
y abran callejones que no tienen salida,
necesitamos poetas que no sean llave
sino dinamita contra la puerta.
Queremos poetas descarnados
que estallen en locura
que conozcan el rito y lo practiquen
que conozcan el rito y lo trasgredan
que nos hablen de la rebelión robótica
a la que nos enfrentaremos cuando las maquinas
se cansen de la mediocridad de los hombres
que nos hablen del abuelo que se hizo vasija para vencer el tiempo
de la inteligencia artificial como inteligencia artificial
de las nanotecnologías como peste del siglo XXI
poetas que recuerden que una maquina jamás llorará con un poema
y que una flor no siempre es una flor.
No queremos poetas neutros
desganados, envueltos por la tibieza.
Queremos poetas enemigos
que atesoren tornados en su pecho
que su lengua no se sostenga solo en la palabra
sino también en el sexo
poetas desnudos
que sean laberinto
que no callen
que no callen
que nos digan que la espera es insuficiente
cuando hay amor.
Círculo de la Rosa Negra
Serpiente de tile devorándose a sí misma, en su danza de muerte y renacimiento abrazando la rosa de negritud, la palabra: signo que cae como una huella sobre el blanco papel o vuela cual voluta de humo en el aire cotidiano; dibujada en la noche la Rosa y la Serpiente con sus movimientos nos renuevan con la fuerza del canto.