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Rajoy busca un frente común para frenar el independentismo catalán

Por Michaela Cancela-Kieffer/Madrid/AFP

El jefe del gobierno conservador español Mariano Rajoy multiplica sus reuniones, check incluso con la izquierda radical, sickness para buscar un frente común contra el independentismo en Cataluña.

Rajoy, criticado habitualmente por su inmovilismo ante la cuestión catalana, se reunió el viernes con los líderes de los dos partidos emergentes del país, Albert Rivera de Ciudadanos (liberal) y por primera vez con Pablo Iglesias, de Podemos (izquierda radical).

En las próximas jornadas proseguirá su ronda con otras formaciones, entre ellas algunas catalanas opuestas a la independencia.

La idea, declaró en una rueda de prensa la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, es encontrarse «con quienes de una u otra manera no están de acuerdo con esa independencia».

«Hay un objetivo superior de todos, que es la defensa de España», afirmó, añadiendo que todos aquellos favorables a la «defensa de la legalidad» serán bienvenidos al palacio de La Moncloa, la sede del gobierno.

«En este momento es importante hacer un pacto por España y nuestra Constitución», insistió.

Pacto de Estado

Ciudadanos reclama desde el jueves este «pacto de Estado». La formación, nacida en Cataluña, se expande ahora con éxito al resto del país y lucha codo con codo con los socialistas para convertirse en segunda fuerza en las elecciones legislativas del 20 de diciembre.

Este pacto es «para que los españoles sepan que sea cual sea la mayoría parlamentaria, España no está en juego», dijo Rivera en una rueda de prensa en La Moncloa después de la reunión.

El acuerdo propuesto por esta formación, que lidera la oposición antiindependentista en Cataluña, se basaría en defender las leyes democráticas, la unidad territorial y la Constitución, que podría ser reformada pero no reemplazada, y en prohibir acuerdos de gobierno con partidos separatistas.

Podemos, en cambio, reclama una nueva Constitución para el país que, entre otras cuestiones, reconozca el derecho a la autodeterminación de Cataluña.

Esta era la reclamación del nacionalismo catalán en los últimos años aunque después de las elecciones regionales del 27 de septiembre, saldadas con una mayoría absoluta independentista en Parlamento, parecen haber desistido del referéndum y apostar por iniciar la secesión.

El martes, las dos listas independentistas presentaron una resolución que quieren aprobar en los próximos días para constituir como máximo en 2017 una república catalana independiente.

La resolución asegura que el parlamento no estará supeditado a las decisiones de las instituciones españolas, en especial el Tribunal Constitucional, e insta a la rápida tramitación de leyes para crear una administración fiscal independiente.

Soraya Sáenz de Santamaría precisó que, en caso de aprobarse esta resolución, la recurrirán inmediatamente ante el Tribunal Constitucional para invalidarla.

Criticado por su inmovilismo ante la crisis catalana, a la que respondió únicamente con recursos jurídicos, el gobierno de Rajoy parece haber tomado la iniciativa política buscando un amplio frente de partidos en contra de los independentistas.

El objetivo del gobierno, según el periódico El País, sería sacar del debate electoral de diciembre la crisis de Cataluña.

Difícilmente el tema desaparecerá de la agenda política, dado que cada partido aporta soluciones diferentes: los socialistas proponen una España federal, Ciudadanos una reforma constitucional que limite las competencias regionales y Podemos un referéndum vinculante y una nueva Constitución.

Mientras, en Cataluña siguen las negociaciones entre las dos listas independentistas, la transversal coalición Juntos por el Sí y la izquierda anticapitalista CUP, para poner en marcha el gobierno regional que liderará el proceso secesionista.

Las discusiones se centran en saber si Artur Mas, candidato de Juntos por el Sí, debe seguir presidiendo el gobierno, dado el recelo que genera en la CUP por la corrupción en su partido y sus orientaciones liberales.

Entretanto, su movimiento parece perder fuerza según un sondeo del instituto Metroscopia publicado el viernes: un 41% de los catalanes apoyan la independencia de esta rica región contra un 45% en septiembre. Y un 51% se opone a la resolución propuesta por los separatistas.

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